
En la actualidad, los fármacos prescritos son AZT y Nevirapina, ambos potentes tóxicos, destructores de todas las células del cuerpo. Una vez que el niño nace, se lo mantendrá aislado por varios días sino semanas y se impide a la madre abrazarlo o amamantarlo. El recién nacido tendrá que tomar Nevirapina en las primeras semanas de vida. Estaría bien que los médicos probaran su propia medicina para saber cómo se siente un bebé recién nacido de madre seropositiva que, en vez de leche materna, es obligado a consumir estos productos que conllevan un estado de malestar profundo. Por no hablar de las posibles secuelas físicas y psíquicas que pueden provocar. Nada más nacer, el bebé es sometido a la prueba del VIH que, por supuesto, será positiva, de momento que llevará dentro de sí los anticuerpos de la madre. Lo que no se dice es que el 90% de los recién nacidos acarrean todos los anticuerpos de la madre hasta que cumplen un año. Esta es la forma que utliza la naturaleza para inmunizar a todas las criaturas. Es una forma sabia y perfecta de formar el sistema inmune. No hacen falta fármacos ni intervención humana para que la naturaleza haga su trabajo.
En 1984, Robert Gallo anunció que el VIH provoca SIDA. Este anuncio se hizo de forma fraudulenta, saltándose todas las formas habituales de tratar los virus hasta el momento. Pero su declaración se convirtió en dogma y el mundo entero se tragó la mentira; la farmaindustria hizo su gran negocio, el miedo se convirtió en pánico y el pánico en muerte yatrogénica, muerte por intoxicación de medicamentos. Recetar Nevirapina a un recién nacido es un crimen contra la humanidad perpretado con un arma llamada MIEDO.
La mujer VIH+ embarazada no tiene otra opción que someterse a unos protocolos brutales. No tiene la opción de elegir y sólo le queda eludir los conductos de la Seguridad Social y acudir a la medicina privada, igual de ilógica, desinformada y dogmática en caso que no quiera intoxicarse e intoxicar a su bebé, en caso que opte por no entregar su hijo a la cruel ignorancia de una medicina depravada, corrompida.
Pero tarde o temprano, se encontrará con el terrible dilema de entregar a su hijo a un Herodes postmoderno, vestido con una aséptica bata blanca, la mirada fría, las manos frías que obligará a madre e hijo a someterse a pruebas inespecíficas, a terribles diagnósticos sin base científica... si eres mujer seropositiva, estarás en todos los ficheros del estado español donde constarás como tal; tu hijo, también. Si tu hijo enferma con una simple otitis y resulta VIH+ en su primer año de vida, es muy posible que se le diagnostique neumonía o cualquier otra enfermedad relacionada con el SIDA, es posible que le den los medicamentos más fuertes como Septrim Forte además de los antiretrovirales. Si crees en Dios, sólo te queda rezar.
Los médicos ya no leen, no cuestionan, no estudian más allá de los libros de textos redactados bajo la mirada atenta del Mercado y de la Industria. Y si estudian es para aprobar oposiciones o exámenes obligatorios que los alejen de la realidad. El sentido común y la libertad de elegir ya no tienen espacio en la medicina, por no hablar de humanidad. Los médicos tampoco tienen elección, han de cumplir con los protocolos y, seguro, que la mayoría piensan que hacen lo mejor, son criminales inocentes. Santa ignoracia...
Desde aqui, reivindicamos la duda, la lectura atenta, la vocación humanitaria verdadera, la curiosidad de por vida, el reciclaje continuado, la mente abierta para otras ideas, el sentido común de los médicos. Hay mucho sufrimiento en juego.
¿Solución? Eludir en lo posible la medicina ortodoxa y buscar médicos que hayan estudiado más allá de los libros oficiales: las medicinas naturales, hoy por hoy, son la única alternativa. Utiliza la homeopatía, la medicina higienista basada en la desintoxicación del organismo para curar enfermedades; dieta apropiada; acupuntura, etc... Afortunadamente, en la actualidad, existe otra medicina más racional y que te deja la opción de ser persona y de ser tratada por personas. Utiliza tu intuición y tu sentido crítico, no creas a nadie más que a ti misma y al sentido común. Tu hijo y tú podeis vivir en salud, que no te ciegue el pánico. Tampoco te dejes llevar por los consejos de los que más te quieren. También ellos pueden estar contaminados por el pánico. La Naturaleza es sabia y tranquila. Cree en el poder de la Naturaleza. El mismo poder que ejerce la Naturaleza en soldar un hueso roto, en hacer crecer una vida a partir de una pequeña célula, esa misma fuerza está en ti. No hay poder más sanador que la vida misma y la sabiduría humana debería usar el raciocinio para trabajar junto con la Naturaleza y no ser un torpe obstáculo, soberbio, vanidoso, peligroso.
Todo parece indicar que muchos profesionales de la salud no recuerdan lo que ha ocurrido durante los años 1970 – 1977.
Precisamente en el año 1970, los científicos de entonces, alegaban haber descubierto el origen viral del cáncer. Se había descubierto una hasta entonces desconocida actividad enzimática que desmoronaba el dogma central de la biología molecular. Hasta entonces, se afirmaba que el ADN solo podía producir ARN. En cambio, con el nuevo descubrimientose se había logrado comprobar que cuando el ADN se trancscribía en ARN, la actividad subsiguiente transformaba nuevamente el ARN en ADN. Con este nuevo descubrimiento, se alegaba poder localizar virus que hasta el momento nunca habían sido identificados. De este modo los llamados Retrovirus fueron señalados como los responsables de la actividad carcinógena de los cultivos de células con los cuales se estaba experimentando. Esta hipótesis se mantuvo firme durante seis años. Fue entonces en el año 1976 cuando se logró demostrar de que esta actividad descubierta en el año 1970 (se la denominó transcriptasa inversa) era absolutamente normal en las células de todo ser vivo. De este modo, la teoría de la existencia de los llamados Retrovirus quedó totalmente superada. Todo profesional de la salud que recuerde estos hechos, con toda seguridad recordará también a los autores de la fallida teoría. Quizás sería conveniente resaltar la íntima conexión entre esos nombres (David Baltimore- Anthony Fauci) y otros nombres (Luc Montagnier- Robert Gallo). A partir del año 1976 ha quedado acordado unánimemente que la existencia de transcriptasa inversa no es prueba alguna de existencia de virus. Resulta sumamente preocupante la negativa de las autoridades oficiales de la salud del mundo, a la presentación de pruebas fotográficas que puedan demostrar pruebas directas de las proteínas, así como del ADN y ARN del inexistente virus VIH/HIV.
22 de enero de 2009 8:13