martes, 31 de marzo de 2009

peligro de los antiretrovirales




¿POR QUÉ EL PRESIDENTE SUDAFRICANO THABO MBEKI Y
LA DRA. MANTO TSHABALALA-MSIMANG, MINISTRO DE
SALUD PÚBLICA, NOS PONEN EN GUARDIA ANTE EL USO
DE LOS FÁRMACOS ANTIRETROVIRALES, COMO EL AZT?


ESTOS PRODUCTOS,
¿SON BENEFICIOSOS PARA LA SALUD DE LA GENTE?,
¿MEJORAN A LOS ENFERMOS?,
¿O SON TREMENDAMENTE VENENOSOS Y TOTALMENTE
INÚTILES?

Presentado por el abogado sudafricano Anthony Brink,
presidente del Grupo de información sobre tratamientos (TIG),
al ‘‘Congreso estratégico interactivo provincial acerca del abordaje
holístico del tratamiento y manejo del VIH y Sida’’, organizado
por el Ministerio de Salud Pública de KwaZulu-Natal
en Pietermaritzburg del 22 al 24 de Noviembre de 2006


‘‘Preocupados por responder de forma apropiada [al SIDA en Sudáfrica],
muchas personas y organizaciones de nuestro país han hecho un llamamiento al
gobierno para que distribuya el fármaco AZT en nuestro sistema público de
salud ... Existe una gran cantidad de bibliografía científica que sostiene, entre
otras cosas, que la toxicidad de este fármaco es tal que se considera, de
hecho, un peligro para la salud. Todo ello suscita una gran preocupación al
gobierno, ya que sería responsable de no tener en cuenta las serias advertencias
que los investigadores médicos han estado dando. Por lo tanto, pedí a
la Ministro de Salud Pública, como objetivo urgente, profundizar todos estos
temas para que, hasta donde sea posible, nosotros mismos, incluidas
las autoridades médicas de nuestro país, tengamos certeza de dónde
reside la verdad‘‘.
--- Discurso del Presidente Thabo Mbeki en el Congreso, el 28 de Octubre de 1999

‘‘[La Dra. Tshabalala-Msimang confirmó que existían realmente] una serie de
investigaciones y de informaciones científicas que señalaban que el
AZT era un fármaco peligroso, y que no se había desarrollado para el
tratamiento de la infección del VIH/SIDA. Puesto que era incapaz de dirigirse
únicamente contra el virus de inmunodeficiencia humana cuando se
administraba en el organismo, posteriormente debilitaba el sistema
inmunitario. También existía riesgo de que... las madres que tomaran el fármaco
pudieran dar a luz niños con deficiencias. Tshabalala-Msimang dijo
que a su Ministerio no le haría ninguna gracia mirar al pasado después de diez o
quince años y encontrarse con que habían expuesto a un fármaco peligroso
a la mayor parte de la población más desfavorecida históricamente
en Sudáfrica. … no había datos que probasen que el AZT era útil para las
víctimas de violaciones’’.
--- Informe SAPA de la declaración de la Dra. Manto Tshabalala-Msimang fuera
del Congreso, inmediatamente después de la advertencia del
Presidente Mbeki acerca del AZT, el 28 de Octubre de 1999
‘‘Los fármacos antirretrovirales autorizados actualmente en el Reino Unido son
la Zidovudina (azidotimidina) [AZT], zalcitabina (ddC) y didanosina (ddI) ... Todos
ellos son muy tóxicos. Se puede provocar la supresión de la médula ósea con
cualquiera de los tres, así como una neuropatía periférica’’.
--- Adverse Drug Reaction Bulletin, Nº 178 (1996)

‘‘El AZT es un fármaco que se desarrolló para ser empleado para la
quimioterapia de los pacientes con cáncer. Sin embargo, nunca se llegó a
utilizar en los mismos, ya que se lo consideró demasiado tóxico para ello.
Las pruebas realizadas han demostrado claramente que las ratas expuestas
al AZT [en el útero, durante la gestación] desarrollaban cáncer en la
vagina. Se trata de un hallazgo muy grave. Existen otros datos toxicológicos
con respecto al AZT, como las lesiones en los nervios, músculos y
médula ósea. Es necesario evaluar todos estos datos de forma muy
exhaustiva. Como Ministro de Salud Pública, tengo la responsabilidad de
garantizar que los sudafricanos reciban una atención sanitaria apropiada
y accesible. Esta responsabilidad se extiende a la garantía de que ninguna
intervención en materia de salud pueda llegar a tener un efecto negativo a
largo plazo sobre la población’’.
--- Discurso de la Dra. Tshabalala-Msimang en el Congreso, el 16 de Noviembre de 1999

‘‘... para los pacientes con SIDA, es necesario desarrollar de forma urgente un
remedio que sustituya a esta sustancia tóxica, el AZT’’.
--- Hayakawa y cols. en Biochemical and Biophysical Research Communications
176:87-93 (1991)

‘‘Se sabe que el AZT es un cancerígeno ... El tema es que algunos de los ratones
[expuestos al AZT en el útero] han contraído cáncer [*]. Ataca la médula ósea. Es
muy tóxico’’.
--- Declaración de la Dra. Tshabalala-Msimang al Mail&Guardian, el 1 de Diciembre de 1999

‘‘Es evidente por sí mismo que los AANs [antirretrovirales análogos de los
nucleósidos, como el AZT], al igual que otros fármacos, presentan efectos
secundarios. Sin embargo, la toxicidad mitocondrial frecuente y, en ocasiones
grave que producen los AANs tiene un espectro especialmente amplio de dianas
tisulares y de mecanismos de toxicidad: hematológica [sangre], miopatías
[músculos], cardiotoxicidad [corazón], hepatotoxicidad [hígado], neuropatía
periférica [nervios]’’.
--- Lewis y Dalakas en Nature Medicine 5:417-22 (1995)

‘‘[El AZT y los otros fármacos análogos de los nucleósidos] son mucho más tóxicos
que lo que se consideraba con anterioridad... La capa de células adiposas situada
directamente bajo la piel, que se va consumiendo... está llena de mitocondrias...
otros efectos secundarios frecuentes [del AZT y otros fármacos similares] son el
deterioro nervioso y muscular, pancreatitis y una reducción de la producción de
células sanguíneas... manifestaciones que recuerdan las originadas por
enfermedades mitocondriales hereditarias’’.
--- Brinkman y cols. en el Lancet 354(9184):1112-5 (1999)

‘‘Lo que estamos tratando de hacer es de analizar la información para que [si] los
ciudadanos del país... toman AZT, lo hagan concienzudamente, para que
mañana nadie pueda decir que no se les había dicho’’.
--- La Dra. Tshabalala-Msimang, en el documental de la e.tv
‘‘La verdad sobre el AZT’’ del 12 de Diciembre de 1999

‘‘El AZT fue sometido a ensayos clínicos y se introdujo como fármaco específico
frente al VIH muchos años antes de que hubiera datos que demostraran que las
células de los pacientes pueden producir la trifosforilación del compuesto
original en un grado que se considera suficiente para su posible acción
farmacológica. No obstante, a partir de las evidencias publicadas desde 1991, se
ha esclarecido que no tiene lugar dicha fosforilación y, por tanto, que el AZT no
posee un efecto anti-VIH. Sin embargo, la bibliografía científica aclara... una
serie de mecanismos bioquímicos que hablan de la posibilidad de una toxicidad
generalizada y grave derivada del uso de este fármaco... En función de todos
estos datos, es difícil, por no decir imposible, explicar por qué se introdujo el
AZT y el hecho que aún siga siendo el fármaco anti-VIH más recomendado y
empleado. [La administración continuada de AZT] ya sea sola o en
combinación... a los pacientes seropositivos al VIH o con SIDA, exige llevar a
cabo una revisión urgente’’.
--- Papadopulos-Eleopulos y cols. en el Current Medical Research and Opinion 15,
Suplemento 1: ‘‘A Critical Analysis of the Pharmacology of AZT and its Use in
AIDS’’ (Un análisis crítico de la farmacología del AZT y su uso en el Sida) (1999)

‘‘RETROVIR (ZIDOVUDINA) PUEDE ASOCIARSE CON TOXICIDAD
HEMATOLÓGICA, INCLUSO GRANULOCITOPENIA Y ANEMIA GRAVE
[destrucción masiva de eritrocitos y de glóbulos blancos (inmunitarios),
respectivamente]... LOS ANTIRETROVIRALES ANÁLOGOS DE LOS NUCLEÓSIDOS,
INCLUIDO EL RETROVIR... SON POTENCIALMENTE FATALES’’.
--- GlaxoSmithKline: ‘‘Prospecto informativo’’ del AZT

‘‘Lo que provoca, suprime el sistema inmunitario. Justo el sistema que queremos
estimular. ... No tomaría AZT, no lo tomaría’’.
--- La Dra. Tshabalala-Msimang en ‘‘La verdad sobre el AZT’’, el 12 de Diciembre de 1999

‘‘[Debido a sus] potentes propiedades inmunodepresivas... una inmunodepresión
profunda... acompaña con frecuencia el tratamiento con fármacos análogos de
los nucleósidos... tienen numerosas toxicidades asociadas,
y entre ellas algunas pueden ser graves. Tiene particular importancia
la inmunosupresión, que aparece regularmente con los programas
protocolizados de tratamiento. Cada uno de los análogos de los nucleósidos está
asociado con una profunda linfocitopenia [agotamiento de las células
inmunitarias], con inversión de la relación CD4/CD8, y con infecciones
oportunistas’’.
--- Cheeson, Keating y Plunkett, Nucleoside Analogs in Cancer Therapy (Los análogos de
los nucleósidos en el tratamiento del cáncer) (New York: Marcel Dekker Inc., 1997)

‘‘En su carta dirigida a mí con fecha de 19 de junio, hace la extraordinaria
afirmación de que el AZT potencia el sistema inmunitario. Ni siquiera el
fabricante de este fármaco hace esta aseveración tan falta de rigor científico.
La realidad es precisamente la contraria a la que usted comenta, ya que el AZT
es inmunosupresor. En contra de las afirmaciones que hace a favor del AZT,
todas las autoridades médicas responsables dan advertencias de forma reiterada
acerca de la toxicidad de los fármacos antirretrovirales, entre los que se incluye
el AZT’’.
--- El Presidente Mbeki en la carta dirigida al líder del partido DA (Alianza Democrática)
Tony Leon, el 1 de Julio de 2000
---
‘‘El fármaco [AZT] puede inhibir la producción de eritrocitos y reducir el recuento
de leucocitos hasta un punto en que puede ser preciso interrumpir el uso del
mismo para evitar infecciones’’.
--- Información entregada a la prensa por la Food and Drug Administration
estadounidense el 5 de Marzo de 1990

‘‘Pienso que el AZT sólo puede acelerar la muerte de un individuo. Se trata de
una enfermedad inmunológica, y lo único que hace el AZT es dañar aún más a
un sistema inmunitario ya diezmado’’.
--- El Profesor Jay Levy, Director del laboratorio de investigación de tumores y del virus
del Sida de la Universidad de California en San Francisco, en el Newsday del 12 de Junio
de 1990

‘‘El amplio seguimiento de pacientes en un ensayo [de AZT], el estudio
Concorde, ha demostrado un aumento significativo del riesgo de muerte entre
los pacientes tratados de forma temprana’’.
--- Phillips y cols. en el New England Journal of Medicine 336: 958-959 (1997)

‘‘No quiero que me empujen y me presionen para alcanzar el objetivo de
que tres millones de personas sean tratadas con antiretrovirales dentro del
2005. La OMS estableció ese objetivo por sí misma. No nos consultaron...
No se trata de buscar números. Se trata de la calidad de la asistencia sanitaria
que ofrecemos a nuestra gente... Yo también continuaré advirtiendo a la gente
respecto de los efectos secundarios de los ARVs. No puedo pararme en un
pedestal y decir que todo va bien... Es una cuestión totalmente decisiva que
nuestra gente conozca los efectos secundarios, especialmente porque éstas son
medicinas nuevas y no se sabe mucho sobre ellas. Cuando nos presionaron para
emplear los ARVs, hemos advertido realmente acerca de los efectos secundarios,
y cuando recibo informes respecto a la gente que toma ARVs, nadie me muestra
cuánta gente se rebeló al programa o murió a causa de los efectos secundarios.
No sé qué sucede con aquellos que comenzaron a tomar antiretrovirales... Hubo
un tiempo en el cual nos dijeron que diéramos los ARVs a todos y nos opusimos.
Creo que teníamos razón... Cuando se trate de hablar de los efectos secundarios,
yo siempre haré eso... Debemos ser rectos y honestos cuando informamos a los
ciudadanos acerca del uso de los ARVs... No estoy contenta [con los informes que
refieren cuánta gente está siendo tratada con ellos] y preguntaré [a los expertos
de estadística] para establecer cuánta gente ha muerto a causa de la toxicidad
de los ARVs. Continuaré educando a la gente de este país acerca los efectos
secundarios de los ARVs... me conoces, yo digo la verdad’’.
--- La Dra. Tshabalala-Msimang, durante la conferencia informativa en Union Buildings en
Pretoria, el 5 de Mayo de 2005

‘‘Los resultados de este estudio de colaboración, que englobaba... más de 20.000
pacientes con VIH-1 de Europa y Norteamérica, demuestran que la respuesta
virológica tras el comienzo del TARGA [Tratamiento antirretroviral de gran
actividad] ha mejorado continuamente desde 1996. Sin embargo, no ha habido
una reducción correspondiente en los porcentajes de Sida o de muerte, hasta a
un año de seguimiento. Por el contrario, había alguna evidencia de cierto
aumento en el porcentaje de Sida en el periodo más reciente. [Hemos advertido
una] discrepancia entre la clara mejoría que hemos registrado en la respuesta
virológica y los porcentajes aparentemente peores de la progresión clínica’’.
--- The Antiretroviral Therapy (ART) Cohort Collaborative (Estudio de colaboración de
cohortes de la terapia antiretroviral –ART-), en el Lancet 368:451-458 (2006)

‘‘Los principales hallazgos son que a pesar de la mejoría inicial en el control
virológico... no existe una mejora significativa en la respuesta inmunológica
inicial medida a partir del recuento de linfocitos CD4, ni una reducción de la
mortalidad global, pero sí un aumento significativo del riesgo combinado de
Sida y muerte relacionada con el Sida en los últimos años’’.
--- Editorial del Lancet que comentaba ‘‘estas tendencias un poco paradójicas’’
mencionadas en el estudio que acabamos de citar

‘‘El informe de Cabo Occidental mostraba que de un total de 4.251 pacientes
inscritos en 3 meses, fallecieron en total de 207 (4,8%). Del total de 2715
pacientes inscritos en 6 meses, fallecieron en total de 196 (7,2%). De los 914
pacientes inscriptos en 12 meses, fallecieron 114 (12,2%)’’. (Al representar en un
gráfico los valores sobre los ejes X e Y, estos datos revelan una relación lineal
perfecta entre la tasa de defunción de personas que tomaban ARVs y la
duración de su tratamiento, a la vez que predicen que, en el plazo de siete años,
todos los que continúen con ARVS habrán fallecido. La alta tasa de abandono de
la terapia reflejada por estas informaciones coincide con numerosos informes
publicados acerca de la toxicidad persistente de los ARVs en la mayoría de los
sujetos a quienes fueron recetados).
--- Informe del portavoz del Ministerio de Salud Pública, Maupi Monyemangene, el 6 de
Octubre de 2005

‘‘El Enviado Especial de Naciones Unidas para el VIH/Sida en África, Stephen
Lewis, expresó su preocupación el Martes acerca del número creciente de
muertes en Malawi entre aquellas personas que se están sometiendo al
tratamiento frente al VIH/Sida en dicho país. Lewis hablaba al final de su visita
de tres días al empobrecido país del sur de África, cuando fue informado por los
funcionarios del gobierno de Malawi que el país estaba tratando de resolver el
11 % de tasa de mortalidad entre las personas que recibían fármacos
antirretrovirales (ARV) gratuitos en los hospitales públicos. Malawi ha
gestionado el aumento del número de personas que recibían ARVs gratuitos
pasando de unos 4.000 hace dos años, a 70.000 en la actualidad’’.
--- ‘‘UN concerned about Malawi’s rising deaths of AIDS patients on ARVs’’
(Las Naciones Unidas preocupada por el aumento de las muertes de los
pacientes con Sida que toman ARVs) en el People's Daily Online de la China,
del 1 de Noviembre de 2006

‘‘La Ministra de Salud Pública de Sudáfrica ha confirmado que cerca de 6.000
personas VIH-positivas habían fallecido mientras tomaban fármacos
antirretrovirales (ARV), desde que comenzara la intervención del gobierno en
2004... cifra por debajo del 3% del número de personas VIH-positivas que
accedieron al tratamiento en las instalaciones estatales para ARV durante el
mismo periodo. El portavoz del departamento de salud, Sibani Mngadi, dijo
que... ‘El número de personas tratadas con terapia antirretroviral a través de
nuestro ‘‘Plan Ampliado sobre VIH y Sida’’ ha aumentado [en] 60.000 el pasado
año, hasta 235.378 al final de Septiembre de 2006’’’.
--- ‘‘SOUTH AFRICA: Govt AIDS programme on course but people still dying’’, (SUDAFRICA:
programa gubernamental de Sida en acción, pero la gente sigue muriendo), de la
Fundación Reuters (Fuente: IRIN), del 14 de Noviembre de 2006
---
‘‘No hemos podido descubrir por qué los médicos prescriben un fármaco tóxico
llamado AZT (Zidovudina) a la gente que no se queja de otra cosa que no sea la
presencia de anticuerpos frente al VIH en su sangre. En realidad, no podemos
entender por qué debe haber algún motivo por el cual los seres humanos
deberían tomar este fármaco’’.
--- El Dr. Kary Mullis, médico clínico y Premio Nobel de Química, en el prefacio del libro
Inventando el virus del Sida, del profesor Peter Duesberg
(Washington: Regnery, 1996)

‘‘Mira, aquí no existe ningún misterio sociológico... Lo que está siendo
amenazado es los ingresos y la posición de la gente... Es por ello que son tan
desagradables. En el campo del Sida, existe una neurosis extendida entre los
científicos... existe simplemente tanta evidencia que se acumula lentamente
contra ellos. Es realmente difícil para ellos manejar el tema. Han cometido un
error realmente grande y no lo repararán nunca. Aún están envenenando a la
gente’’.
--- El Dr. Kary Mullis en ‘‘Out of Control: AIDS and the corruption of medical science’’
(Fuera de control: el Sida y la corrupción de la ciencia médica), de Celia Farber, Harper's
Magazine, Marzo de 2006

‘‘Creo de corazón que no es justo darles [AZT y los otros fármacos ARVs] a mi
gente’’.
--- La Dra. Tshabalala-Msimang, mientras lanzaba una campaña contra la tuberculosis, el
15 de Marzo de 2003

‘‘... se justifica que Usted lance una advertencia acerca del uso terapéutico
prolongado del AZT, o su empleo para las mujeres embarazadas, debido a su
toxicidad y efectos secundarios demostrados. Desgraciadamente, los efectos
devastadores del AZT emergieron sólo después de que el nivel final de los
experimentos estaba en proceso, es decir, los experimentos que consistían en dar
AZT a un gran número de pacientes durante un período de tiempo prolongado.
Su esfuerzo vale la pena... Espero que pueda convencer a su gobierno de no
facilitar el AZT’’.
--- El Profesor Richard Beltz, inventor del AZT en el otoño de 1961, dirigiéndose al abogado
Brink, el 11 de Mayo de 2000

‘‘Hemos visto la colonización, hemos visto el imperialismo, hemos visto el
apartheid... y todos ellos fueron empleados contra nosotros, que somos el
pueblo. [Los africanos] ganaron su liberación y ahora están peleando otra
guerra y están siendo aterrorizados psicológicamente una vez más porque la
gente quiere vender [fármacos ARVs] y obtener ganancias. Y esos productos no
dan ningún beneficio. La única cosa que realmente puede suceder, una vez que
se tocan los antirretrovirales, es que se puede ir en una sola dirección’’.
--- Peter Mokaba, miembro del Congreso, en The Star, el 4 de Abril de 2002


*La exhaustiva bibliografía científica que informa acerca de la toxicidad fetal y la carcinogenicidad
transplacentaria del AZT, a la que se refirió la Dra. Tshabalala-Msimang, está examinada a fondo en
Poisoning our Children: AZT in Pregnancy (Envenenando a nuestros hijos: el AZT durante el embarazo), y en
el análisis breve: Why do Zackie Achmat, Nathan Geffen and Mark Heywood want pregnant African women
and their babies to be given AZT? What AZT does to unborn and newly born children (¿Por qué Zackie
Achmat, Nathan Geffen y Mark Heywood quieren que se les dé AZT a las mujeres africanas embarazadas y a
sus bebés? Lo que hace el AZT a los niños por nacer y a los niños recién nacidos), que se encuentran
disponibles en Internet, en la columna “Quick links” del sitio del TIG (Grupo de información sobre los
tratamientos): www.tig.org.za. Véase además: Introducing AZT (Presentando el AZT); Inventing AZT
(Inventando el AZT); Licensing AZT (Autorizando el AZT); Debating AZT: Mbeki and the AIDS drug
controversy (Debatiendo el AZT: Mbeki y la controversia acerca de los fármacos frente al Sida y The trouble
with nevirapine (El problema con la nevirapina), que también están publicados en este sitio.

25 mg de AZT producido por la compañía Sigma-Aldrich Chemie para los
laboratorios de investigación (GlaxoSmithKline aconseja una dosis diaria
de 500 a 1.500 mg). La etiqueta advierte:

TÓXICO: Tóxico por inhalación, en contacto con la piel y por ingestión.
Órgano(s) diana: sangre y médula ósea. En caso de accidente o ante
sensación de malestar, acúdase al médico de forma inmediata (mostrar la
etiqueta siempre que sea posible). Llevar una vestimenta de protección
adecuada

(La versión más reciente de la etiqueta también incluye una advertencia
acerca de sus efectos cancerígenos).

lunes, 30 de marzo de 2009

LOS ANTIRRETROVIRALES, ANTE EL TRIBUNAL INTERNACIONAL DE LA HAYA



www.dsalud.com/numero92_6.htm


El Tribunal Penal Internacional -más conocido como Tribunal Internacional de La Haya- no va a tener más remedio que valorar el papel real de los antirretrovirales en el tratamiento del Sida ya que el pasado 4 de enero el abogado sudafricano Anthony Brink presentó en él un escrito de 59 páginas acusando de genocidio a Zackie Achmat -máximo dirigente de la organización sudafricana TAC (Treatment Action Campaign)- por promover su consumo para afrontar el Sida. Brink, vinculado a la Fundación Rath, afirma que los antirretrovirales que la medicina convencional considera la única posibilidad válida para tratar el Sida lo que en realidad hacen es contribuir a la muerte de quienes los toman al ser tóxicos y envenenar sus organismos.

Anthony Brink -la persona que ha acusado de genocidio a Zackie Achmat, máximo dirigente de la organización sudafricana Treatment Action Campaign (TAC)- es un abogado que preside el también sudafricano Grupo de Información del Tratamiento (GIT) y basa su denuncia en la argumentación de que promover y presionar al Gobierno de ese país para que proporcione a la población antirretrovirales es una acción criminal porque su eficacia es discutible y en cambio se sabe perfectamente que han causado ya la muerte de decenas de miles de personas, la mayoría pobres y de raza negra.
Muchos piensan que más que una sentencia ejemplar lo que Brink pretende con su denuncia es reactivar el debate sobre los efectos tóxicos de los antirretrovirales y lo que está ocurriendo en Sudáfrica. Y es que allí, a diferencia de nuestro país, el debate sobre el Sida y los antirretrovirales aún se mantiene vivo desde que el presidente Thabo Mbeki llamara en 1999 la atención pública internacional al advertir que el AZT, medicamento antirretroviral que organizaciones como la de Achmat exigían fuera distribuido a través de la Sanidad pública, era y es gravemente tóxico. Dirigiéndose al Parlamento el 28 de octubre de ese año Mbeki declaró: "Preocupados por responder apropiadamente al problema del Sida en Sudáfrica muchos en nuestro país han instado al Gobierno a que permitiera que la droga AZT estuviera disponible en el sistema público de salud. (…) Existe sin embargo un enorme volumen de literatura científica que advierte, entre otras cosas, que la toxicidad de esa droga es tal que constituye un peligro para la salud. Se trata pues de un asunto preocupante para el Gobierno y sería una irresponsabilidad no considerar las horribles advertencias que tantos investigadores y médicos están haciendo". A partir de ese momento Mbeki y su ministra de Sanidad, la doctora Tshabalala-Msimang, fueron denigrados y presentados a nivel internacional como políticos irracionales, enemigos de la civilización, poco menos que defensores del ajo para tratar cualquier dolencia grave cuando no meros brujos y como si en lugar de personas altamente preparadas vivieran aún en chozas en medio de la sabana. Estrategia de las compañías farmacéuticas -conducida en gran parte en Sudáfrica por organizaciones como la Treatment Action Campaign (TAC) que dirige Zackie Achmat- cuya presión consiguió que finalmente los antirretrovirales fueran distribuidos por el Gobierno. Lo que, por supuesto, no hizo que el debate finalizara.

ANTHONY BRINK-ZACKIE ACHMAT
Obviamente, aunque haya quien pueda plantearlo, Anthony Brink no es un iluminado en busca de protagonismo. Se interesó por la controversia VIH-Sida en 1996 cuando tras una experiencia personal descubrió que dos de los científicos más eminentes de la Biología contemporánea, Walter Gilbert -Premio Nobel en 1980- y Kary Mullis -Premio Nobel en 1993-, no subscribían el modelo ortodoxo sobre el Sida. Además, aunque era abogado su abuelo le había introducido de pequeño en los secretos de la Microbiología y de ahí que decidiera investigar la controversia a fondo. Pues bien, merced a ello Brink ha reunido en los últimos años una importante biblioteca con documentos científicos, libros y otros materiales sobre el Sida. Y como producto de sus investigaciones escribió Debating AZT: Mbeki and the AIDS drug controversy (véalo en www.whale.to/a/brink_b.html), una extensa crítica del AZT que contribuiría a la toma de posición del presidente Mbeki del que se convirtió en asesor en esta materia.
En la misma línea que Matthias Rath -creador de la Medicina Celular (vea en nuestra web -www.dsalud.com- los reportajes que le dedicamos en los números 54, 55 y 64) y quien ha mostrado públicamente en numerosas ocasiones su apoyo a Mbeki- Brink y su organización -el Treatment Action Group (TIG)- defienden el tratamiento nutricional como solución al desarrollo y expansión del Sida, enfermedad que consideran tiene que ver más con la pobreza y desnutrición que con el VIH. Al mismo tiempo se oponen a la distribución entre la población de antirretrovirales por su tremenda toxicidad lo que le mantiene permanentemente enfrentado al grupo de Achmat. Su denuncia por genocidio ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya no es, pues, sino el penúltimo capítulo de este enfrentamiento. Por su parte, Achmat es presentado por los defensores de las tesis oficiales con expresiones como "el hombre que plantó cara al Sida".
El diario El País, por ejemplo, le dedicaba el 26 de noviembre del 2006 un artículo laudatorio con este subtítulo: "Gay, ex prostituto y enfermo, Zackie Achmat se ha convertido en una leyenda en la lucha contra la pandemia". Afirmando en el interior con desparpajo que Sudáfrica "ofrece el ejemplo más deplorable de cómo reaccionar ante la epidemia" y comparando a Achmat nada menos que con Nelson Mandela. "Achmat -afirma el periodista- lleva ocho años dirigiendo una organización llamada Campaña de Acción para el Tratamiento (en inglés, TAC) que se ha dedicado en gran medida a presionar a su Gobierno, a la industria farmacéutica y a la opinión internacional para que se acabe con la desigualdad en el acceso al tratamiento para el Sida en países ricos y pobres". Afirmación que es, precisamente, la base de la acusación de Brink: la presión sobre el Gobierno.
Una acusación que enfrenta dos maneras distintas de ver no sólo la solución sino también el origen del problema en un país donde las diferencias raciales no son sólo cosa del pasado. Para Achmat el origen del problema en Sudáfrica está en la promiscuidad sexual de los africanos. "Lo que quiero decir -señala Achmat en El País comparando las situaciones de Brasil y Sudáfrica- es que a Brasil no le acompleja que sus habitantes practiquen mucho el sexo. A diferencia de Sudáfrica donde también hay mucho sexo pero se ve la hipocresía y el rechazo desde las alturas". Brink, sudafricano blanco, se rebela ante estos argumentos. "Para Achmat -señala Brink en la demanda- los pobres negros desnutridos atrapados en favelas suburbanas y áridos basureros rurales son los culpables de que su salud colapse. El profesor Jerry Coovadia, de la Nelson R Mandela Medical School, es también un entusiasta de la distribución de antirretrovirales para los africanos y expresó el mismo punto de vista racista en un discurso en la Universidad de Witwatersrand el 24 de junio del 2003: 'Cuando nosotros nos tambaleamos bajo el peso masivo del Sida es la sexualidad desenfrenada (...) de personas recientemente independientes (...) sobre todo la promiscuidad de los hombres lo que ha llevado al Sida'. Según este experto en Sida la causa principal de la susceptibilidad de las masas africanas a la tuberculosis y otras enfermedades endémicas no es la desnutrición ni otros factores concomitantes de la pobreza sino sus instintos orgiásticos que andan sueltos y corriendo de forma salvaje desde el advenimiento de su propio gobierno democrático".

¿SIRVEN LOS ANTIRRETROVIRALES PARA COMBATIR EL SIDA?
Al final ésta es la verdadera pregunta que plantea Brink en su demanda. Y su respuesta es NO. Y porque no son eficaces -los considera responsables de miles de muertes como consecuencia de la toxicidad de sus graves efectos secundarios- y por la presión que ha hecho hasta conseguir su distribución es por lo que acusa a Achmat ante el Tribunal Penal Internacional. "Desde sus comienzos en 1998 -podemos leer en la demanda- el TAC se ha comprometido en una intensa campaña política coercitiva y subversiva contra el Gobierno democrático de Sudáfrica para obligarle a entrar en acuerdos comerciales con la industria farmacéutica para la compra de antirretrovirales y para proporcionar esas drogas en los hospitales públicos y clínicas a los pobres, abrumadoramente negros. En este proyecto el TAC ha conseguido un completo éxito. Entrevistado por el Mail & Guardian online el 30 de noviembre de 2006 Achmat afirmó: 'Indiscutiblemente, nuestro mayor éxito es haber llevado al Gobierno a aceptar nuestro plan de tratamiento'. La referencia de Achmat a su mayor 'éxito' fue lograr la capitulación del Gobierno de Sudáfrica el 17 de abril del 2002 a su demanda para la provisión de antirretrovirales en el sistema de salud público (…) Según el propio Achmat la provisión de antirretrovirales a través del sistema público de salud es su logro personal por lo que las consecuencias para sus víctimas, detalladas más abajo, le hacen responsable pleno. La droga de la que Achmat comenzó haciendo campaña públicamente en 1998 y qué él continúa abanderando es el AZT (zidovudine), entonces bajo la patente de GlaxoWellcome (la patente expiró en 2005) y todavía comercializada por la empresa (ahora GlaxoSmithKline) bajo la marca de fábrica 'Retrovir' ".
En cualquier caso la demanda, más allá de su resultado final, permite repasar algunos datos científicos y opiniones que normalmente los consumidores de antirretrovirales y la gente en general ignoran.
Para empezar Brink recuerda que mucho antes de las palabras de Mbeki ante el Parlamento la comunidad científica había resaltado ya la alta toxicidad del AZT. "Cuando la Dra. Tshabalala-Msimang -se lee en la demanda- hizo estos anuncios en Octubre/Noviembre de 1999 ya había sido publicado un sustancial cuerpo de literatura médica y científica apoyando la súplica hecha ya en 1991 por Hayakawa y otros en Biochemical and Biophysical Research Communications de que para los pacientes de Sida 'es urgentemente necesario desarrollar un remedio para sustituir esta sustancia tóxica, el AZT'. En 1994 Lenderking y otros informaron en el New England Journal of Medicine que incluso a la dosis diaria más baja entonces, 500 mg, todavía recomendada por GlaxoSmithKline, AZT es tan sumamente tóxico que los 'efectos laterales severos que causaba a pacientes asintomáticos' ponían en peligro en algunos casos sus vidas".
De hecho, recuerda Brink, el AZT es tan tóxico que de acuerdo con las convenciones industriales internacionales para el etiquetado de venenos la compañía de suministros químicos Sigma-Aldrich Chemie Gmbh etiqueta minúsculas cantidades de 25 mg del producto para el uso de investigación en laboratorio, con un cráneo y el icono de las dos tibias sobre una banda ancha anaranjada para remarcar el potencial riesgo tóxico-químico, fatal en caso de exposición accidental, con una advertencia en seis idiomas: "Giftig-Toxique-Tóxico-Toxico-Tossico-Vergiftig".
Pero el AZT sólo era la punta del iceberg. Brink recuerda cómo desde entonces son decenas los estudios científicos que va citando que han ido señalando la toxicidad del AZT y del resto de los antirretrovirales que han ido apareciendo en el mercado.
Así, Brink recuerda que en el 2003 el Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes publicó Grade 4 events are as important as AIDS events in the era of HAART. El estudio se ocupaba de revisar el estado de 2.947 pacientes tratados con antirretrovirales entre 1996 y 2001 para estimar la incidencia de eventos graves para la supervivencia que no están definidos como parte del Sida y eventos con resultado de muerte entre los pacientes tratados con Terapia Antirretroviral Altamente Activa (HAART, es decir un antirretroviral) en 5 grandes multicentros de Estados Unidos. Los autores del estudio señalaron que las 4 clases de antirretrovirales y los 19 antirretrovirales aprobados por la FDA han sido relacionados, directa o indirectamente, con eventos peligrosos para la vida e incluso con la muerte y con un número mayor de episodios graves (grado 4) que los provocados por eventos derivados del Sida. Las causas de los eventos más comunes de toxicidad grado 4 de la droga estaban "relacionados con el hígado" y los "eventos cardiovasculares" fueron los que en el caso de los HAART se asociaron con un mayor riesgo de muerte. "Los investigadores -afirma Brink en la demanda- concluyeron: 'Nuestro hallazgo es que la proporción de eventos grado 4 es mayor que la de proporción de eventos derivados del Sida y que el riesgo de muerte asociada con estos eventos grado 4 es muy alta para muchos eventos' (…) En suma -continua el escrito- Reisler y otros encuentran la cura más mortal que la enfermedad y la deficiencia cardiaca inducida por los antirretrovirales la causa principal de muerte entre las personas tratadas con estas drogas".
En este punto, y aunque no esté incluido en la demanda, es preciso señalar que en la presentación de la XIV Conferencia Internacional sobre el Sida en Barcelona hace cuatro años (vea lo publicado en nuestra web: www.dsalud.com) la doctora Amy Justice -de la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos)- reveló que la "causa más común de muerte entre las personas positivas VIH es el fracaso hepático". Justice basó sus conclusiones en un estudio de casi 6.000 seropositivos en cuatro lugares de Estados Unidos y afirmó entonces que su estudio era el único que se había preocupado hasta ese momento de conocer la causa real de muerte en los pacientes de Sida.
En la demanda se citan incluso las palabras de Anthony Faucci, director del National Institute for Allergies and Infectious Diseases en EEUU, que ya en febrero del 2001 -tan sólo un año después de que el Presidente Mbeki llamara la atención del mundo sobre la toxicidad del AZT- declaró: "Estamos muy interesados en varias toxicidades asociadas con el uso a largo plazo de drogas antirretrovirales… Estamos asistiendo a un número creciente de pacientes con niveles gravemente altos de colesterol y triglicéridos (...) Las malas noticias son que ahora debemos encontrar maneras de tratar con toxicidades no previstas, incluyendo el potencial para la enfermedad coronaria prematura". Lo que une perfectamente las conclusiones de Reisler y Justice.
Incluye también Brink en su escrito los datos del estudio Antiretroviral Therapy publicado en Agosto del 2006 en The Lancet: "Los resultados de este estudio -señala la demanda- que involucró a más de 20.000 pacientes con VIH-1 de Europa y Norteamérica muestran que la contestación virológica después de empezar con HAART ha mejorado firmemente desde 1996. Sin embargo no ha habido ninguna disminución en las ratios de Sida o muerte a partir del primer año de seguimiento. 'Nosotros -indican los autores- notamos una discrepancia entre la mejora clara que registramos para la contestación virológica y las proporciones de empeoramiento de la progresión clínica'. Un editorial en The Lancet que comentó estas tendencias 'paradójicas' resumió: 'Los resultados principales son que, más allá de la mejora inicial del control virológico inicial del VIH… no hubo mejoras significativas en la contestación inmunológica temprana tales como la medición de los linfocitos CD4, ninguna reducción en las causas de fallecimiento y un aumento significativo en el riesgo de muerte relacionado con el Sida' ".
Otra de las investigaciones citadas es la de Fellay y otros titulada Predominio de eventos adversos asociado con el tratamiento de antirretrovirales potentes, solos, dobles, y triples publicado en The Lancet en octubre del 2001. Los investigadores informaron de "una alta prevalencia de efectos tóxicos" en un estudio de 1.160 pacientes. Más de dos tercios de los mismos sufrieron efectos adversos severos, suficientes para afectar la adhesión a los tratamientos. El 47% informó de problemas clínicos como vómitos, diarrea, náuseas, obesidad, cambios de humor, insomnio y fatiga. Los análisis de sangre revelaron "potencialmente anormalidades serias" en el 27%. Los investigadores clasificaron una significativa proporción de estos eventos adversos como serios o severos.
Y otro dato aportado en la demanda resulta especialmente significativo: el informe Guía de los U.S. Public Health Service para el manejo de exposiciones profesionales al VIH y recomendaciones para la profilaxis posterior publicado por el US Centers for Disease Control (CDC) en Septiembre del 2005 citaba numerosos estudios según los cuales como resultado de la toxicidad y los efectos secundarios una proporción sustancial del personal sanitario (17-47%) había sido incapaz de completar un ciclo de 4 semanas de tratamiento con agentes antirretrovirales después de exposiciones profesionales a fuentes del VIH.
En la demanda se recogen también multitud de estudios que rebaten tanto la idea de la eficacia de la medición de la carga viral como de la eficacia clínica del conteo de CD4.
Centrándose en lo que está ocurriendo en su país Brink cita datos ofrecidos por el Departamento de Salud del Gobierno sudafricano de Octubre del 2005 según los cuales de un total de 4.251 pacientes tratados con antirretrovirales estudiados durante 3 meses 207 (4.8%) murieron. De un total de 2.715 pacientes estudiados en 6 meses 196 (7.2%) murieron. De 914 pacientes estudiados en 12 meses 114 (12.2%) pacientes murieron. "Trazado en un gráfico como valores X e Y -se indica en la demanda- estos datos revelan una perfecta relación lineal entre la mortalidad de las personas que toman antirretrovirales y la duración de su tratamiento; y predicen que antes de siete años todos los que tomen antirretrovirales estarán muertos".
Citando otros datos oficiales Brink establece en un 3% la cifra de muertos causados por los efectos de los antirretrovirales, porcentaje que cree irá en aumento hasta igualar en no mucho tiempo el 11% de mortalidad entre pacientes tratados con antirretrovirales en los hospitales públicos de Malawi, según datos aportados por Stephen Lewis, Enviado Especial de las Naciones Unidas para el VIH/Sida en África.

NI LOS LABORATORIOS CREEN EN LOS ANTIRRETROVIRALES
Brink acusa a Achmat de ignorar todos estos datos y seguir presentando en sus campañas los antirretrovirales como garantía de vida. "Achmat -señala- ha desatendido esta información y ha persistido haciendo campaña en nombre de GlaxoSmithKline y otras corporaciones farmacéuticas sobre la base de considerar que antirretrovirales como el AZT son medicamentos salvadores de vida. Sin embargo, ni siquiera los laboratorios hacen esas afirmaciones en las inserciones informativas de sus medicamentos, ni en la información sobre el producto porque no hay evidencias para ello. No obstante, Achmat pretende falsamente en su propaganda a través del TAC que esas drogas salvan vidas y que ayudan al enfermo a mejorar cuando se apilan informes publicados que demuestran lo contrario, es decir que inducen enfermedades serias en personas saludables".
Brink recuerda que GlaxoSmithKline avisa en su Prescribing Information -es decir, en el prospecto informativo- para el AZT que se debe informar a los pacientes de que las principales toxicidades del Retrovir son neutropenia y/o anemia (recordemos que la neutropenia es la disminución patológica de neutrófilos en sangre, uno de los principales elementos del sistema inmune de nuestro organismo).
Y es que resulta especialmente significativo leer en la demanda lo que los propios laboratorios afirman sobre la utilidad de sus productos. "Por ejemplo, GlaxoSmithKline, fabricante de AZT, dice sobre su nuevo antirretroviral Ziagen en su Prescribing Information: 'Ziagen no se ha estudiado el tiempo suficiente para saber si le ayudará a vivir mucho más tiempo o a tener menos problemas médicos asociados con infecciones de VIH o Sida'. Sobre Combivir, una combinación de sus drogas AZT y el compuesto químicamente similar 3TC, GlaxoSmithKline señala: 'Combivir no es una cura para la infección por VIH y los pacientes pueden continuar experimentando las enfermedades asociadas con la infección por VIH, incluyendo infecciones oportunistas'. Boehringer Ingelheim afirma por su parte sobre la nevirapina: 'Viramune no cura el VIH o el Sida y no se sabe si le ayudará a vivir mucho más tiempo con el VIH. Las personas que toman Viramune pueden contraer infecciones comunes en personas con VIH (infecciones oportunistas)'. Merck no es más optimista sobre su droga inhibidora de proteasa en la información sobre el producto: 'No se sabe si Crixivan alargará su vida o reducirá las oportunidades de contraer otras enfermedades asociadas con el VIH'. Y Gilead Sciences es igualmente pesimista sobre su droga Tenofovir que el grupo de Achmat está intentando que se apruebe presionando sobre el Medicines Control Council donde actualmente está en proceso de aprobación; su 'Prescribing Information' dice: 'Viread no cura la infección por VIH-1 o el Sida. Los efectos a largo plazo de Viread no se conocen en este momento. Las personas que toman Viread pueden contraer infecciones oportunistas u otras condiciones como consecuencia de la infección por VIH-1".
Es decir, los propios laboratorios, a fin de protegerse de posibles demandas en el futuro, desvelan la realidad de lo que cabe esperar de sus productos: prácticamente nada bueno.
Es difícil que la demanda de Brink prospere pero al menos habrá servido para recordar que gente como Matthias Rath y él mismo sostienen la necesidad de modificar el acercamiento al Sida. "El Sida -ha escrito Rath- es un negocio multi-mil millonario pero sólo con tal de que esta epidemia se extienda y sólo con tal de que la industria farmacéutica pueda proteger su 'monopolio' sobre el mercado del Sida, basado en medicamentos tóxicos patentados. Cualquier desafío a este monopolio farmacéutico de los antirretrovirales llevará inevitablemente al derrumbamiento de este multi-mil millonario negocio. El hecho es que la Ciencia basada en los micronutrientes -establecida desde hace muchas décadas en los libros de texto de Biología como factores importantes biológicos para mejorar las deficiencias inmunes- es la mayor amenaza a la supervivencia del negocio de los medicamentos anti-Sida. Cualquier información de los medios de comunicación que desacredite a los micronutrientes, ni sirve a la verdad científica ni a los pacientes afectados por el Sida".
Terminamos recordando lo que muchos no quieren oír: alguien tan fuera de toda sospecha para los oficialistas como Luc Montagnier escribió en The Journal Of Infectious Diseases: "En el Sida el estrés oxidativo se propone como una alteración metabólica que favorece la progresión de la enfermedad induciendo la replicación viral y la muerte apoptótica celular (…) Tenemos evidencias de que el estrés oxidativo induce, mientras los antioxidantes inhiben, la replicación del VIH y la muerte apoptótica".
¿Alguien duda a estas alturas de los poderes antioxidantes de los micronutrientes naturales? ¿Alguien puede dudar de que determinadas condiciones relacionadas con la pobreza, el hambre o la sed causan un estrés oxidativo brutal? ¿Alguien puede dudar a estas alturas no ya en qué lado está el dinero sino en qué lado está la salud?


Francisco San Martín

lunes, 23 de marzo de 2009

GOOD BYE AIDS!



GOOD BYE AIDS! Did it ever exist?

Libro de Maria Papaginnodou, periodista griega, que cuenta  su experiencia viviendo en la Zona del SIDA. Cómo salió de aquel lugar. Recuperó la salud  al dejar de tomar medicamentos antiretrovirales.  Estuvo varias veces en coma por los efectos secundarios de estos fármacos.
En inglés
 




Injustificable actitud.

Más Allá de la Ciencia. N° 105. Noviembre del 1997.

Editorial.

Injustificable actitud.

La actitud de determinadas autoridades políticas y sanitarias españolas ante las reiteradas peticiones formuladas por MÁS ALLÁ DE LA CIENCIA reclamando información sobre un asunto socialmente tan grave y preocupante como el del SIDA es absolutamente injustificable y describe una característica propia de buena parte de los gestores de la cosa pública -que, a fin de cuentas, eso se supone que son- que por desgracia solemos tener que soportar los administrados de todos los países. Porque ¡casi un año después! de nuestras primeras gestiones ante diversos cargos y organismos públicos y privados -incluidos, como último recurso, el Presidente del Gobierno y S. M. el Rey-, seguimos sin obtener nada de lo que solicitamos. El silencio reiterado como respuesta -signo inequívoco que denota muchas veces la actitud de soberbia prepotente que adorna a quién en razón de su cargo así actúa- ha sido la nota dominante que ha definido la actitud de quienes ostentan cargos de responsabilidad en tema tan importante. Con el agravante de que cuando ese silencio ha sido roto, las respuestas nos dejaron boquiabiertos. Porque, ¿cómo puede decirnos el Consejo General de Colegios Médicos, entidad que aglutina a toda la clase médica española en ejercicio, a través de su Secretario, Antonio Entisne, que ese órgano no tiene documentación que demuestre que el VIH ha sido aislado y es el causante del Sida? ¿Y cómo puede explicarse que toda la documentación que al efecto nos pueda aportar Francisco Parras, Secretario del Plan Nacional contra el Sida, organismo del Ministerio de Sanidad y Consumo encargado expresamente del asunto, sean unas cuantas fotocopias de un libro norteamericano? ¿Qué está pasando? ¿Por qué los responsables sanitarios de nuestro país se niegan a debatir públicamente la explicación que ofrecen del Sida y las terapias que aplican, con quienes -muchos de ellos médicos e investigadores de prestigio- disienten abiertamente de tales argumentos? ¿Y cómo se justifica que, estando abierta esa polémica y habiéndose reconocido que no hay terapia efectiva para combatir el Sida, se imponga a todos los españoles presuntamente enfermos la medicación y tratamientos que las autoridades deciden? ¿Cómo es posible que a alguien que probablemente morirá irremisiblemente -según esos mismos médicos- se le niege el derecho a ser tratado con fármacos o métodos alternativos? ¿Qué se oculta -intereses económicos incluidos- detrás de esta inaceptable actitud?

MÁS ALLÁ DE LA CIENCIA no va a parar hasta encontrar respuestas. Tienen los lectores nuestra palabra.


domingo, 22 de marzo de 2009

Falsa carga viral.

Diario 16. Martes, 17 de junio de 1997.

Falsa carga viral.

David Ho.La pieza clave de los nuevos modelos de supuesto VIH y de sida inventados por el Dr. Ho en 1995 y que sustituyeron a los ya insostenibles modelos distintos del Dr. Gallo, es lo que se llama «carga viral». Los oficialistas creen y dicen que eso que denominan carga viral indica el número de ejemplares de «VIH» que se encuentra en cada mililitro de sangre de la persona etiquetada a la que se le mide. Y creen y dicen que sucesivas medidas de dicha carga viral sirven para ver cómo evoluciona el aumento o disminución del número de «VIH» que supuestamente infectan a quien hacen el seguimiento. Y creen y dicen que cuanto mayor (o menor) es la «carga viral», peores (o mejores) perspectivas tiene la persona. Y como que ocurre que baja la «carga viral» al empezar a administrar los cócteles, creen y dicen que estos venenos son muy beneficiosos.


Y como los especialistas oficiales creen y dicen todo esto, los medios de comunicación lo transmiten (tan acríticamente como siempre en el tema). Y, lógicamente, la población se lo cree. Y esta parte de la población especialmente interesada que son las personas etiquetadas como seropositivas también se lo creen. Y son tan fuertes tanto el marketing realizado en torno a los cócteles como la presión de los médicos necesitados de cobayas humanas para experimentarlos, que entre ambos están logrando que personas que se habían negado a tomar AZT-Retrovir y análogos, ahora están aceptando entrar en los protocolos. Pero lo que ni los médicos ni los etiquetados se preguntan es: «¿Cómo se mide la «carga viral»?» Mediante una técnica llamada PCR. Y resulta que la PCR no sirve para medir carga viral alguna. Y, claro está, menos aún la de un virus que no existe.
El uso fraudulento de la PCR.

La creación que valió el Nobel al disidente Mullis es usada erróneamente para contar el VIH.

Lluís Botinas.Lluís Botinas/Barcelona.

Los especialistas oficiales del sida están convencidos de que con los experimentos que hacen en sus laboratorios realmente aislan el «VIH»; de que con los test que se emplean, realmente detectan anticuerpos producidos específicamente por las defensas frente al «VIH», y de que con las distintas variantes de la técnica PCR que usan, realmente miden la cantidad de partículas «VIH» que están en cada mililitro de sangre de la persona testada, lo que llaman su «carga viral».

Y, basándose en estas últimas mediciones, afirman que los «tratamientos combinados y personalizados» que están administrando realmente son un gran avance en el tratamiento del sida, y que así lo están convirtiendo en una «enfermedad crónica».

Por el contrario, los especialistas críticos del sida afirman que el VIH no existe y que, incluso aceptando hipotéticamente que el VIH existiese, no podría en absoluto ser la causa del sida, que los tests no tienen valor diagnóstico alguno, por lo que deberían ser prohibidos de inmediato, y que la «carga viral» no tiene significado válido alguno. Y que «los cócteles a la carta» de fármacos venenosos sólo pueden acabar matando a quien los tome, por lo que es errónea la ilusión de convertir a las personas etiquetadas en clientes crónicos de las multinacionales farmacéuticas.

Los científicos críticos, y quienes en ellos nos apoyamos, llevan, llevamos, años pidiendo que se abra un debate científico y público sobre el sida, sus causas y la forma de acabar rápidamente con este monstruo frankesteiniano.

Robert Gallo.La ventaja de los críticos es que venimos de donde los oficialistas están. Ninguno de nosotros nació «crítico de la versión oficial del sida». Por caminos largos y múltiples -y siempre dolorosos-, fuimos cuestionando las hipótesis oficiales, así como sus cambios, nada bien fundamentados. Y nos vimos convertidos en oponentes, disidentes, etc., y, lo que por ahora parece inevitable, nos oímos llamar locos, ignorantes, peligros públicos, estafadores, sectarios, fascistas (Dr. Gallo dixit), etcétera.

La responsabilidad de los oficialistas es enorme. Si tenemos razón, su conducta científico-médico-terapéutica es no sólo radicalmente errónea sino, lo que es aún peor, perjudicial. Y cuanto más tiempo pase, peor, pues más vidas están siendo innecesariamente sacrificadas a la pseudociencia del sida y a los dividendos de los grandes laboratorios.

Y cuanto antes tengan el valor intelectual-y-humano de interrogarse acerca de lo que hacen, antes podrán sumarse esfuerzos para acabar con el sida. Es este un objetivo con el que públicamente nadie está en contra. Aunque siempre cabe preguntarse: ¿De qué serán especialistas los especialistas del sida cuando se desmonte el sida, objetivo que confiamos lograr para el año 2000?. Queda claro, pues, que, en lo que de nosotros depende, actuamos, e invitamos a actuar, decididamente para que no llegue a tener lugar la XIV Conferencia Internacional sobre el sida, programada para celebrarse en Barcelona el 2002.

Stefan Lanka.El paso inicial es muy sencillo, aunque exige coraje: atreverse a cuestionar la validez de los marcos teóricos y de los manuales que, casi siempre desde los EE. UU., indican qué es lo que hay que hacer y cómo hay que interpretar lo que ocurre con los aparatos que venden. Transmito la disposición de los doctores Lanka, Kremer, Hässig y otros científicos críticos a contribuir a comprender mejor lo que en realidad ocurre y lo que verdaderamente significan los resultados obtenidos. Toda la sociedad, empezando por las personas etiquetadas, saldría beneficiada.

Uno de los medios sería cuestionarse la llamada «carga viral». Se mide con distintas variantes de una técnica desarrollada por el doctor californiano Kary Mullis llamada PCR, siglas de «Polimerasa Chain Reaction (Reacción en Cadena de la Polimerasa)».

La PCR revolucionó legitimamente los estudios de genética y muchos otros, e ilegítimamente los del sida. El inventar la PCR le valió al doctor Mullis ser designado en 1993 premio Nobel de Química.

Kary Mullis.Pues bien, resulta que el doctor Mullis es uno de los más famosos disidentes de la hipótesis oficial VIH=SIDA, es decir, forma parte de la corriente de más de quinientos investigadores que afirman que el VIH, suponiendo que exista, no puede ser la causa del sida. Y aquí quiero resaltar la contribución que hace el doctor Mullis a acabar con el sida cuando explica que ninguna de las variantes aparecidas de su técnica PCR sirve para cuantificar carga viral alguna. En particular, pues, la PCR no sirve para medir «la carga viral del VIH». Y menos, claro está, si ya se ha comprendido que el VIH no existe.

Luego la fraudulenta utilización de la PCR que están haciendo los oficialistas del sida bastaría para descalificar totalmente la «carga viral». Y para denunciar como asesinas las dañinas aplicaciones pretendidamente terapéuticas que de ella se hace.

Pero dejo para la próxima semana ver con detalle qué es la PCR, cómo funciona en realidad, sus aplicaciones correctas y cómo, por el contrario, está siendo tramposa e interesadamente utilizada por los oficialistas.

En este episodio, insistiré en que la «carga viral», aún suponiendo que fuese lo que oficialmente nos dicen que es, no tiene significado alguno. Y ello incluso aceptando algunas reglas de juego que diseñaron los inventores del primer modelo de VIH (en especial, los doctores Gallo y Montagnier) y que siguen siendo aceptadas por los inventores del actual renovado modelo de VIH, capitaneados por el joven nuevo líder del establishment del sida, el doctor Ho.


Aceptación inmediata.

¿Por qué el nuevo modelo, y el concepto de «carga viral» en que se sustenta, fueron tan inmediata y triunfalmente aceptados?. Porque parecía solucionar uno de los grandes inconvenientes con que se encontraban los defensores de la hipótesis VIH=SIDA: la escasísima cantidad de «eso» llamado VIH que lograban, según dicen, «aislar» en las personas etiquetadas, y ello incluso en «terminales de sida». El propio doctor Gallo, en su libro, «Virus hunting» («Cazando virus»), escribía en 1991 que «el VIH sólo infecta uno de cada diez mil T4». Con una cifra tan escasa era imposible responsabilizar al VIH de la supuesta muerte de «linfocitos T4» y de causar algo tan grave como el sida. Además, según el modelo de VIH del doctor Gallo, el VIH se mutiplica tan lentamente que lo consideraron un lentivirus. Y, para colmo, tardaba tanto en mostrar su efecto dañino que se tuvieron que inventar un «periodo de latencia» que luego alargaron a medida que pasaban los años. Este modelo de VIH tenía, pues, muchas debilidades. Y, además, un grave inconveniente para las compañías farmacéuticas: sus clientes potenciales podían tardar lustros en convertirse en clientes efectivos. La multinacional Welcome logró temporalmente superar esta pega: un estudio pagado por ella, publicado en 1990, afirmó que la aplicación del AZT-Retrovir en seropositivos asintomáticos retrasaba pasar a la oficialmente inevitable fase sida. Esto hizo que se empezase a administrar este veneno a personas absolutamente sanas que sólo habían tenido la desgracia de dar positivo a unos tests-chapuza. Afortunadamente, el estudio Concorde, en el que estaban comprometidos los Gobiernos francés, inglés e irlandés, hecho finalmente público en abril del 1994, mostró la media verdad de que el tratamiento precoz con AZT-Retrovir no resultaba beneficioso para los asintomáticos. La mitad ocultada importante de la verdad es que el veneno AZT-Retrovir, sólo o combinado, no puede ser sino perjudicial. En cambio, el nuevo modelo del doctor Ho, basado en la «carga viral», arriconaba estos inconvenientes.


Una creencia sin base.

La teoría de la «carga viral» se impuso rápidamente pese a que los artículos aparecidos en «Nature» carecían del más mínimo rigor científico.

Barcelona/Lluís Botinas.-A principios de 1995 dos equipos de investigadores presentados como independientes uno del otro publicaron en la revista «Nature» sendos artículos que llegan a conclusiones «remarcablemente concordantes», como dice una nota editorial. Uno, dirigido por el doctor David Ho, del Centro para la Investigación del Sida Aaron Diamond de la Universidad de Nueva York, con investigadores de los laboratorios Abbot. El segundo, presidido por el doctor George Shaw, de la Universidad de Alabama, con la participación de los laboratorios Merck y Genelabs Technologies Inc.

En estos artículos se proclamaba que habían encontrado un promedio superior a 100.000 ejemplares de VIH por mililitro de sangre periférica en los pacientes de sida que se habían investigado. Y esta proclamación significó un vuelco en la explicación oficial sobre el VIH y el sida que había prevalecido desde 1984, año en que el doctor Gallo presentó el supuesto «retrovirus VIH».

Oficialmente, desde entonces se llama «carga viral» al «número de partículas víricas circulantes», es decir, el número de copias de VIH libres (o sea, no en el interior de célula) que se encuentran por cada mililitro de sangre. Y la «carga viral» es usada en los hospitales como «factor pronóstico de los enfermos por infección por VIH» y como «instrumento de decisión de las estrategias de tratamiento antiretroviral individualizado» con los venenosos cócteles en boga.

Los artículos aparecidos en «Nature» no explicitan el modelo matemático utilizado, ni los ensayos clínicos en que se apoyaba ni los medicamentos en ellos usados. No indican si los voluntarios pertenecían o no a grupos de riesgo, ni a cuáles. Sobre las variantes de técnica PCR utilizada para medir, remite a un artículo «en prensa». Luego eran incontrastables o irrepetibles.

Tampoco contienen referencia alguna a que también se hubiese medido la carga viral en grupos de control. Y esto es una trampa decisiva, característica en toda la pseudociencia del sida: prácticamente nunca ha cumplido con la regla básica de toda investigación científica, consistente en realizar ensayos de control que permitan comparar. Si no se mide la misma «carga viral» a personas sanas, ¿cómo se puede afirmar que lo que encuentran es característico de los enfermos de sida?. Si, además, no se compara entre, por ejemplo, enfermos de hepatitis, unos etiquetados y otros no, ¿cómo se sabe que la causa de la alta «carga viral» es el supuesto VIH y no la hepatitis? Si no se comparan grupos de pacientes de las 29 enfermedades englobadas bajo la etiqueta sida, unos seropositivos y otros no, ¿cómo se atribuye al VIH lo que ocurre, y no a la enfermedad a la que por definición se encuentra acompañando?

Es increíble que un bodrio así pasase el control de los comités de lectura y selección, y finalmente fuese publicado en «Nature». Sería imposible... si se mantuviesen las reglas del método científico antaño aplicadas. Pero cada vez más la ciencia actual, en especial la del sida, se hace a base de conferencias de prensa. Como dice el doctor Craddox, «Uno de los aspectos más perturbadores de lo que ocurre en la investigación sobre el sida es la separación entre lo que los investigadores en realidad encuentran, lo que dicen en las ruedas de prensa y lo que los medias cuentan al público» (ver al respecto «¿Ciencia o relaciones públicas?», Diario 16, 20 de mayo de 1997).

Pero más increíble es aun que las llamadas comunidades científica y médica internacionales asumiesen sin rechistar el cambio de modelo de VIH propugnado por el doctor Ho. La aparición de los artículos en «Nature», las conferencias de prensa y los «press release» que la rodearon, y los enormes intereses económicos que subyacen, convirtieron casi de la noche al día «un lentivirus con un periodo de latencia de más de diez años» en «un virus a toda velocidad que desde el primer instante se replica miles de millones de veces».


Preguntas clave sin respuesta.
Si fuese cierto que el VIH está presente por billones, ¿cómo es posible que fuese durante once años imposible encontrarlo y aislarlo con las técnicas utilizadas para hallar los virus existentes? Si es necesaria una nueva técnica para encontrarlo, ¿no está ello indicando que nos encontramos ante un artefacto técnico, es decir, ante un espejismo fruto precisamente de la aplicación de la nueva técnica? El doctor Ho ni siquiera intenta explicar en qué se equivocaron todos los investigadores del sida entre 1984 y 1995, ni porqué el nuevo modelo de VIH que propuso, y se impuso rápidamente, es el correcto. O los antiguos o los nuevos «señores del sida» son unos incompetentes o/y unos tramposos. Aunque quizá lo sean ambos...

jueves, 19 de marzo de 2009

LA VERDADERA HISTORIA DEL SIDA


http://disidentesdelvih.blogspot.com

En 1981 aparecen muertas 5 personas de una enfermedad muy rara que destrozaba el sistema inmunológico a la cual le llamaron “SIDA” Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirido, entonces el gobierno de los Estados Unidos le encarga al Dr. Roberto Gallo Investigador de los institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos. (N.I.H.)
El 23 de abril de 1984, Gallo citó a una conferencia internacional de prensa junto con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos (HHS), Gallo dio a conocer el descubrimiento de un nuevo retrovirus que era “la probable causa del sida”. Aunque el no presento evidencia científica que sustentara tal suposición. Mas tarde Gallo registro una patente para la “prueba de sida”, al día siguiente el New York Times había lanzado en primera plana “el virus que causa el sida “.
Al dar su hipótesis a los medios de comunicación sin ofrecer datos que lo comprobaran, Gallo violó reglas básicas del proceso científico. Es decir, los investigadores deben primero publicar en un diario científico la evidencia en la que basan su hipótesis, y documentar la investigación o experimento que hayan realizado. Los demás científicos examinan y discuten la hipótesis e intentan reproducir los mismos experimentos para confirmar o refutar los hallazgos originales. Cualquier hipótesis se debe de verificar ante experimentos exitosos hechos por otros colegas para que pueda ser tomada como una teoría aceptable.
El Dr. Gallo en el caso del VIH presentó a los medios de comunicación, una hipótesis no confirmada por la comunidad científica, quienes a su vez la publicaron como una verdad que cubría todos los requisitos del procedimiento científico, siendo que se violaron los pasos del proceso científico.
No hay hasta el momento ninguna prueba de que el VIH cause SIDA, todas las evidencias epidemiológicas y microbiológicas, demuestran que el vih no es la causa del sida y hasta se dude de su existencia al no haber sido aislado ni purificado.
La idea de que el sida es causado por un virus de la familia de los retrovirus es solamente una creencia dada a conocer durante una conferencia de prensa en 1984 por el Dr. Roberto Gallo.
Y si fuera un retrovirus, estos no tienen mecanismos para matar células y muchas personas sanas conviven en armonía con un número incalculable de retrovirus inocuos dentro de ellas. Muy pocas enfermedades, si es que las hay, han demostrado ser causadas por retrovirus en humanos

Los celebres cuatro artículos del Dr. Gallo en SIENCE no contienen prueba alguna de aislamiento de un virus y menos de que fuese la causa del sida. Pero no hacia falta. Los medios de comunicación manipulados por el Dr. Gallo y los NIH para los que trabajaba, ya habían convertido en verdad publica y social mundial dos mentiras: que se hubiese encontrado un nuevo virus, el vih que fuese la causa del sida.

¿POR QUÉ EL DR. ROBERTO GALLO LLAMO VLTH-III AL RETROVIRUS QUE EN 1984 AFIRMÓ SER EL CAUSANTE DEL SIDA?


A inicios de 1980, el Dr. Roberto Gallo dijo haber descubierto el primer retrovirus humano, al que finalmente logro presentar como el causante de la leucemia humana de células-T, por lo que le puso el nombre de VLTH (Virus de la Leucemia de Células-T Humanas). Es interesante subrayar que la L del mismo retrovirus tuvo tres significados distintos. El Dr. Gallo estuvo durante un cierto tiempo con un retrovirus en busca de enfermedad. Al haberlo encontrado en una persona con linfoma, primero la L significo LINFOMA. Cuando gracias a las orientaciones de un equipo holandés y a los serios esfuerzos de un japonés logró asociarlo a un tipo de trastornos leucémicos, la L paso a significar LEUCEMIA. Y durante el año en que intentó, vanamente que el mismo virus que suponía causar multiplicación de glóbulos blancos en el marco de la leucemia fuese reconocido como el causante de muerte de linfocitos en el marco del SIDA, la L transitoriamente indicó Linfotropico.
Cuando se inventa el sida en 1981, comienza la carrera entre diferentes equipos de investigación para determinar la causa. El Dr. Gallo propuso al VLTH como responsable del sida. Pero le resulto imposible hacer aceptar que el VLTH fuese tan multifacético. Llamar VLTH-III al virus que finalmente si consiguió hacer reconocer como causa del sida, era una forma de señalar una gran similaridad con su propuesta de solución anterior y de reivindicar así toda su línea de investigación.

Tiempo después el Dr. Luc Montagnier del instituto Pasteur demanda al Dr. Gallo por el robo del descubrimiento y es hasta 1987 que Reagan (E.U.) y Chirac (Francia), entran a la disputa de la paternidad del vih y de los test para encontrar anticuerpos atribuidos a su presencia. Este litigio llevo a una reunión el 31 de marzo de 1987 en la Casa Blanca entre Reagan y Chirac, en la que llegaron al acuerdo de presentar a los Drs. Montagnier (Institute Pasteur-IP) y Gallo (LTCB-Laboratory of Tumor Cell Biology) como codescubridores del vih y de repartirse al 50% ambos gobiernos el dinero ingresado por los test. Según el New York Times del 31 de diciembre de 1992, se trataba de unos 50 MILLONES de dólares y así se a incrementado hasta la fecha en sumas no imaginables.
Pero la parte Francesa continuo presionando porque consideraba que la paternidad correspondía exclusivamente al Dr. Montaigner y que el Dr. Gallo había actuado incorrectamente. Sin saberlo, se encontraron con un importante aliado el informe Crewdson, que concluye; hubo un accidente o un robo.
Esto contribuyó a que las autoridades norteamericanas tuviesen que abordar de nuevo el espinoso asunto.

EL INFORME CREWDSON.
En 1989 el Chicago Tribune es el único periódico en el mundo que decidió investigar a fondo la paternidad del vih, preocupado por la disputa entre los gobiernos de Francia y de Estados Unidos. Designo en marzo de 1988 a un periodista que fuese a fondo de la cuestión: John Crewdson, Premio Pullitzer en 1981.
Investigo el tema durante 20 meses. Entre otras fuentes, leyó mas de 5,000 páginas de documentos gubernamentales y entrevistó a 150 científicos de los E.U. y de otros países. Finalmente el 19 de noviembre de 1989, el Chicago Tribune dedico 16 paginas a hacer públicos los resultados obtenidos. El articulo de mas de 50,000 palabras dibuja la zigzagueante carrera del Dr. Gallo y sobre todo, narra con gran detalle las incidencias habidas entre un laboratorio y otro.
El propio Crewdson resume así la presentación:
“La historia emerge menos heroica de lo que suele presentar, pero no menos espectacular; datos falseados y experimentos secretos, virus fantasmas y genes desaparecidos, resultados irreproducibles y notas de laboratorio embrolladas, cultivos sin etiquetar y fotografías manipuladas…. Es la historia de un científico influyente e intimidador que persiguió un virus erróneo durante mas de un ano para luego emerger con un hermano virtual genéticamente gemelo del virus que había sido realmente descubierto por sus rivales de París. Lo que ocurrió en el laboratorio de Robert Gallo es un misterio que quizá no será nunca aclarado. Pero la evidencia abrumadora es que hubo o un accidente o un robo”.
Es fundamental conocer la actitud que tuvo el Dr. Gallo ante la investigación: Sabotearla, lucho contra la libertad de información de registros públicos e hizo numerosos esfuerzos para desacreditar la actividad de Crewdson. Lo mas importante del informe Crewdson permitió conocer que clase de persona es el Dr. Robert Gallo
El Senado y el Ministerio de Salud ratificaron estas conclusiones.
Los resultados obtenidos por este subcomité (dirigido por el congresista John Dingell) y los de un equipo de la Academia Nacional de Ciencias( dirigido por Frederic Richards, bioquímico de Yale) hicieron que el HHS cambiase las conclusiones de una primera investigación (hecha por OSI, Office of Scientific Integrity ) en las que solo acusaban al Dr. Gallo de ser un mal colega. Tras una revision que duro 9 meses, la segunda investigación (de la ORI ,Office of Research Integrity, que sustituyo a la OSI ) llego a conclusiones semejantes. Las explicaciones del Dr. Gallo acerca del informe no son creíbles ni quitan peso a lo impropio de relatar falsamente el status del LAV.
Por tal juicio el Dr. Gallo encuadraba en una mala conducta científica pero los defensores del Dr. Gallo movieron las cosas para que solamente se le infraccionara por causas menores.

¿QUE DICE LA TEORIA DISIDENTE SOBRE EL VIH?

Postulados :


1.- El sida no es como tal una enfermedad si no que agrupa al rededor de 30 enfermedades y este numero ha ido creciendo en los ultimos 20 años.

2.- Desde el primer informe oficial presentado por el doctor gallo de la existencia del VIH, jamas se ha comprobado de la existencia de este ni del virus como tal siguiendo los 4 procesos requeridos por la virología para ser aceptado como un nuevo virus.

3.- El decaimiento de un sistema inmunológico al grado de causar la muerte puede ser dado por varias causas tal como la desnutrición, atmosferas sociales agresivas, malas condiciones sanitarias, el uso de drogas en su total diversidad y aún mas importante el estigma de un SIDA inquisitivo, pues la sola idea de saber que se muere la persona de esto crea un estado de predisposición a la muerte conllevando a un debilitamiento del sistema inmunológico.

La teoría disidente no es una conspiración llevada acabo por un grupo de seudodoctores o un grupo de locos resentidos con la vida o la medicina pues su amplia experiencia , bases para argumentar estos hecho y saber que algunos de ellos son premios nobel, dan un fuerte valor a sus postulados.

Pero conoscamos un poco mas de ellos y que es lo que dicen..............


Disidente No 1: Peter Duesberg

Científico alemán nacido en 1936, y radicado en EE.UU desde 1964. Es Doctor en Química de la Universidad de Frankfurt (Alemania), y profesor de Biología Molecular y Celular de la Universidad de Berkeley (California) desde 1973 hasta la fecha. Fue el primero en aislar el gen del cáncer, ganó el Premio Anual de Científicos de California en 1971 y fue electo miembro de la Academia Nacional de Ciencias de EE.UU. en 1986. Peter Duesberg fue uno de los primeros en oponerse a la versión oficial del SIDA. Él sostiene que el VIH posiblemente existe, pero es inofensivo, y que la principal causa del SIDA es el abuso de las drogas, tanto de las recreativas como de las recetadas contra el propio SIDA. Pese a sus sobrados méritos y a su indiscutible aporte a la ciencia, ha sido sistemáticamente censurado por los medios, y el gobierno de EE.UU. le retiró totalmente el apoyo económico, por lo que ha tenido que seguir investigando por sus propios medios. En una entrevista concedida en 1998 a "El Pequeño Periódico", de Colombia, Duesberg declaró lo siguiente:

"Se realizan encuentros internacionales anuales alrededor del SIDA, a los cuales no se invita a nadie que no crea en el VIH y eso es extremadamente grave para la ciencia. Eso puede ser religión, puede ser política, pero no ciencia. La ciencia es tradicionalmente abierta a otras posibilidades, especialmente cuando no se tienen resultados (...) La mayoría de las grandes universidades de Norteamérica no permiten un seminario sobre este aspecto. Están todas cerradas porque si usted habla, ellos podrían perder sus fondos, podrían perder a sus amigos, las grandes compañías les quitarían su apoyo y podrían quedar sin sus tremendos megabyte de entradas". "En los últimos años nadie quiere invitarme a ningún encuentro porque estoy cuestionando el VIH, y cuestionando la gigantesca inversión, la gigantesca industria. La industria de cincuenta billones de dólares que se han gastado. En nombre de la tecnología científica no podemos tener toda esa gente sufriendo y muriendo innecesariamente. Y lo digo porque la están matando con AZT. La droga no sólo no les ayuda, sino algo peor, el AZT realmente los está matando. (...) Y todo en nombre de una hipótesis que hasta ahora no ha curado a nadie". Peter Duesberg ha escrito y co-escrito varios libros sobre este tema, entre ellos "Por qué NUNCA ganaremos la guerra contra el SIDA", "SIDA: ¿Causado por Virus o por Drogas?", "SIDA Infeccioso: ¿Hemos Sido Engañados?", "SIDA: Las Buenas Noticias son...", e "Inventando el Virus del SIDA". Éste último es probablemente el más famoso, y su prólogo está escrito por otro renombrado disidente: Kary Mullis.
Disidente #2: Kary Mullis
Doctor en Bioquímica de la Universidad de Berkeley (California). En 1993 obtuvo el Premio Nobel de Química por haber inventado una técnica para analizar el ADN llamada Reacción en Cadena Polimerasa (en inglés, Polymerase Chain Reaction, o simplemente PCR). Esta técnica es usada en el famoso "test de Elisa" para medir la carga viral (en otras palabras, la "cantidad de virus") en los supuestos portadores. Sin embargo, el propio Kary Mullis - sin duda uno de los disidentes más enérgicos - ha dicho hasta el cansancio que la PCR no sirve para medir cargas virales, y que habría renunciado al Nobel si hubiera sabido el uso que se le iba a dar a su invención. El prólogo que Mullis escribió para el libro de Duesberg, es, a mi juicio, uno de los textos más creíbles y a la vez impactantes sobre la versión disidente. En él, Mullis relata que en 1988 estaba escribiendo un reporte para Specialty Labs (Santa Monica, California), y cuando redactó la frase "El VIH es la causa más probable del SIDA", quiso respaldar su afirmación con alguna cita científica. "Para mí, era muy llamativo que el individuo que había descubierto la causa de una enfermedad mortal y hasta ahora incurable, no fuese continuamente aludido en las publicaciones científicas hasta que la enfermedad estuviese curada y olvidada. Pero, como pronto aprendería, el nombre del individuo - que sería seguro materia de Premio Nobel - no estaba en boca de nadie. (...) Tenía que haber un informe publicado, o quizás varios, que juntos indicasen que el VIH es la posible causa del SIDA. Tenía que haberlo". Mullis también buscó la información en internet y no la encontró, pero no le dio mucha importancia a eso. "Para estar seguro de una conclusión científica, lo mejor es preguntar a otros científicos directamente. (...) Como parte de mi trabajo, iba a muchos encuentros y congresos. (...) Adquirí el hábito de acercarme a cualquiera que diese una charla sobre SIDA y preguntarle qué referencias debía citar para esa cada vez más polémica declaración: «el VIH es la probable causa del SIDA». Después de 10 ó 15 encuentros en un par de años, empecé a preocuparme cuando vi que nadie podía citarme la referencia. No me gustaba la fea conclusión que se estaba formando en mi mente: la campaña entera contra la enfermedad considerada con creces como la peste negra del siglo XX, estaba basada en una hipótesis cuyos orígenes nadie podía recordar. Eso desafiaba tanto al sentido científico como al común. Finalmente, tuve la oportunidad de interrogar a uno de los gigantes de la investigación del VIH y del SIDA, el doctor Luc Montagnier, del Instituto Pasteur, cuando dio una charla en San Diego. Esta sería la última vez en que sería capaz de realizar mi pregunta sin mostrar cólera. Me figuré que Montagnier conocería la respuesta, así que se la planteé". Montagnier intentó eludirlo con un par de débiles respuestas con las que Mullis no se dio por satisfecho, y ante la insistencia de éste, "el doctor Montagnier se dirigió hacia el otro lado de la habitación para saludar a un conocido". "(Duesberg y yo) No hemos podido encontrar ninguna buena razón por la cual la mayoría de la gente sobre la tierra cree que el SIDA es una enfermedad causada por un virus llamado VIH. Simplemente no hay evidencia científica alguna que demuestre que eso es cierto". "Tampoco hemos sido capaces de descubrir por qué los médicos recetan una droga tóxica llamada AZT (Zidovudina-Retrovir) a personas que no tienen otro mal que la presencia de anticuerpos al VIH en su cuerpo. De hecho, no podemos entender por qué ningún ser humano debería tomar esa droga cualquiera que fuese la razón que se adujese". "Ni Duesberg ni yo podemos entender cómo ha surgido esta locura (...) Sabemos que errar es humano, pero la hipótesis VIH/SIDA es un error diabólico " .
Disidente #3: Stefan Lanka
Científico alemán nacido en 1963. Licenciado en Biología desde 1989, Doctor en Ciencias de la Naturaleza, biólogo, biólogo molecular y, esencialmente, virólogo. Es sin duda uno de los disidentes más extremistas y radicales, llegando incluso a criticar agriamente a Duesberg por aceptar la posible existencia del VIH. De los aproximadamente 2.000 virólogos que hay en el mundo, Lanka es uno de los pocos que ha conseguido aislar un nuevo virus (el Ectocarpus Siliculosis, en 1988). En una didáctica entevista que le hizo en 1997 el español Lluis Botinas (director del Centro Orientativo de Bio-Regeneración Aplicada, C.O.B.R.A), Lanka explica en términos simples y categóricos por qué dice que el VIH no existe. Resumo sus respuestas conservando lo que me parece esencial: "(Los requisitos exigidos para poder afirmar que un nuevo virus ha sido aislado) Son cuatro. Ante todo, presentar cuatro fotografías. Una del virus infectando células; la segunda, de uno o varios ejemplares del virus pero sin absolutamente nada más en la fotografía; la tercera, de las diferentes proteínas que forman la envoltura del virus, separadas según su tamaño por medio de una técnica que se llama electroforesis en gel; y la cuarta, del ácido nucleico del virus. El segundo requisito es caracterizar exactamente cada proteína, es decir, fijar qué aminoácidos la componen y en qué orden están colocados. Y lo mismo con el ácido nucleico, secuenciando sus letras genéticas. El tercer requisito es efectuar los experimentos de control. Supongamos que de unas células infectadas hemos conseguido las cuatro fotografías mencionadas. Hay que trabajar en paralelo con el mismo tipo de células pero no infectadas, y al efectuar dichas cuatro fotos no debe aparecer nada que coincida con lo contenido en las fotos del virus. Hay que repetir cuidadosamente varias veces estos controles, a fin de evitar que haya habido lo que se llama contaminación, y poder finalmente afirmar con toda seguridad que las proteínas y el genoma hallados son realmente del nuevo virus. Y el cuarto requisito es, a medida que se va avanzando en el aislamiento y caracterización del nuevo virus, ir publicando en revistas científicas adecuadas artículos que expliquen los resultados que se van obteniendo, así como las condiciones exactas en que se está trabajando. Así otros investigadores pueden reproducir los experimentos y comprobar que se llega a los mismos resultados. Por ejemplo, a medida que fuimos aislando ‘mi' EsV, publicamos cuatro artículos sucesivos en la revista Virology. En cuanto al VIH, no se ha cumplido con absolutamente ninguna de estas cuatro exigencias". Lanka tuvo un papel protagónico en uno de los hitos más significativos de la historia del SIDA. A mediados de los años 90, en Göttingen (Alemania) un médico germano fue acusado de 14 asesinatos y 5.800 intentos de asesinato, todos mediante la transfusión de sangre supuestamente contaminada con el VIH. Lanka se presentó voluntariamente a declarar que no había ninguna prueba científica de la existencia del mentado virus, por lo tanto no podía haber ninguna sangre contaminada con él. Por la contraparte, el Tribunal no pudo encontrar ni un solo científico que se atreviera a declarar bajo juramento que el VIH efectivamente existía. El 24 de febrero de 1997, el Tribunal dictó una resolución que debiera haber sido portada de todos los diarios del mundo: al no haber evidencia de que el virus existe, el acusado fue absuelto de todos los cargos. Sin embargo, como ha sucedido desde que existe la versión disidente, este fallo judicial histórico fue más censurado que difundido por los medios de comunicación. Podría seguir escribiendo páginas y páginas sobre Stefan Lanka (también sobre Duesberg, Mullis y los que vienen a continuación), pero como hay una extensión límite para este concurso, sólo quiero agregar sus lapidarias opiniones acerca de Luc Montagnier y Robert Gallo: "El Dr. Montagnier es un mediocre que nunca dijo que su ‘retrovirus' fuese la causa del SIDA. Precisamente por ello ya en 1990 planteó su hipótesis de los cofactores: puesto que el VIH es incapaz por sí solo de matar célula alguna, es necesario que haya otro factor que actúe al mismo tiempo sobre la misma célula. Y en el reportaje ‘SIDA: la duda', dirigido en 1996 por Djamel Tahi, declara que la transmisión heterosexual no se ha confirmado en Occidente. Resumiendo: el Dr. Montagnier, aunque afirmó haber aislado en 1983 un nuevo ‘retrovirus' y sigue beneficiándose de ello, quita importancia al papel del supuesto VIH en tanto que supuesta explicación del SIDA. En cambio, el Dr. Gallo primero intentó colar como virus del SIDA (donde mataría células) el mismo ‘retrovirus' VLTH-1 que había presentado en vano como causante de leucemia (donde multiplicaría células). Luego el Dr. Gallo robó el ‘virus' del Dr. Montagnier y tomó la iniciativa de presentarlo como la causa del SIDA en una multitudinaria conferencia de prensa el 23 de abril de 1984, sin que previamente hubiese aparecido ni un solo artículo científico suyo que pudiese ser analizado por otros investigadores; es más, ni siquiera hubo una reunión entre científicos de distintos centros que avalase la ‘sensacional noticia'. Y el Dr. Gallo actuó así porque el New York Times del día anterior sacó un artículo en primera página en el que el director de los CDC (Centers for Disease Control, que fueron quienes dirigieron el invento del SIDA) daba a conocer que los CDC apoyaban al ‘virus francés' mientras que los NIH (National Institutes of Health, para los que trabajaba el Dr. Gallo) respaldaban al ‘virus americano'. Convocar una rueda de prensa y convertir en verdad social que el ‘virus del Dr. Gallo' era la causa del SIDA fue una maniobra para zanjar el enfrentamiento entre las dos principales instituciones sanitarias de los USA. Y que esa maniobra fue al máximo nivel lo ratifica que el mismo día los NIH registrasen la patente de un test del Dr. Gallo aún por confeccionar, con lo que se aseguraban millones de dólares en royalties... El Dr. Gallo es un gángster científico que ha sido condenado por mala conducta profesional por una comisión del Senado de los EE.UU., por lo que tuvo que dejar de trabajar en una institución pública como son los NIH y ahora ‘investiga' en un centro privado que le ha construido directamente la industria farmacéutica...
Disidente número 4: Christine Maggiore
Christine Maggiore es muy distinta a los 3 disidentes anteriores, ya que no tiene ninguna formación científica. Sin embargo, junto a Kary Mullis escribió un libro clave para entender la versión disidente: "¿Qué pasaría si todo lo que crees saber sobre el SIDA fuera falso?" ("What if everything you thought you knew about AIDS was wrong? [7]" Maggiore era una mediana empresaria de cierto éxito, y en 1992 se hizo un test de Elisa como parte de un chequeo de rutina. El resultado del test fue positivo, y ella, que hasta ese momento creía firmemente en la versión oficial, sintió que su mundo se derrumbaba y se imaginó a sí misma sufriendo y agonizando convertida en un desecho humano. Un año después se hizo un segundo test, y el resultado fue negativo. Un tercer test fue positivo, y el cuarto fue negativo. Como hubiera hecho cualquier persona, Christine Maggiore empezó a investigar por su cuenta y se sorprendió ante lo que descubrió: los tests no medían la presencia del virus sino de ciertos anticuerpos, y ningún científico había explicado todavía cómo el VIH producía el SIDA. Así, inevitablemente se transformó en una disidente. Llegó a estar tan convencida de que la versión oficial no era fiable, que no sólo decidió no tomar AZT, sino que además ella y su esposo (el documentalista Robin Scovill), decidieron tener sexo sin condón, e incluso tuvieron un hijo que además fue amamantado por Christine, lo que ha desatado la ira de muchas personas. En el año 2001, cuando el programa "20/20", de la cadena ABC News dedicó un segmento a la historia de Christine, Charlie ya tenía 3 años y tanto él como su madre estaban en perfectas condiciones de salud . Traté de comprar el libro "¿Qué pasaría si todo lo que crees saber sobre el SIDA fuera falso?", pero como era de esperarse, no lo encontré. Pero se puede comprar, al igual que los libros de Duesberg, en www.amazon.com. Si eres un enfermo de SIDA, o un supuesto portador, o conoces a alguien que lo sea, te recomiendo conseguirlo. También te recomiendo visitar la página creada por Christine Maggiore, www.aliveandwell.org, cuya versión en español es www.vivoysano.com. En ellas hay mucha información escrita en forma muy simple sobre la experiencia de Christine y sobre las alternativas para prevenir y combatir el SIDA.
Disidente #5: Thabo Mbeki
Mbeki no es científico, ni tampoco es portador del VIH, ni presunto enfermo de SIDA. Thabo Mbeki es el Presidente de Sudáfrica, el país con mayor cantidad de enfermos de SIDA en el mundo: más de 4 millones, lo que corresponde al 10% de la población total del país [9]. El Presidente sudafricano ha sido el centro de una fuerte polémica en su país y en el resto del mundo por su apertura hacia la teoría disidente. En el año 2000 generó violentas reacciones en el Parlamento Sudafricano, especialmente entre la oposición, cuando se publicó una carta que Mbeki le envió a Bill Clinton, entonces presidente de EE.UU., que entre otras cosas decía lo siguiente: "...nuestra búsqueda de estas respuestas específicas y plenamente orientadas está siendo estridentemente condenada por algunos en nuestro país y en el resto del mundo presentándola como un abandono criminal de la lucha contra el VIH/SIDA. Se sugiere, por ejemplo, que hay algunos científicos que «son peligrosos y están desacreditados», y con los que nadie, incluido nosotros, debería comunicarse o interactuar. ¡En un periodo anterior de la historia humana, serían herejes a los que habría que quemar en la hoguera!. No hace mucho, en nuestro propio país las personas eran asesinadas, torturadas y encarceladas, y prohibida su mención tanto en privado como en público, porque la autoridad establecida creía que sus puntos de vista eran peligrosos y estaban desacreditados. Ahora se nos pide que hagamos precisamente lo mismo que hizo la tiranía racista del apartheid porque, se dice, existe una visión científica que es apoyada por la mayoría, y contra la que está prohibido disentir. ¡Los científicos a los que se supone que hemos de poner en cuarentena científica incluyen Premios Nobel, miembros de Academias de Ciencias, y Profesores Eméritos de varias disciplinas de medicina!. Científicos, en nombre de la ciencia, solicitan que cooperemos con ellos en congelar el discurso científico sobre el VIH/SIDA en el punto concreto que ese discurso alcanzó en Occidente en 1984. Personas que en otro tema lucharían decididamente para defender los decisivamente importantes derechos de libertad de pensamiento y libertad de expresión, respecto al tema VIH/SIDA ocupan la primera línea en la campaña de intimidación y terrorismo intelectual, alegando que la única libertad que tenemos es estar de acuerdo con lo que estas mismas personas decretan que son verdades científicas demostradas ". La actitud de Mbeki está en línea con una creencia generalizada entre los disidentes: la verdadera amenaza contra la salud del pueblo africano no es un virus, sino la desnutrición y las malas condiciones sanitarias.
Disidente #6: Mark Pierpoint
Mark Pierpoint era el Coordinador del Programa de Prevención del VIH/SIDA del Estado de Florida. El 3 de junio de 1999, anunció públicamente su renuncia al cargo y escribió a sus autoridades una carta que, entre otras cosas, decía: "Después de una cuidadosa evaluación, considero que no puedo continuar promoviendo la Educación sobre el VIH/SIDA ni la aplicación de los tests de VIH (...) Si lo hiciese, estaría violando mi propia conciencia puesto que estas instrucciones reconocen y promueven una única opinión científica respecto de la causa del SIDA. (...) Desgraciadamente, sólo una parte de los datos científicos ha sido puesta al alcance del público (...) Esta ciencia dominante es promocionada e incluso manipulada por los gigantes farmacéuticos que tienen un motivo obvio de beneficio. (...) el Servicio de Salud Pública ha hecho todo lo posible para silenciar opiniones científicas contrarias y en consecuencia ha negado a la población su fundamental derecho a un consentimiento informado. Por la presente retiro mi participación de lo que un día puede ser visto como la mayor violación del principio de consentimiento informado en la historia de la Salud Pública [11]". Aunque Pierpoint no sea una gran eminencia científica, aunque no haya escrito ningún libro, y aunque la única información que he encontrado sobre él es la que acabo de transcribir, creo que su testimonio tiene un valor enorme: formuló una gravísima acusación al Servicio de Salud Pública de EE.UU. después de conocer durante años su funcionamiento desde adentro.
Disidente #7: Gonzalo Larraín
Médico chileno, titulado en la Pontificia Universidad Católica. Una entrevista suya publicada en el Diario Noreste, cuyo título era "La salud es el equilibrio de las partes [12]" fue lo que detonó mi preocupación por este escalofriante asunto. En esa entrevista, Larraín demostraba ser un médico muy atípico, un outsider del sistema, que por iniciativa propia trabaja en consultorios de provincia, y un gran conocedor de diversas formas de medicina natural. En términos generales, Larraín coincide con la postura disidente, y dice haber tratado a muchos pacientes etiquetados como enfermos de SIDA, con muy buenos resultados. Le otorga una enorme importancia a fortalecer el estado anímico de sus pacientes, y dice que lo primero es convencerlos de que no se están muriendo, y de que deben abandonar los tratamientos químicos de inmediato. Sostiene que todos los organismos vivos tenemos sistemas inmunológicos extremadamente eficientes, capaces de deshacerse por sí solos de cualquier virus, y por lo tanto, los médicos no deberían perder el tiempo persiguiendo virus, sino fortalecer el organismo. Según Larraín, una vida saludable, una buena alimentación y un espíritu optimista son la mejor medicina existente. Hace como un mes llamé al doctor Larraín para entrevistarlo, ya que hasta donde sé es el único chileno que defiende la versión disidente. Me dijo que primero yo tenía que leer el libro de Christine Maggiore, para que pudiéramos empezar a conversar, así que por ahora la entrevista está pendiente. Otros disidentes Todo lo que he escrito representa apenas una pequeña parte de la información que he leído en internet. Hay muchos otros representantes de la versión disidente que hubiera incluido en este texto si hubiera tenido más tiempo y espacio, así que recomiendo buscar información sobre ellos también: la doctora australiana Eleni Papadopoulos, el norteamericano Walter Gilbert (Premio Nobel de Química 1980), los españoles Jesús García Blanca y Lluis Botinas, el colombiano Roberto Giraldo, y muchos otros nombres que aparecerán rápidamente si te tomas la molestia de investigar.
Quizá el mayor valor de estas personas no esta en su teoría disidente si no en el de argumentar sobre algo que no esta del todo claro, mucha gente como yo lo estaba, aún esta acostumbrada a seguir sin si quiera cuestionarse lo que dice un médico o el entorno social mal informado y no es que sean charlatanes mas sin embargo tampoco tienen la respuesta a todo y el SIDA es un claro ejemplo de ello.
EL valor de argumentar y cuestionarnos es un don único y exclusivo de los seres humanos el cual debemos de ejercer en un mundo con mas libertades como el de ahora no vivamos en un mundo como el de la santa inquicisión donde lo que decía la iglesia única y exclusivamente así era.
Recordemos una vez mas que aquí de lo que se habla es de ciencia la cual se cuestiona y se debe abrir a la posibilidad ante cualquier hipótesis y mas aún cuando se supone que no hay una cura para un "virus como el VIH" . Esto no es religión o politica la cual se debe seguir la ideología sin si quiera cuestionarse.