Según los datos publicados en la edición de octubre de Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes, en la era de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), la incidencia de cánceres no definitorios de sida es significativamente mayor entre los pacientes que siguen el tratamiento contra el VIH, que entre aquéllos que se ven libres de la supuesta infección y por tanto no toman antirretrovirales. Estos datos confirman la tendencia de investigaciones anteriores. Es más, esta vez los resultados son muy sólidos, pues el número de casos analizados y el tiempo de seguimiento ha sido mayor que en otras ocasiones. Para realizar el estudio, cada paciente con VIH se enfrentó con dos personas de características similares (mismo sexo, edad, etnia, lugar de residencia y año de atención), pero sin VIH .
El trabajo valoró, a 33.420 personas con VIH (incluyendo tanto a personas positivas a los tests de diagnóstico de VIH como a personas que padecían sida entre octubre de 1997 y septiembre de 2004). Y a 66.840 personas negativas que fueron controladas, con una mediana de seguimiento de 5,1 y 6,4 años, respectivamente. Todos estos casos proceden de la Cohorte Virtual VACS (siglas en inglés de Estudio de Cohorte sobre Envejecimiento de Veteranos) de EE UU.
El propósito del estudio fue determinar si la infección por VIH estaba asociada con un incremento en el riesgo de desarrollar diversos tipos de cáncer no definidos en el sida, y si este riesgo se relacionaba con el nivel de inmunosupresión del paciente.
Los diferentes tipos de cáncer que se examinaron individualmente fueron: cáncer anal, cáncer de pulmón, melanoma, cáncer de próstata, linfoma de Hodgkin y cáncer hepático. Para poder realizar la comparación también se incluyeron los siguientes tipos de cáncer que si están incluidos en la definición de sida, sarcoma de Kaposi, linfoma no de Hodgkin y carcinoma de cuello de útero.
La media de edad fue de 45,8 años en el grupo con VIH y de 46,1 en el grupo negativo al VIH. El porcentaje de hombres en cada grupo fue mayoritario 97,8%, lo que dificultó una evaluación adecuada de las tasas de cánceres específicos en mujeres.
En cuanto al origen étnico : 43% eran personas negras, 32%, blancas, 8%, hispanos, y el restante 17%, de otras procedencias.
EL 80% de las personas con VIH estaban tomando la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA).
En dicho estudio se asociaron otros factores considerados de riesgo para el desarrollo de cáncer, la hepatitis C (VHC) y el uso de alcohol, se describió también su prevalencia en ambos grupos. Mientras que la dependencia del alcohol resultó ser similar, la infección por VHC fue más común entre veteranos del VIH (36% frente a 12%).
En resultado total obtenidor en los grupos fue de, 2.128 en los grupos con VIH y 3.124 sin VIH, lo que se traduce a una tasa de incidencia de 1.260,5 y 841,8 por 100.000 persona-años, de forma respectiva. Los cocientes de las tasas de incidencia (IRR, en sus siglas en inglés), que pueden verse en la tabla, indican que las personas tratadas para el VIH tenían más probabilidades de tener cáncer anal, de pulmón, melanoma, linfoma de Hodgkin y cáncer hepático que el grupo de personas negativas.
En el período en que se realizó el estudio, se observó un descenso de cáncer entre el grupo de veteranos sin VIH, que resultó ser significativo cuando se compararon los períodos comprendidos entre los años 1998-1999 y 2000-2001 (p= 0,003). En cambio, las tasas de cáncer en el grupo con VIH permaneció estable en el tiempo.
Respecto al cáncer de próstata, la probabilidades de desarrollarlo fueron similares en ambos grupos (IRR: 1,0; IC95%: 0,9-1,1).
Para averiguar el papel de la inmunidad en la aparición de cáncer, dentro del grupo de personas con VIH se compararon aquéllas con cáncer con las que no lo desarrollaron, y se observó que las medianas de los recuentos de CD4 eran significativamente más bajos entre aquellas personas que desarrollaron alguno de estos cánceres: MnDS (249 frente a 270 células/mm3; p= 0,02), cáncer anal (156 frente a 270 células/mm3; p <0,001) p=" 0,03)." p="">
En el resto de cánceres no se observaron diferencias significativas en cuanto a los CD4, excepto en el caso del cáncer de próstata que, contrariamente, se asoció con recuentos más altos (311 frente a 266 células/mm3; p= 0,03).
Según los autores, este incremento general de casos de cáncer entre personas con VIH podría explicarse por un posible efecto oncogénico del mismo VIH y/o de la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), lo que es probable que sea más evidente a medida que se prolongue la supervivencia de las personas con VIH y la duración del tratamiento.
Referencia: Bedim R, McGinnis K, Dunlap M, et al. Incidence of Non-AIDS-Defining Malignancies Higher in HIV-Infected Versus Noninfected Patients in the HAART Era: Impact of Immunosuppression. JAIDS. October 2009.
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