lunes, 16 de marzo de 2009

LA MENTIRA DE LA TRANSMISION VIH MADRE-HIJO

TESTIMONIO: VIVO SIN ANTIRETROVIRALES

Adrián Labansat
Hace diez años me diagnosticaron positivo a las pruebas de VIH. Como toda las personas diagnosticadas tenía que enfrentarme a la muerte de una manera terrible, sobretodo sabiendo y habiendo vivido la muerte de mi hermano, quien tomaba todos los medicamentos del mercado. Para mi bien, no tenía seguro social o dinero para comprar los medicamentos.

Algunos días después de una entrevista concedida en TV Mexicana ("Reporte 13" con el periodista Ricardo Rocha) en donde expuse mi caso, tuve un encuentro con un amigo; seropositivo y a pesar de haber utilizado los medicamentos por 9 años, su estado de salud se encontraba deteriorado.

Este amigo mío, luego de 10 años de no verle, presenta lipodistrofia. Lo curioso es que aquel mismo día apareció casi por "casualidad" otro amigo de aquella época. Ambos toman antiretrovirales en sus diversas modalidades o esquemas, y, a diferencia mía, ambos se quejan de molestias y presentan las manos amoratadas. En 10 años de no consumir ningún medicamento ni seguir ningún tratamiento alópata me encuentro en perfectas condiciones.

He acompañado a uno de ellos a Jalapa, con el Dr. Juan José Flores, quien amorosamente lo atendió entre risas y buen ánimo. Actualmente, mi amigo sigue su tratamiento con él y ha recobrado su entusiasmo. En efecto, y como me comentó, era imposible que tenga VIH, ya que su forma de vida ponía en duda ese diagnóstico.

Sé que, al igual que yo, estará bien bajo las manos amorosas de nuestros médicos y científicos que no se vendieron y alzaron la voz de la verdad.

Luego de 10 años de un diagnóstico VIH-Positivo, estoy aquí contando la verdad, vivo y sano a pesar de mi desordenada vida antigua. Gracias a todos los médicos y científicos disidentes por su valerosa misión. Dios los bendiga y acompañe con su amor y poder.

http://www.laverdaddelsida.com/testimonios/index.htm

ENFERMEDADES MITOCONDRIALES POR LOS ANTIRETROVIRALES



http://www.diariosalud.net/content/view/8534/2/


Mitocondriopatías
Las mitocondriopatías pueden ser primarias -de origen genético-, o secundarias, que son las
inducidas por factores externos como la medicación utilizada para tratar el VIH/sida. Afectan tanto a adultos como a niños. El daño mitocondrial debido a los fármacos antirretrovirales ocurre porque estos inhiben la transcriptasa inversa, enzima del virus del sida para convertir su ARN en ADN y luego, una vez que ha fabricado su propio ADN, unirse al ADN propio de las células humanas. Esta inhibición de la transcriptasa inversa tiene un efecto positivo, ya que se reduce la infectividad del VIH. Pero también tiene un efecto negativo, puesto que al interferir este paso, se inhibe una enzima humana llamado ADN polimerasa gamma (que se encarga de fabricar el ADN mitocondrial). Su inhabilitación disminuye el contenido de ADN mitocondrial lo que provoca la alteración de varias actividades de las mitocondrias. Los antirretrovirales que inducen esta inhibición del ADN polimerasa gamma son los análogos de nucleósidos, según informa Morén. Las consecuencias clínicas del daño mitocondrial son muy difíciles de diagnosticar y de tratar. Se pueden manifestar a través de una alteración en el cerebelo, que causa descoordinación motora. En general las mitocondriopatías se revelan como neuropatías y afectaciones musculares. A nivel más celular, estas enfermedades se caracterizan por una alteración de las funciones de las mitocondrias, que metabolizan los glúcidos y grasas y generan energía. Cuando el sistema de metabolización se altera, se produce un desequilibrio que provoca un aumento de cuerpos cetónicos (acumulación de grasa intracelular), alanina (hiperalaninemia) y ácido láctico (hiperlactatemia). Es más, «la acumulación del lactato, que puede producirse fuera de las mitocondrias, derivar en una acidosis láctica grave que, incluso, puede conducir a la muerte de una persona», detalla la especialista. A pesar de estas afirmaciones, la bióloga también puntualiza que no hay que caer en el alarmismo, puesto que no todos los niños tienen por qué desarrollar mitocondriopatías. Depende de varios factores: su base genética y otros factores externos, como la cantidad de antirretrovirales que toma y si la madre también se medicaba con ellos durante la gestación, entre otros.
Las mitocondriopatías de origen genético no tienen curación, mientras que las causadas por
factores externos se pueden mejorar: cambiando el fármaco; administrando antioxidantes, ya que el incorrecto funcionamiento de las mitocondrias genera radicales libres de oxígeno y la aplicación de antioxidantes puede mejorar este proceso; e, incluso, algunos estudios apuntan que interrumpir el tratamiento con antirretrovirales, es decir, dar "un respiro al organismo", también mejoraría el ADN mitocondrial en niños. No obstante, Morén matiza que hay una notable controversia bibliográfica respecto a la interrupción temporal de los tratamientos, ya que distintos grupos de investigación han obtenido resultados diferentes.
OTROS EFECTOS INDESEABLES
Las enfermedades mitocondriales no son los únicos efectos indeseables de los antirretrovirales
que pueden sufrir los niños portadores del virus de la inmunodeficiencia humana. La comorbilidad (enfermedades asociadas a la infección por VIH y al sida) y los efectos adversos de los antirretrovirales son los mismos que en los adultos, pero «con un mayor peligro y riesgo, debido a que deberán exponerse durante más tiempo de su vida a este tratamiento, a no ser que se descubran nuevas alternativas», declara Constanza Morén del IDIBAPS.
Cuando se describió el sida por primera vez, se concluyó que los afectados iban a ser más
susceptibles a padecer infecciones orales, por lo que estas manifestaciones forman parte de los
indicadores iniciales más importantes de la infección por VIH y su progresión a sida en niños
seropositivos, según estudios publicados en varias revistas de odontología. En cuanto a otros
efectos indeseables del tratamiento figuran la lipodistrofia -una distribución anómala de la grasa
corporal- y enfermedades como las polineuropatías, miopatías y alteraciones a nivel celular -
hiperlactatemia-, así como cardiopatías, que exigen un mayor control de estos pacientes.