jueves, 31 de julio de 2008


martes, 29 de julio de 2008

Eleni Papadopulos-Eleopulos

"¿Es el VIH la causa del SIDA?".
Fragmentos de la entrevista de Christine Johnson con Eleni Papadopulos-Eleopulos, aparecida en la revista Continuum, Otoño de 1997
CJ: El VIH, ¿causa el SIDA?.

EPE: No hay prueba que indique que el VIH cause el SIDA.

CJ: ¿Por qué no?.

EPE: Por muchas razones, pero una es la más importante, porque no existe prueba de que el VIH exista.

CJ: Esa parece una afirmación más bien audaz e increíble.

EPE: Supongo que lo es, pero a ella es a donde me lleva mi investigación.

CJ: ¿No aislaron Gallo y Montagnier el VIH a principios de los años 80?.

EPE: No. En los artículos que publicaron en Science por sus dos grupos de investigación, no hay ninguna prueba del aislamiento de un retrovirus de pacientes de SIDA[...]
Ese es uno de los muchos problemas. Montagnier y Gallo usaron la técnica de bandeo por gradiente de densidad, pero por alguna razón desconocida no publicaron ninguna imagen de Microscopía Electrónica del material a 1.16 gm/ml, el cual, ellos y todo el mundo después de ellos, llama "VIH puro". Esto es bastante insólito, porque en 1973 el Instituto Pasteur acogió una reunión a la que acudieron científicos, parte de ellos están ahora entre los expertos punteros en VIH. En esa reunión el método de aislamiento retroviral fue pormenorizadamente discutido, y el fotografiado de la banda 1.16 del gradiente de densidad fue considerado como absolutamente esencial.

CJ: Pero Montagnier y Gallo publicaron fotografías de partículas víricas.

EPE: No. Montagnier y Gallo publicaron microfotografías electrónicas de unas pocas partículas, las cuales proclamaron que eran retrovirus y VIH. Pero las fotografías no prueban que las partículas sean virus, y la existencia del VIH no se probó utilizando el método presentado en la reunión de 1973.

CJ: ¿Y cuál es ese método?

EPE: Los pasos que acabo de explicarle. El único método científico que existe. Cultivar células, encontrar una partícula, aislar la partícula, fragmentarla, encontrar qué hay dentro y entonces probar que esas partículas son capaces de replicar copias iguales así mismas cuando son añadidas a un cultivo de células no infectadas.

DENUNCIA EN LA HAYA POR CRIÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD PERPETRADOS POR LA INDUSTRIA FARMACEUTICA

Apoyando la denuncia en La Haya














El Dr. Matthias Rath (alemania) y otros presentan esta denuncia ante la Corte Penal Internacional en nombre de todos los pueblos del mundo La Haya, 14 de junio de 2003 Al fiscal de la Corte Penal Internacional, Senador Louis Moreno Ocampo, Corte Penal Internacional, Maanweg 174 NL-2516 AB Den Haag/La Haya
Todos unidos apoyando la denuncia en La Haya.
RESUMEN Esta denuncia presenta ante la Corte Penal Internacional (CPI) los crímenes más graves cometidos a lo largo de la historia de la humanidad. Los acusados (Industria Farmaceutica y otros) son responsables de haber causado un daño grave o la muerte a millones de personas a través del «negocio con las enfermedades», crímenes de guerra y otros crímenes contra la humanidad. Dichos delitos son competencia de la Corte Penal Internacional. Los acusados son conscientes de que serán considerados responsables de estos crímenes y, por tanto, se han embarcado en una campaña mundial para menoscabar la autoridad de la CPI, con el fin de situarse por encima del derecho internacional y continuar con sus crímenes en detrimento de toda la humanidad. Por consiguiente, la presente denuncia debe ser considerada por la CPI con la máxima celeridad. Asimismo, por la presente, se llama a todas las personas físicas y a todos los gobiernos a unirse a esta denuncia con el objetivo de acabar con estos crímenes de una vez por todas. La presente denuncia contiene: Introducción Cargos Precedente histórico de esta denuncia Pruebas de los delitos cometidos Los acusados La competencia de la Corte Penal Internacional sobre los acusados Petición final Bases de la industria farmacéutica Los acusados son responsables de la muerte de cientos de millones de personas, y aún siguen muriendo muchos de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras patologías, que podrían haberse prevenido y eliminado en buena medida hace mucho tiempo. Esta muerte prematura de millones de personas no es el resultado de una coincidencia ni una negligencia. Se ha organizado deliberada y sistemáticamente en beneficio de la industria farmacéutica y de sus inversores, con el único propósito de ampliar un mercado mundial de fármacos valorado en billones de dólares. El ámbito de mercado de la industria farmacéutica es el cuerpo humano, y el rendimiento del capital invertido depende de la continuación y expansión de las enfermedades. Sus beneficios dependen de la patentabilidad de los medicamentos, lo que convierte esta industria en la más rentable del planeta Tierra. Sin embargo, la prevención y erradicación de cualquier enfermedad reduce de manera drástica o elimina totalmente los mercados para los fármacos. Por consiguiente, las empresas farmacéuticas han estado poniendo obstáculos sistemáticamente a la prevención y erradicación de las enfermedades. Para cometer estos delitos, las empresas farmacéuticas se sirven de un laberinto de ejecutores y cómplices en el mundo de la ciencia, la medicina, los medios de comunicación y la política. Los gobiernos de naciones enteras son manipulados o incluso dirigidos por miembros de grupos de presión y antiguos ejecutivos de la industria farmacéutica. Durante varios decenios, se ha corrompido y abusado de la legislación de naciones enteras para fomentar este «negocio con las enfermedades», valorado en miles de billones de dólares, arriesgando así la salud y las vidas de cientos de millones de pacientes y personas inocentes. Una condición previa para el auge de la industria farmacéutica como fulgurante negocio de inversión fue la eliminación de la competencia de las terapias seguras y naturales, ya que éstas no son patentables y sus márgenes de beneficio son escasos. Además, estas terapias naturales pueden ayudar a prevenir de forma efectiva e incluso a eliminar enfermedades, debido a sus funciones esenciales en el metabolismo celular. Como resultado de la eliminación sistemática de las terapias de salud natural y del desarrollo de los sistemas de salud pública en la mayoría de los países del mundo, la industria farmacéutica ha provocado que millones de personas, y casi todas las naciones del mundo, dependan de su negocio de inversión. La industria farmacéutica ofrece «salud» a millones de pacientes, pero no distribuye los bienes. En su lugar, distribuye productos que simplemente alivian los síntomas al tiempo que mantienen la enfermedad subyacente, como condición previa para el futuro de su negocio. Estos dos tipos de delitos están directamente relacionados, puesto que se cometen en nombre e interés de los mismos grupos de inversión empresarial y de sus patrocinadores políticos. Los acusados son responsables de los crímenes más graves jamás cometidos contra toda la humanidad, y por tanto, están sujetos al principio de enjuiciamiento internacional. DELITOS COMETIDOS EN RELACIÓN CON EL NEGOCIO CON LAS ENFERMEDADES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA El crimen del genocidio Los acusados son culpables del crimen de genocidio, por lo que están sujetos a enjuiciamiento según el Artículo 6 del Estatuto de la CPI. Esto incluye, entre otros, los siguientes crímenes: Genocidio mediante matanza (Artículo 6a) Genocidio mediante lesión grave a la integridad física o mental (Artículo 6b) Genocidio mediante sometimiento intencional a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física (Artículo 6c) Crímenes contra la humanidad Los acusados son culpables del crimen de genocidio, por lo que están sujetos a enjuiciamiento según el Artículo 7 del Estatuto de la CPI. Esto incluye, entre otros, los siguientes crímenes: Crimen contra la humanidad de asesinato (Artículo 7a) Crimen contra la humanidad de exterminio (Artículo 7b) Crimen contra la humanidad de esclavitud (Artículo 7c) Crimen contra la humanidad de encarcelación u otra privación grave de la libertad física (Artículo 7e) Crimen contra la humanidad de otros actos inhumanos (Artículo 7k) Resumen de la confirmación de los cargos presentados por los delitos relacionados con el «negocio con las enfermedades» de la industria farmacéutica 1. Los acusados mantienen intencionada y sistemáticamente enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la insuficiencia cardiaca, las complicaciones diabéticas y otras patologías, además del cáncer, las enfermedades infecciosas como el SIDA, la osteoporosis y muchas de las afecciones más comunes hoy en día, reconocidas como evitables en buena medida por medios naturales. Los acusados han causado deliberadamente el sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 2. Los acusados evitan intencionada y sistemáticamente la erradicación de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y otras patologías mediante la obstrucción y el bloqueo de la difusión de información sobre los beneficios de las terapias naturales no patentables, una información que podría salvar muchas vidas. Por consiguiente, los acusados han causado deliberadamente más sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 3. Los acusados extienden intencionada y sistemáticamente las enfermedades existentes y crean nuevas enfermedades mediante la fabricación y comercialización de productos farmacéuticos que alivian los síntomas a corto plazo, pero tienen efectos secundarios conocidos y perjudiciales a largo plazo. Por consiguiente, los acusados han causado deliberadamente más sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. PRUEBAS DE GENOCIDIO Y OTROS CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD COMETIDOS EN RELACIÓN CON EL NEGOCIO CON LAS ENFERMEDADES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA. Se presentan pruebas concretas que demuestran que los acusados son responsables de mantener y extender intencionadamente ciertas enfermedades, causando intencionadamente otras nuevas y extendiendo el uso de medicamentos registrados para una enfermedad a tantas como sea posible. Para conseguir estos objetivos, los acusados han diseñado, aplicado, dirigido y organizado estratégicamente un plan empresarial fraudulento a escala mundial, que, por su magnitud económica, no tiene comparación en la historia de la humanidad. 1.1. La expansión intencionada de la enfermedad Se presentan las siguientes pruebas concretas que demuestran que las enfermedades más comunes hoy en día son mantenidas y extendidas deliberadamente por los acusados, a pesar del hecho de que podrían haberse prevenido o erradicado en gran medida de forma efectiva, salvando así millones de vidas. 1.1.1. Enfermedades coronarias La causa fundamental de las enfermedades coronarias y los infartos de miocardio es un debilitamiento estructural y la disminución de las funciones de la pared arterial, que al igual que el escorbuto se desarrolla como consecuencia de deficiencias vitamínicas y de otros nutrientes esenciales a largo plazo. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca de la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares ignoran deliberadamente esta causa y se centran más bien en el tratamiento de los síntomas, como la reducción de los niveles de colesterol en la sangre. Además de que evitan de forma intencionada curar la enfermedad para la que se comercializan, los efectos secundarios perjudiciales de estos fármacos causan nuevas enfermedades. El número de fallecidos en todo el mundo por enfermedades cardiovasculares, como consecuencia de estos crímenes deliberados de los acusados, supera los doce millones al año. 1.1.2. Hipertensión arterial La causa fundamental de la hipertensión arterial es un incremento de la tensión de la pared arterial, debido a una deficiencia de sustancias nutritivas esenciales en las células musculares lisas de la pared arterial, lo que provoca un estrechamiento del diámetro de la arteria y un aumento de la presión sanguínea. Pueden consultarse innumerables estudios clínicos que documentan los beneficios de los micronutrientes no patentables, en particular el aminoácido arginina y el magnesio. Estas sustancias nutritivas corrigen la deficiencia subyacente en millones de células de la pared vascular, relajando así las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando su diámetro y normalizando la elevada tensión arterial. Los fármacos vendidos para el tratamiento de la hipertensión se centran intencionadamente en el tratamiento de los síntomas. Por ejemplo, los betabloqueantes reducen la frecuencia cardiaca y los diuréticos hacen lo mismo con el volumen sanguíneo. Estos fármacos evitan deliberadamente corregir los «espasmos» de las paredes de los vasos sanguíneos, que son la causa fundamental de la hipertensión arterial. De este modo, a la vez que se evita intencionadamente curar la enfermedad, estos fármacos provocan efectos secundarios perjudiciales a largo plazo, que pueden causar numerosas enfermedades nuevas, y por tanto nuevos mercados de fármacos. En todo el mundo, cientos de millones de pacientes con hipertensión arterial siguen sin encontrar cura como consecuencia directa de las acciones llevadas a cabo por los acusados, y el número de fallecidos por estas enfermedades aumenta cada día. 1.1.3. Insuficiencia cardiaca La causa fundamental de la insuficiencia cardiaca es la falta de biocatalizadores celulares, ciertas vitaminas, minerales, carnitina, coenzima Q10 y otros portadores de bioenergía en millones de células cardiacas. Esto tiene como consecuencia una disminución de la frecuencia cardiaca y una acumulación de agua en el cuerpo. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca del tratamiento de la insuficiencia cardiaca pasan por alto intencionadamente este hecho y se centran en los síntomas. Los diuréticos comercializados para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca no sólo eliminan el agua acumulada en el cuerpo, sino que también lo purgan de vitaminas, minerales y otros portadores de bioenergía hidrosolubles. De este modo, los fármacos comercializados para la insuficiencia cardiaca contribuyen, en realidad, a empeorar la enfermedad y son responsables de la corta esperanza de vida de los pacientes que la padecen, una vez que empieza a hacer efecto la medicación a base de diuréticos. A la vez que evitan intencionadamente curar la enfermedad, estos fármacos purgan el cuerpo de nutrientes esenciales, agravando así la causa subyacente de la enfermedad. En todo el mundo, más de cien millones de pacientes con insuficiencia cardiaca siguen sin encontrar cura, y acaban muriendo prematuramente como consecuencia directa de las acciones llevadas a cabo por los acusados. 1.1.4. Arritmia La causa fundamental de la arritmia es la falta de micronutrientes, vitaminas, minerales, ubiquinona y otros portadores de bioenergía en millones de células cardiacas eléctricas. Esto tiene como consecuencia una disminución de la generación o conducción de los impulsos eléctricos necesarios para la frecuencia cardiaca normal. Un reciente estudio doble ciego con placebo ha demostrado, sin lugar a dudas, que el uso terapéutico de micronutrientes es un medio efectivo, seguro y asequible para corregir el estado de salud subyacente a la arritmia. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca del tratamiento de la arritmia ignoran intencionadamente este hecho y se centran, en su lugar, en los síntomas. Lo que hacen los fármacos antiarrítmicos comercializados para tratar esta enfermedad es empeorarla en muchos casos, causando la parada cardiaca y la muerte prematura de los pacientes.
Hace diez años, el autor Thomas Moore demostraba en su obra Medicina Letal que una nueva clase de fármacos antiarrítmicos en Estados Unidos había causado sola más muertes que la guerra de Vietnam en el ejército norteamericano. En todo el mundo, más de cien millones de pacientes con arritmia siguen sin encontrar cura como consecuencia directa de estas acciones llevadas a cabo por los acusados, y el número de muertos por esta enfermedad aumenta cada día. 1.1.5. Cáncer Hasta hace muy poco, el cáncer se ha considerado como una sentencia de muerte. Gracias a los últimos avances en la salud natural y la medicina celular, la situación ha cambiado radicalmente. También en lo que se refiere a esta enfermedad, hoy es obvio que los acusados han contribuido deliberadamente a descuidar y abandonar la investigación de la medicina sobre terapias no patentables en favor de fármacos ineficaces que permiten la continuación de la epidemia del cáncer: uno de sus mercados más rentables. Debido a la extraordinaria relevancia de los crímenes cometidos por los acusados en relación con la epidemia del cáncer, este apartado se presenta con más detenimiento. Es un hecho científico que todos los cánceres se extienden por el mismo mecanismo: el uso de enzimas que digieren el colágeno (colagenasas, metaloproteinasas). El uso terapéutico de aminoácido lisina natural, especialmente con otros micronutrientes no patentables, puede bloquear estas enzimas e impedir así la metástasis de las células cancerígenas. Todos los tipos de cáncer estudiados responden de esta manera a este enfoque terapéutico, incluido el cáncer de mama, de próstata, de pulmón, de piel, el fibroma, el sarcoma sinovial y otras formas de cáncer. La única razón por la que este adelanto en la medicina no ha sido investigado más en profundidad y aplicado al tratamiento de los pacientes es el hecho de que estas sustancias no son patentables, y por tanto tienen escasos márgenes de beneficio. Y lo que es aún más importante, cualquier tratamiento efectivo de cualquier enfermedad lleva, en última instancia, a su erradicación y a la destrucción de un mercado de productos farmacéuticos de miles de billones de dólares. El marketing de fármacos para los pacientes con cáncer ha sido especialmente fraudulento e intencionado. Con el pretexto de tratar el cáncer utilizando el término tapadera de «quimioterapia», se administran sustancias tóxicas a los pacientes, incluso derivados del gas mostaza. El hecho de que estos agentes tóxicos también destruyan millones de células sanas en el cuerpo se provoca intencionadamente. Conociendo este hecho, se tuvieron en cuenta deliberadamente las siguientes consecuencias: primera, el cáncer continuaría siendo una epidemia mundial, proporcionando la base económica para un negocio constante de la enfermedad valorado en miles de billones de dólares; y segunda, la aplicación sistemática de agentes tóxicos en forma de quimioterapia causaría nuevas enfermedades en los pacientes que recibieran dichas sustancias. Como consecuencia de esta estrategia, el mercado de los fármacos para el tratamiento de los graves efectos secundarios provocados por estos productos incluidas las infecciones, inflamaciones, hemorragias, deficiencias en los órganos, etc. es incluso mayor que el mercado de los propios productos utilizados en la quimioterapia. Así pues, los acusados también aplicaron su plan fraudulento organizado, en perjuicio de miles de millones de pacientes con cáncer, con un sólo propósito: su enriquecimiento financiero. 1.1.6. SIDA y otras enfermedades infecciosas Planes fraudulentos como éste se aplicaron también al tratamiento de una de las epidemias más mortales de la historia de la humanidad: el SIDA. Ya hace diez años, los estudios científicos mostraron que la vitamina C era capaz de reducir la replica del virus VIH en más de un 99%. Los acusados conocen este hecho desde hace más de un decenio. Ignorando y evitando intencionadamente este tratamiento seguro, asequible y no patentable, los acusados desarrollaron medicamentos patentables contra el SIDA, con graves efectos secundarios, y debido a sus desorbitados derechos de patentes inasequibles para la gran mayoría de las personas del planeta. Así, al aplicar su plan empresarial criminal, los acusados son culpables de arriesgar las vidas y de causar la muerte a cientos de millones de personas en África, Sudamérica, Asia y todas las demás regiones del mundo. De forma similar, han boicoteado la información de que la única medida fundamental para mejorar la inmunidad frente a las enfermedades infecciosas consiste en ingerir una cantidad óptima de vitaminas B6, B12, ácido fólico y otros nutrientes esenciales. Es un hecho científico que estos biocatalizadores del metabolismo celular aumentan la producción de leucocitos, el arma principal del cuerpo contra cualquier infección. Ocultando sistemáticamente esta información, especialmente a los cientos de millones de niños y adultos en el mundo subdesarrollado, la industria farmacéutica arriesga intencionadamente las vidas de cientos de millones de personas en estas áreas del mundo. Todos los acusados saben que casi nadie en estas zonas subdesarrolladas puede permitirse el lujo de pagar tratamientos farmacéuticos, y que por tanto, acaban muriendo. Ocultar esta información, que podría salvar tantas vidas, acerca de las alternativas naturales no patentables para prevenir y combatir las enfermedades infecciosas no solamente provoca la muerte de millones de personas, sino que también arruina las economías de muchos países subdesarrollados. Como consecuencia directa, el desequilibrio ya existente hoy en día en la economía mundial adquiere tintes dramáticos, ya que se envuelve deliberadamente a estos países en un conflicto en el que no tienen opción de ganar. 1.1.7. Otras enfermedades Asimismo, hoy en día siguen considerándose problemas de salud otras enfermedades degenerativas, inflamatorias e infecciosas, así como muchas otras patologías comunes sólo porque los acusados las han definido y protegido como mercados para su vergonzoso «negocio con las enfermedades». Pruebas acerca de los planes de marketing criminales de los acusados Extensión deliberada de las enfermedades y provocación de otras nuevas en los pacientes para ampliar los mercados de fármacos. Para ampliar sus mercados, los acusados fabrican y comercializan los siguientes grupos de fármacos intencionadamente, a pesar de sus conocidos efectos secundarios, nocivos para la salud. De un modo vergonzoso, los acusados están causando deliberadamente nuevas enfermedades con el pretexto de luchar contra las existentes. El hecho de que estas nuevas enfermedades causadas por los efectos secundarios de estos fármacos aparezcan muchos años después se utiliza como una tapadera adicional para esta estafa: Los fármacos que reducen el colesterol, especialmente estatinas y fibra se comercializan en cantidades masivas con el pretexto de prevenir las enfermedades cardiovasculares. Se sabe que estos fármacos provocan cáncer en las dosis actualmente administradas a millones de pacientes en todo el mundo. Los fármacos utilizados en la quimioterapia se comercializan supuestamente para tratar el cáncer. En realidad, causan una serie de efectos secundarios graves, y el más frecuente es la aparición de nuevos tumores. Todo el plan de marketing criminal en torno a la quimioterapia funciona solo porque los acusados han convertido el cáncer en una sentencia de muerte, e incluso los acusados han llegado a vendernos como un éxito cuando un paciente sometido a quimioterapia sobrevive unos pocos meses. La aspirina se comercializa en cantidades masivas con el pretexto de que previene los infartos de miocardio y los ataques súbitos, pero al mismo tiempo se sabe que su uso a largo plazo causa la destrucción del colágeno, y por tanto, aumenta gradualmente el riesgo de infartos y ataques, además de otras enfermedades como las úlceras estomacales y la hemorragia gastrointestinal. Los fármacos antiinflamatorios se emplean para tratar el dolor y la inflamación, como en el caso de la artritis. No obstante, muchos de estos fármacos destruyen el tejido conjuntivo, como por ejemplo el de las articulaciones. A largo plazo, el uso de estos fármacos agrava los problemas de salud en lugar de remediarlos. Los antagonistas del calcio se comercializan en cantidades masivas con el pretexto de tratar la hipertensión arterial y prevenir los infartos de miocardio; sin embargo, a largo plazo, se sabe que el uso de estos fármacos causa un aumento del riesgo de infartos, ataques súbitos y otras enfermedades. Los estrógenos y otros fármacos compuestos de hormonas se venden en cantidades masivas con el pretexto de prevenir la osteoporosis y las enfermedades cardiacas, pero a largo plazo se sabe que su uso provoca cáncer en más del 30% de las mujeres que los ingieren. Las formas especialmente frecuentes de cáncer causadas por estos fármacos son carcinomas hormonodependientes como el de mama o el de útero. Tranquilizantes y antidepresivos. Otro mecanismo por el cual los acusados extienden sistemáticamente sus mercados consiste en causar adicción intencionadamente con el fin de incrementar las ventas. Se sabe que muchos tranquilizantes y antidepresivos, como el conocido diazepam («Valium»), provocan dependencia y adicción. Con el fin de aumentar las ventas mundiales de estos fármacos, los acusados incluso los ensalzan en anuncios a toda página dirigidos directamente al público. Otros fármacos. Puesto que la patente es una condición previa para el negocio de inversión de la industria farmacéutica, los fármacos típicos son moléculas sintéticas, y por tanto tóxicas para el cuerpo humano. Para casi todos los fármacos es válido el mismo principio de negocio fraudulento: aliviar los síntomas a corto plazo a la vez que se causan otros daños y se generan gradualmente nuevas enfermedades, que sirven de base para nuevos mercados de fármacos. Ampliación de sus mercados de fármacos para nuevas enfermedades. Al cometer estos delitos, los acusados amplían deliberadamente su actual mercado farmacéutico inventando nuevos estados de salud para los que recomiendan los fármacos que previamente habían aconsejado para otras enfermedades. Como primera prueba, se presentan a continuación los siguientes ejemplos: Las pastillas para el dolor de cabeza previenen supuestamente las enfermedades cardiacas. La aspirina se desarrolló como un calmante para el dolor de cabeza y el dolor en general, y ahora los acusados la venden en cantidades masivas y la aconsejan para su uso a largo plazo, incluso para las personas que gozan de buena salud, porque supuestamente previene y trata las enfermedades cardiacas y otras patologías graves. Los antibióticos combaten supuestamente las enfermedades coronarias. Con el fin de ampliar el mercado mundial de sus antibióticos, los acusados fabricaron y extendieron la llamada «teoría de la bacteria» de los infartos por todo el mundo. Sin pruebas clínicas que demuestren que la clamidia u otras bacterias causan realmente la aterosclerosis o los infartos, los acusados fomentaron vergonzosamente el uso general de antibióticos, incluso entre las personas sanas, con el pretexto de que previenen los ataques al corazón. Estos son sólo unos pocos ejemplos de las prácticas llevadas a cabo por los acusados para extender sistemáticamente el uso de sus fármacos para otras enfermedades. En realidad, este plan de marketing no es la excepción que confirma la regla, sino la regla. La lista de delitos cometidos en este contexto debería corregirse y completarse durante la investigación posterior. Delitos relacionados con la infiltración sistemática en varios sectores de la sociedad con el propósito de facilitar la ejecucion de dichos delitos. Los acusados se han infiltrado sistemática y deliberadamente en los sectores de la medicina y la salud de la mayoría de los países del mundo con el fin de crear relaciones de dependencia financieras y de otro tipo para dirigir su «negocia con las enfermedades» y cometer otros delitos. La investigación de la medicina no se lleva a cabo con el objetivo primordial de hallar el tratamiento más efectivo, seguro y asequible contra una enfermedad, sino con el fin de identificar los principales mercados de enfermedades y alcanzar los máximos beneficios en ese mercado para el fabricante de fármacos. Como parte de esta estrategia a lo largo de las últimas décadas, los acusados eliminaron sistemáticamente de los programas de formación de las facultades de medicina el estudio de las terapias naturales, efectivas pero no patentables. Crearon a propósito generaciones de médicos con pocos o ningún conocimiento acerca de los beneficios para la salud de estas terapias naturales, que podrían salvar tantas vidas. Al mismo tiempo, los departamentos recién creados con el nombre de farmacología se hicieron cargo de la enseñanza terapéutica en las facultades de medicina. De este modo, durante varias décadas, las generaciones de médicos han convertido las facultades de medicina prácticamente en un equipo de venta entrenado para el «negocio con las enfermedades» de la industria farmacéutica. Con el fin de ocultar esta estrategia, los fármacos patentados fueron calificados de «científicos» e incluso bautizados como «medicamentos éticos», mientras que las terapias naturales no patentables eran desprestigiadas y tachadas de «no científicas». De manera similar, los acusados se han infiltrado sistemática e intencionadamente en los medios de comunicación de todo el mundo, creando relaciones de dependencia financieras o de otro tipo y difundiendo engaños e información falsa con el fin de disimular sus prácticas delictivas, apoyar su «negocio con las enfermedades» y cometer otros delitos. Los acusados han abusado deliberada y sistemáticamente del sistema político y legislativo de la mayoría de las naciones, con el objetivo de aprobar leyes, establecer regulaciones y fomentar otras medidas encaminadas a aumentar sus ventas de fármacos ineficaces y peligrosos, aunque lucrativos. Los acusados han abusado de su influencia política para manipular la legislación, de forma que les permitiera apropiarse de billones de dólares al amparo de los «seguros de enfermedad» y de otros fondos sanitarios públicos y privados. Fomentando su «negocio fraudulento de la enfermedad», han tomado este dinero de personas, empresas y gobiernos de todo el mundo exigiendo el pago de terapias ineficaces y nocivas. Por tanto, los acusados consiguen beneficios desorbitados para la industria farmacéutica y causan sufrimientos innecesarios y la muerte prematura a cientos de millones de personas. Los acusados se han infiltrado deliberada y sistemáticamente en el Parlamento Europeo y han abusado de él, así como de otros organismos regionales e internacionales, como las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otros organismos políticos nacionales e internacionales, con el fin de cometer sus crímenes contra la humanidad. Delitos relacionados con la obstrucción sistemática de medidas sanitarias efectivas y no patentables. Para proteger su negocio artificial de inversión en las enfermedades, los acusados intentaron eliminar estratégicamente el acceso de las personas de todo el mundo a las terapias naturales no patentables. Para conseguir este objetivo, los acusados se sirvieron de varias medidas estratégicas: 1. Ocultar información que podría salvar vidas acerca de las terapias naturales no patentables. Los acusados han ocultado y bloqueado de forma deliberada y sistemática a millones de personas la información sanitaria básica de que el cuerpo humano no produce su propia vitamina C (ácido ascórbico). A causa de su falta de conocimiento, casi todos los seres humanos tienen carencia de vitamina C y son susceptibles de padecer enfermedades cardiovasculares, además de otros tipos de patologías. Igualmente, los acusados han ocultado y bloqueado sistemática y deliberadamente a millones de personas la información sanitaria básica de que el cuerpo humano no produce el aminoácido lisina natural. Debido a la falta de información, la mayor parte de los seres humanos tienen carencia de lisina y son susceptibles de padecer cáncer y otras enfermedades. Por consiguiente, los acusados causan intencionadamente más sufrimientos innecesarios y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 2. Desprestigiar públicamente las terapias naturales no patentables. Los acusados han engañado de forma intencionada y sistemática al público difundiendo información falsa, engañosa e inventada que desacredita las terapias para la salud no patentables con el objetivo de proteger y ampliar su «negocio con las enfermedades» basado en fármacos patentados, así como de cometer otros delitos. Por consiguiente, los acusados causan a propósito más sufrimientos innecesarios y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 3. Prohibir la difusión de información sanitaria relacionada con las terapias naturales no patentables. Los acusados han abusado deliberadamente de su influencia política intentando aplicar leyes a escala nacional e internacional que permitirían básicamente prohibir la difusión de información sanitaria preventiva y terapéutica relacionada con las terapias naturales no patentables. Al mismo tiempo, estas leyes tratarían de establecer arbitrariamente «límites máximos» ciertamente bajos para las cantidades recomendadas de estas terapias naturales y seguras, una medida encaminada a prohibir su uso como agentes terapéuticos naturales. Abusando de la Comisión del Codex Alimentarius de las Naciones Unidas, los acusados han intentado incluso establecer estas leyes en todos los países miembros de la ONU; es decir, en todo el mundo. Ahora que todos los esfuerzos pacíficos para proteger el «negocio farmacéutico con las enfermedades» han fracasado, los acusados cambian de estrategia. Están provocando a propósito la escalada de una crisis internacional, con guerras incluidas, con el fin de crear las condiciones previas psicológicas y legales que permitan una aplicación inmediata e internacional de las leyes proteccionistas y establecer asi la base para la continuación de su «negocio con las enfermedades» y de los otros delitos de los que se les acusa. Los acusados Los acusados son las personas citadas a continuación del mundo empresarial, militar y político y de distintas nacionalidades: En el sector farmacéutico, las siguientes empresas están acusadas: 1. Pfizer Inc., el presidente del consejo de administración, Dr. Henry A. McKinnell, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 2. Merck & Co., Inc., el presidente del consejo de administración, Raymond V. Gilmartin, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 3. GlaxoSmithKline PLC, el presidente del consejo de administración, Dr. Jean-Pierre Garnier, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 4. Novartis AG, el presidente del consejo de administración, Dr. Daniel Vasella, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 5. Amgen Inc., el presidente del consejo de administración, Kevin Sharer, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 6. Astra Zeneca, el presidente del consejo de administración, Sir Tom McKillop, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 7. Eli Lilly and Company, el presidente del consejo de administración, Sidney Taurel, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 8. Laboratorios Abbott, el presidente del consejo de administración, Miles D. White, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 9. Otras empresas farmacéuticas, sus directores ejecutivos y los consejos de administración, que mantienen y fomentan el «negocio de inversión en las enfermedades» y otros delitos. Grupos financieros detrás de estas multinacionales: - Grupo Financiero Rockefeller y los miembros de la familia Rockefeller, ya que se benefician de los delitos cometidos. - Grupo Rothschild y todos sus miembros, ya que se benefician de los delitos cometidos desde el punto de vista financiero. - Grupo JP Morgan y todos sus miembros, ya que se benefician de los delitos cometidos desde el punto de vista financiero. - La Comisión Trilateral y sus miembros, una organización fundada por David Rockefeller para coordinar los intereses de este grupo de inversión en las tres áreas del mundo: Estados Unidos, Europa y Japón; de ahí el nombre «trilateral». Asimismo, todos los miembros individuales de esta comisión considerados culpables de participar en estos delitos o de beneficiarse de ellos desde el punto de vista financiero. - Los miembros de otros grupos de presión y grupos de intereses del mundo empresarial que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - J.P. Morgan Chase Bank, el presidente del consejo de administración, William B. Harrison Jr., y el resto de los ejecutivos y el consejo de administración. - Otras entidades financieras, sus directores ejecutivos, el consejo de administración, los accionistas y demás personas, que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Políticos y organizaciones políticas nacionales e internacionales que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Miembros del ejército que hayan participado, o en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Ejecutivos sanitarios del sector farmacéutico que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado deliberada y sistemáticamente en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Miembros de los medios de comunicación y otros que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Cualquier persona física, organización o entidad que, en el curso de la investigación posterior, sea considerada culpable de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. TRATADOS INTERNACIONALES APLICABLES A ESTA DENUNCIA Junto con el Estatuto de Roma para la Corte Penal Internacional, los siguientes tratados y declaraciones internacionales son aplicables a los graves cargos imputados a los acusados en esta denuncia: 1. Carta de las Naciones Unidas 2. Declaración Universal de los Derechos Humanos del 8 de diciembre de 1948 3. Convenio de Ginebra sobre Derechos Humanos del 12 de agosto de 1949 4. Convenio para la prevención y la sanción del delito de genocidio de 12 de enero de 1951 5. Convenio sobre la imprescriptibilidad de los crímenes contra la humanidad y de los crímenes de guerra de 1968 6. Principios de cooperación internacional en la identificación, detención, extradición y castigo de los culpables de crímenes de guerra o de crímenes contra la humanidad de 1973 La competencia de la corte penal internacional sobre los acusados. Los acusados cometieron los delitos expuestos en esta denuncia deliberadamente y con pleno conocimiento de todas las circunstancias que rodeaban a sus acciones. Los delitos señalados en este documento han sido cometidos contra toda la humanidad. La CPI en La Haya es el tribunal que, regido por el derecho internacional, tiene la misión de resolver estas cuestiones urgentes. Además, la CPI se creó después de la Segunda Guerra Mundial y el Consejo de Guerra de Nuremberg con el objetivo de evitar otra tragedia semejante: posiblemente otra guerra mundial. 1. Obligación de enjuiciamiento de aquellos que ostentan los cargos Los acusados pueden ser condenados y castigados por la Corte Penal Internacional. El Estatuto será aplicable por igual a todos sin distinción alguna basada en el cargo oficial. En particular, el cargo oficial de una persona, sea Jefe de Estado o de Gobierno, miembro de un gobierno o parlamento, representante elegido o funcionario de gobierno, en ningún caso le eximirá de responsabilidad penal ni constituirá per se motivo para reducir la pena. (Artículo 27, Apartado 1 del Estatuto). Las inmunidades y las normas de procedimiento especiales que conlleve el cargo oficial de una persona, con arreglo al derecho interno o al derecho internacional, no obstarán para que la Corte ejerza su competencia sobre ella. (Artículo 27, Apartado 2 del Estatuto). 2. Circunstancias eximentes de responsabilidad penal Ninguno de los acusados puede acogerse a ninguno de los motivos especificados en el Artículo 31 del Estatuto sobre las circunstancias eximentes de responsabilidad penal. Los acusados estaban actuando con pleno conocimiento en cuanto a la ilegitimidad de sus actos. Así pues, cualquier alegación que afirme lo contrario será nula de pleno derecho. Igualmente nulos y sin efecto serán todos los esfuerzos de los acusados para justificar retroactivamente sus delitos formando «coaliciones» de opiniones con otras naciones. Tampoco aquellos acusados que tienen la ciudadanía de los Estados Unidos de América pueden reclamar inmunidad ante la Corte Penal Internacional sólo porque los Estados Unidos de América, no esté entre los estados signatarios del Estatuto de Roma. Los acusados han estado mucho tiempo ideando planes para intentar evadir el enjuiciamiento de la Corte Penal Internacional. Sin embargo, los acusados no están eximidos de la competencia jurisdiccional del Tribunal, porque la simple ejecución de los delitos que conllevaron los actos que van a ser juzgados por la CPI ya es suficiente para estar sujeto a una pena según las condiciones del Estatuto. No importa si uno pertenece a un estado miembro específico, ya que la Corte Penal Internacional tiene competencia sobre las personas naturales y no sobre los estados, y establece la responsabilidad penal individual y el cumplimiento de una pena (Artículo 25 Apartados 1 y 2 del Estatuto). El Estatuto de la CPI considera innecesarios los intentos de la administración estadounidense de coaccionar a las naciones más pequeñas para firmar «pactos de inmunidad» bilateral. Además, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decidió que el gobierno de Estados Unidos, y por tanto, la mayoría de los acusados, no podían ni debían decidir por sí mismos si la Corte Penal Internacional tenía competencia para emprender una acción judicial contra ellos. Esta decisión fue adoptada por una sencilla razón: pueden imaginarse qué habría ocurrido si se hubiera permitido a los principales imputados en los juicios de Nuremberg elegir si debían ser juzgados o no ante el Consejo de Nuremberg. Por estas razones, los acusados, aunque sean ciudadanos de los Estados Unidos de América, están sujetos igualmente a la competencia jurisdiccional de la Corte Penal Internacional. Petición final Los individuos nombrados deben ser llevados ante la Corte Penal Internacional por los argumentos válidos especificados en esta denuncia. El Fiscal de la Corte Penal Internacional debe proseguir las investigaciones sobre las responsabilidades individuales de los acusados. Por nuestra parte, la parte de los pueblos del mundo, continuaremos e intensificaremos estas investigaciones. Los acusados deberían ser condenados por las siguientes razones: violación consciente y deliberada del derecho humano a la paz; violación consciente y deliberada del derecho humano a la vida; violación consciente y deliberada del derecho humano a la salud. Esta denuncia se actualizará y se completará en un sistema de desarrollo y revisión constante hasta que comience definitivamente el procedimiento legal contra los acusados. Esta denuncia se ocupa de los crímenes más graves jamás cometidos en el curso de la historia de la humanidad. Cada día que se retrasa el proceso formal en la Corte Penal Internacional contra los acusados, millones de personas de todo el mundo lo pagan con sus vidas, y el planeta se acerca más y más a la próxima guerra mundial. Ya no puede retrasarse más. Como afirmó el Fiscal de los Estados Unidos en el Consejo de Guerra de Nuremberg contra los ejecutivos del cartel químico y petroquímico IG Farben: -Si los crímenes cometidos por los acusados no salen a la luz, y si ellos no son considerados responsables, harán aún más daño en el futuro-. Hacemos un llamamiento a todas las personas y a todos los gobiernos del mundo para unirse a estas acusaciones. El momento de actuar ha llegado. La Haya, Holanda 14 de junio de 2003 En nombre de todos los pueblos del mundo, Dr. Matthias Rath
Tomado de: Dr. Rath Health Foundation
El Dr. Matthias Rath en las afueras del edificio de la Corte Penal Internacional en La Haya.
OBTEN EL DOCUMENTO COMPLETO Y APOYA LA DENUNCIA PRESENTADA EN LA HAYA!!!
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El Dr. Matthias Rath (alemania) y otros presentan esta denuncia ante la Corte Penal Internacional en nombre de todos los pueblos del mundo La Haya, 14 de junio de 2003 Al fiscal de la Corte Penal Internacional, Senador Louis Moreno Ocampo, Corte Penal Internacional, Maanweg 174 NL-2516 AB Den Haag/La Haya
Todos unidos apoyando la denuncia en La Haya.
RESUMEN Esta denuncia presenta ante la Corte Penal Internacional (CPI) los crímenes más graves cometidos a lo largo de la historia de la humanidad. Los acusados (Industria Farmaceutica y otros) son responsables de haber causado un daño grave o la muerte a millones de personas a través del «negocio con las enfermedades», crímenes de guerra y otros crímenes contra la humanidad. Dichos delitos son competencia de la Corte Penal Internacional. Los acusados son conscientes de que serán considerados responsables de estos crímenes y, por tanto, se han embarcado en una campaña mundial para menoscabar la autoridad de la CPI, con el fin de situarse por encima del derecho internacional y continuar con sus crímenes en detrimento de toda la humanidad. Por consiguiente, la presente denuncia debe ser considerada por la CPI con la máxima celeridad. Asimismo, por la presente, se llama a todas las personas físicas y a todos los gobiernos a unirse a esta denuncia con el objetivo de acabar con estos crímenes de una vez por todas. La presente denuncia contiene: Introducción Cargos Precedente histórico de esta denuncia Pruebas de los delitos cometidos Los acusados La competencia de la Corte Penal Internacional sobre los acusados Petición final Bases de la industria farmacéutica Los acusados son responsables de la muerte de cientos de millones de personas, y aún siguen muriendo muchos de enfermedades cardiovasculares, cáncer y otras patologías, que podrían haberse prevenido y eliminado en buena medida hace mucho tiempo. Esta muerte prematura de millones de personas no es el resultado de una coincidencia ni una negligencia. Se ha organizado deliberada y sistemáticamente en beneficio de la industria farmacéutica y de sus inversores, con el único propósito de ampliar un mercado mundial de fármacos valorado en billones de dólares. El ámbito de mercado de la industria farmacéutica es el cuerpo humano, y el rendimiento del capital invertido depende de la continuación y expansión de las enfermedades. Sus beneficios dependen de la patentabilidad de los medicamentos, lo que convierte esta industria en la más rentable del planeta Tierra. Sin embargo, la prevención y erradicación de cualquier enfermedad reduce de manera drástica o elimina totalmente los mercados para los fármacos. Por consiguiente, las empresas farmacéuticas han estado poniendo obstáculos sistemáticamente a la prevención y erradicación de las enfermedades. Para cometer estos delitos, las empresas farmacéuticas se sirven de un laberinto de ejecutores y cómplices en el mundo de la ciencia, la medicina, los medios de comunicación y la política. Los gobiernos de naciones enteras son manipulados o incluso dirigidos por miembros de grupos de presión y antiguos ejecutivos de la industria farmacéutica. Durante varios decenios, se ha corrompido y abusado de la legislación de naciones enteras para fomentar este «negocio con las enfermedades», valorado en miles de billones de dólares, arriesgando así la salud y las vidas de cientos de millones de pacientes y personas inocentes. Una condición previa para el auge de la industria farmacéutica como fulgurante negocio de inversión fue la eliminación de la competencia de las terapias seguras y naturales, ya que éstas no son patentables y sus márgenes de beneficio son escasos. Además, estas terapias naturales pueden ayudar a prevenir de forma efectiva e incluso a eliminar enfermedades, debido a sus funciones esenciales en el metabolismo celular. Como resultado de la eliminación sistemática de las terapias de salud natural y del desarrollo de los sistemas de salud pública en la mayoría de los países del mundo, la industria farmacéutica ha provocado que millones de personas, y casi todas las naciones del mundo, dependan de su negocio de inversión. La industria farmacéutica ofrece «salud» a millones de pacientes, pero no distribuye los bienes. En su lugar, distribuye productos que simplemente alivian los síntomas al tiempo que mantienen la enfermedad subyacente, como condición previa para el futuro de su negocio. Estos dos tipos de delitos están directamente relacionados, puesto que se cometen en nombre e interés de los mismos grupos de inversión empresarial y de sus patrocinadores políticos. Los acusados son responsables de los crímenes más graves jamás cometidos contra toda la humanidad, y por tanto, están sujetos al principio de enjuiciamiento internacional. DELITOS COMETIDOS EN RELACIÓN CON EL NEGOCIO CON LAS ENFERMEDADES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA El crimen del genocidio Los acusados son culpables del crimen de genocidio, por lo que están sujetos a enjuiciamiento según el Artículo 6 del Estatuto de la CPI. Esto incluye, entre otros, los siguientes crímenes: Genocidio mediante matanza (Artículo 6a) Genocidio mediante lesión grave a la integridad física o mental (Artículo 6b) Genocidio mediante sometimiento intencional a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física (Artículo 6c) Crímenes contra la humanidad Los acusados son culpables del crimen de genocidio, por lo que están sujetos a enjuiciamiento según el Artículo 7 del Estatuto de la CPI. Esto incluye, entre otros, los siguientes crímenes: Crimen contra la humanidad de asesinato (Artículo 7a) Crimen contra la humanidad de exterminio (Artículo 7b) Crimen contra la humanidad de esclavitud (Artículo 7c) Crimen contra la humanidad de encarcelación u otra privación grave de la libertad física (Artículo 7e) Crimen contra la humanidad de otros actos inhumanos (Artículo 7k) Resumen de la confirmación de los cargos presentados por los delitos relacionados con el «negocio con las enfermedades» de la industria farmacéutica 1. Los acusados mantienen intencionada y sistemáticamente enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, la insuficiencia cardiaca, las complicaciones diabéticas y otras patologías, además del cáncer, las enfermedades infecciosas como el SIDA, la osteoporosis y muchas de las afecciones más comunes hoy en día, reconocidas como evitables en buena medida por medios naturales. Los acusados han causado deliberadamente el sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 2. Los acusados evitan intencionada y sistemáticamente la erradicación de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y otras patologías mediante la obstrucción y el bloqueo de la difusión de información sobre los beneficios de las terapias naturales no patentables, una información que podría salvar muchas vidas. Por consiguiente, los acusados han causado deliberadamente más sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 3. Los acusados extienden intencionada y sistemáticamente las enfermedades existentes y crean nuevas enfermedades mediante la fabricación y comercialización de productos farmacéuticos que alivian los síntomas a corto plazo, pero tienen efectos secundarios conocidos y perjudiciales a largo plazo. Por consiguiente, los acusados han causado deliberadamente más sufrimiento innecesario y la muerte prematura de cientos de millones de personas. PRUEBAS DE GENOCIDIO Y OTROS CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD COMETIDOS EN RELACIÓN CON EL NEGOCIO CON LAS ENFERMEDADES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA. Se presentan pruebas concretas que demuestran que los acusados son responsables de mantener y extender intencionadamente ciertas enfermedades, causando intencionadamente otras nuevas y extendiendo el uso de medicamentos registrados para una enfermedad a tantas como sea posible. Para conseguir estos objetivos, los acusados han diseñado, aplicado, dirigido y organizado estratégicamente un plan empresarial fraudulento a escala mundial, que, por su magnitud económica, no tiene comparación en la historia de la humanidad. 1.1. La expansión intencionada de la enfermedad Se presentan las siguientes pruebas concretas que demuestran que las enfermedades más comunes hoy en día son mantenidas y extendidas deliberadamente por los acusados, a pesar del hecho de que podrían haberse prevenido o erradicado en gran medida de forma efectiva, salvando así millones de vidas. 1.1.1. Enfermedades coronarias La causa fundamental de las enfermedades coronarias y los infartos de miocardio es un debilitamiento estructural y la disminución de las funciones de la pared arterial, que al igual que el escorbuto se desarrolla como consecuencia de deficiencias vitamínicas y de otros nutrientes esenciales a largo plazo. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca de la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares ignoran deliberadamente esta causa y se centran más bien en el tratamiento de los síntomas, como la reducción de los niveles de colesterol en la sangre. Además de que evitan de forma intencionada curar la enfermedad para la que se comercializan, los efectos secundarios perjudiciales de estos fármacos causan nuevas enfermedades. El número de fallecidos en todo el mundo por enfermedades cardiovasculares, como consecuencia de estos crímenes deliberados de los acusados, supera los doce millones al año. 1.1.2. Hipertensión arterial La causa fundamental de la hipertensión arterial es un incremento de la tensión de la pared arterial, debido a una deficiencia de sustancias nutritivas esenciales en las células musculares lisas de la pared arterial, lo que provoca un estrechamiento del diámetro de la arteria y un aumento de la presión sanguínea. Pueden consultarse innumerables estudios clínicos que documentan los beneficios de los micronutrientes no patentables, en particular el aminoácido arginina y el magnesio. Estas sustancias nutritivas corrigen la deficiencia subyacente en millones de células de la pared vascular, relajando así las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando su diámetro y normalizando la elevada tensión arterial. Los fármacos vendidos para el tratamiento de la hipertensión se centran intencionadamente en el tratamiento de los síntomas. Por ejemplo, los betabloqueantes reducen la frecuencia cardiaca y los diuréticos hacen lo mismo con el volumen sanguíneo. Estos fármacos evitan deliberadamente corregir los «espasmos» de las paredes de los vasos sanguíneos, que son la causa fundamental de la hipertensión arterial. De este modo, a la vez que se evita intencionadamente curar la enfermedad, estos fármacos provocan efectos secundarios perjudiciales a largo plazo, que pueden causar numerosas enfermedades nuevas, y por tanto nuevos mercados de fármacos. En todo el mundo, cientos de millones de pacientes con hipertensión arterial siguen sin encontrar cura como consecuencia directa de las acciones llevadas a cabo por los acusados, y el número de fallecidos por estas enfermedades aumenta cada día. 1.1.3. Insuficiencia cardiaca La causa fundamental de la insuficiencia cardiaca es la falta de biocatalizadores celulares, ciertas vitaminas, minerales, carnitina, coenzima Q10 y otros portadores de bioenergía en millones de células cardiacas. Esto tiene como consecuencia una disminución de la frecuencia cardiaca y una acumulación de agua en el cuerpo. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca del tratamiento de la insuficiencia cardiaca pasan por alto intencionadamente este hecho y se centran en los síntomas. Los diuréticos comercializados para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca no sólo eliminan el agua acumulada en el cuerpo, sino que también lo purgan de vitaminas, minerales y otros portadores de bioenergía hidrosolubles. De este modo, los fármacos comercializados para la insuficiencia cardiaca contribuyen, en realidad, a empeorar la enfermedad y son responsables de la corta esperanza de vida de los pacientes que la padecen, una vez que empieza a hacer efecto la medicación a base de diuréticos. A la vez que evitan intencionadamente curar la enfermedad, estos fármacos purgan el cuerpo de nutrientes esenciales, agravando así la causa subyacente de la enfermedad. En todo el mundo, más de cien millones de pacientes con insuficiencia cardiaca siguen sin encontrar cura, y acaban muriendo prematuramente como consecuencia directa de las acciones llevadas a cabo por los acusados. 1.1.4. Arritmia La causa fundamental de la arritmia es la falta de micronutrientes, vitaminas, minerales, ubiquinona y otros portadores de bioenergía en millones de células cardiacas eléctricas. Esto tiene como consecuencia una disminución de la generación o conducción de los impulsos eléctricos necesarios para la frecuencia cardiaca normal. Un reciente estudio doble ciego con placebo ha demostrado, sin lugar a dudas, que el uso terapéutico de micronutrientes es un medio efectivo, seguro y asequible para corregir el estado de salud subyacente a la arritmia. Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca del tratamiento de la arritmia ignoran intencionadamente este hecho y se centran, en su lugar, en los síntomas. Lo que hacen los fármacos antiarrítmicos comercializados para tratar esta enfermedad es empeorarla en muchos casos, causando la parada cardiaca y la muerte prematura de los pacientes.
Hace diez años, el autor Thomas Moore demostraba en su obra Medicina Letal que una nueva clase de fármacos antiarrítmicos en Estados Unidos había causado sola más muertes que la guerra de Vietnam en el ejército norteamericano. En todo el mundo, más de cien millones de pacientes con arritmia siguen sin encontrar cura como consecuencia directa de estas acciones llevadas a cabo por los acusados, y el número de muertos por esta enfermedad aumenta cada día. 1.1.5. Cáncer Hasta hace muy poco, el cáncer se ha considerado como una sentencia de muerte. Gracias a los últimos avances en la salud natural y la medicina celular, la situación ha cambiado radicalmente. También en lo que se refiere a esta enfermedad, hoy es obvio que los acusados han contribuido deliberadamente a descuidar y abandonar la investigación de la medicina sobre terapias no patentables en favor de fármacos ineficaces que permiten la continuación de la epidemia del cáncer: uno de sus mercados más rentables. Debido a la extraordinaria relevancia de los crímenes cometidos por los acusados en relación con la epidemia del cáncer, este apartado se presenta con más detenimiento. Es un hecho científico que todos los cánceres se extienden por el mismo mecanismo: el uso de enzimas que digieren el colágeno (colagenasas, metaloproteinasas). El uso terapéutico de aminoácido lisina natural, especialmente con otros micronutrientes no patentables, puede bloquear estas enzimas e impedir así la metástasis de las células cancerígenas. Todos los tipos de cáncer estudiados responden de esta manera a este enfoque terapéutico, incluido el cáncer de mama, de próstata, de pulmón, de piel, el fibroma, el sarcoma sinovial y otras formas de cáncer. La única razón por la que este adelanto en la medicina no ha sido investigado más en profundidad y aplicado al tratamiento de los pacientes es el hecho de que estas sustancias no son patentables, y por tanto tienen escasos márgenes de beneficio. Y lo que es aún más importante, cualquier tratamiento efectivo de cualquier enfermedad lleva, en última instancia, a su erradicación y a la destrucción de un mercado de productos farmacéuticos de miles de billones de dólares. El marketing de fármacos para los pacientes con cáncer ha sido especialmente fraudulento e intencionado. Con el pretexto de tratar el cáncer utilizando el término tapadera de «quimioterapia», se administran sustancias tóxicas a los pacientes, incluso derivados del gas mostaza. El hecho de que estos agentes tóxicos también destruyan millones de células sanas en el cuerpo se provoca intencionadamente. Conociendo este hecho, se tuvieron en cuenta deliberadamente las siguientes consecuencias: primera, el cáncer continuaría siendo una epidemia mundial, proporcionando la base económica para un negocio constante de la enfermedad valorado en miles de billones de dólares; y segunda, la aplicación sistemática de agentes tóxicos en forma de quimioterapia causaría nuevas enfermedades en los pacientes que recibieran dichas sustancias. Como consecuencia de esta estrategia, el mercado de los fármacos para el tratamiento de los graves efectos secundarios provocados por estos productos incluidas las infecciones, inflamaciones, hemorragias, deficiencias en los órganos, etc. es incluso mayor que el mercado de los propios productos utilizados en la quimioterapia. Así pues, los acusados también aplicaron su plan fraudulento organizado, en perjuicio de miles de millones de pacientes con cáncer, con un sólo propósito: su enriquecimiento financiero. 1.1.6. SIDA y otras enfermedades infecciosas Planes fraudulentos como éste se aplicaron también al tratamiento de una de las epidemias más mortales de la historia de la humanidad: el SIDA. Ya hace diez años, los estudios científicos mostraron que la vitamina C era capaz de reducir la replica del virus VIH en más de un 99%. Los acusados conocen este hecho desde hace más de un decenio. Ignorando y evitando intencionadamente este tratamiento seguro, asequible y no patentable, los acusados desarrollaron medicamentos patentables contra el SIDA, con graves efectos secundarios, y debido a sus desorbitados derechos de patentes inasequibles para la gran mayoría de las personas del planeta. Así, al aplicar su plan empresarial criminal, los acusados son culpables de arriesgar las vidas y de causar la muerte a cientos de millones de personas en África, Sudamérica, Asia y todas las demás regiones del mundo. De forma similar, han boicoteado la información de que la única medida fundamental para mejorar la inmunidad frente a las enfermedades infecciosas consiste en ingerir una cantidad óptima de vitaminas B6, B12, ácido fólico y otros nutrientes esenciales. Es un hecho científico que estos biocatalizadores del metabolismo celular aumentan la producción de leucocitos, el arma principal del cuerpo contra cualquier infección. Ocultando sistemáticamente esta información, especialmente a los cientos de millones de niños y adultos en el mundo subdesarrollado, la industria farmacéutica arriesga intencionadamente las vidas de cientos de millones de personas en estas áreas del mundo. Todos los acusados saben que casi nadie en estas zonas subdesarrolladas puede permitirse el lujo de pagar tratamientos farmacéuticos, y que por tanto, acaban muriendo. Ocultar esta información, que podría salvar tantas vidas, acerca de las alternativas naturales no patentables para prevenir y combatir las enfermedades infecciosas no solamente provoca la muerte de millones de personas, sino que también arruina las economías de muchos países subdesarrollados. Como consecuencia directa, el desequilibrio ya existente hoy en día en la economía mundial adquiere tintes dramáticos, ya que se envuelve deliberadamente a estos países en un conflicto en el que no tienen opción de ganar. 1.1.7. Otras enfermedades Asimismo, hoy en día siguen considerándose problemas de salud otras enfermedades degenerativas, inflamatorias e infecciosas, así como muchas otras patologías comunes sólo porque los acusados las han definido y protegido como mercados para su vergonzoso «negocio con las enfermedades». Pruebas acerca de los planes de marketing criminales de los acusados Extensión deliberada de las enfermedades y provocación de otras nuevas en los pacientes para ampliar los mercados de fármacos. Para ampliar sus mercados, los acusados fabrican y comercializan los siguientes grupos de fármacos intencionadamente, a pesar de sus conocidos efectos secundarios, nocivos para la salud. De un modo vergonzoso, los acusados están causando deliberadamente nuevas enfermedades con el pretexto de luchar contra las existentes. El hecho de que estas nuevas enfermedades causadas por los efectos secundarios de estos fármacos aparezcan muchos años después se utiliza como una tapadera adicional para esta estafa: Los fármacos que reducen el colesterol, especialmente estatinas y fibra se comercializan en cantidades masivas con el pretexto de prevenir las enfermedades cardiovasculares. Se sabe que estos fármacos provocan cáncer en las dosis actualmente administradas a millones de pacientes en todo el mundo. Los fármacos utilizados en la quimioterapia se comercializan supuestamente para tratar el cáncer. En realidad, causan una serie de efectos secundarios graves, y el más frecuente es la aparición de nuevos tumores. Todo el plan de marketing criminal en torno a la quimioterapia funciona solo porque los acusados han convertido el cáncer en una sentencia de muerte, e incluso los acusados han llegado a vendernos como un éxito cuando un paciente sometido a quimioterapia sobrevive unos pocos meses. La aspirina se comercializa en cantidades masivas con el pretexto de que previene los infartos de miocardio y los ataques súbitos, pero al mismo tiempo se sabe que su uso a largo plazo causa la destrucción del colágeno, y por tanto, aumenta gradualmente el riesgo de infartos y ataques, además de otras enfermedades como las úlceras estomacales y la hemorragia gastrointestinal. Los fármacos antiinflamatorios se emplean para tratar el dolor y la inflamación, como en el caso de la artritis. No obstante, muchos de estos fármacos destruyen el tejido conjuntivo, como por ejemplo el de las articulaciones. A largo plazo, el uso de estos fármacos agrava los problemas de salud en lugar de remediarlos. Los antagonistas del calcio se comercializan en cantidades masivas con el pretexto de tratar la hipertensión arterial y prevenir los infartos de miocardio; sin embargo, a largo plazo, se sabe que el uso de estos fármacos causa un aumento del riesgo de infartos, ataques súbitos y otras enfermedades. Los estrógenos y otros fármacos compuestos de hormonas se venden en cantidades masivas con el pretexto de prevenir la osteoporosis y las enfermedades cardiacas, pero a largo plazo se sabe que su uso provoca cáncer en más del 30% de las mujeres que los ingieren. Las formas especialmente frecuentes de cáncer causadas por estos fármacos son carcinomas hormonodependientes como el de mama o el de útero. Tranquilizantes y antidepresivos. Otro mecanismo por el cual los acusados extienden sistemáticamente sus mercados consiste en causar adicción intencionadamente con el fin de incrementar las ventas. Se sabe que muchos tranquilizantes y antidepresivos, como el conocido diazepam («Valium»), provocan dependencia y adicción. Con el fin de aumentar las ventas mundiales de estos fármacos, los acusados incluso los ensalzan en anuncios a toda página dirigidos directamente al público. Otros fármacos. Puesto que la patente es una condición previa para el negocio de inversión de la industria farmacéutica, los fármacos típicos son moléculas sintéticas, y por tanto tóxicas para el cuerpo humano. Para casi todos los fármacos es válido el mismo principio de negocio fraudulento: aliviar los síntomas a corto plazo a la vez que se causan otros daños y se generan gradualmente nuevas enfermedades, que sirven de base para nuevos mercados de fármacos. Ampliación de sus mercados de fármacos para nuevas enfermedades. Al cometer estos delitos, los acusados amplían deliberadamente su actual mercado farmacéutico inventando nuevos estados de salud para los que recomiendan los fármacos que previamente habían aconsejado para otras enfermedades. Como primera prueba, se presentan a continuación los siguientes ejemplos: Las pastillas para el dolor de cabeza previenen supuestamente las enfermedades cardiacas. La aspirina se desarrolló como un calmante para el dolor de cabeza y el dolor en general, y ahora los acusados la venden en cantidades masivas y la aconsejan para su uso a largo plazo, incluso para las personas que gozan de buena salud, porque supuestamente previene y trata las enfermedades cardiacas y otras patologías graves. Los antibióticos combaten supuestamente las enfermedades coronarias. Con el fin de ampliar el mercado mundial de sus antibióticos, los acusados fabricaron y extendieron la llamada «teoría de la bacteria» de los infartos por todo el mundo. Sin pruebas clínicas que demuestren que la clamidia u otras bacterias causan realmente la aterosclerosis o los infartos, los acusados fomentaron vergonzosamente el uso general de antibióticos, incluso entre las personas sanas, con el pretexto de que previenen los ataques al corazón. Estos son sólo unos pocos ejemplos de las prácticas llevadas a cabo por los acusados para extender sistemáticamente el uso de sus fármacos para otras enfermedades. En realidad, este plan de marketing no es la excepción que confirma la regla, sino la regla. La lista de delitos cometidos en este contexto debería corregirse y completarse durante la investigación posterior. Delitos relacionados con la infiltración sistemática en varios sectores de la sociedad con el propósito de facilitar la ejecucion de dichos delitos. Los acusados se han infiltrado sistemática y deliberadamente en los sectores de la medicina y la salud de la mayoría de los países del mundo con el fin de crear relaciones de dependencia financieras y de otro tipo para dirigir su «negocia con las enfermedades» y cometer otros delitos. La investigación de la medicina no se lleva a cabo con el objetivo primordial de hallar el tratamiento más efectivo, seguro y asequible contra una enfermedad, sino con el fin de identificar los principales mercados de enfermedades y alcanzar los máximos beneficios en ese mercado para el fabricante de fármacos. Como parte de esta estrategia a lo largo de las últimas décadas, los acusados eliminaron sistemáticamente de los programas de formación de las facultades de medicina el estudio de las terapias naturales, efectivas pero no patentables. Crearon a propósito generaciones de médicos con pocos o ningún conocimiento acerca de los beneficios para la salud de estas terapias naturales, que podrían salvar tantas vidas. Al mismo tiempo, los departamentos recién creados con el nombre de farmacología se hicieron cargo de la enseñanza terapéutica en las facultades de medicina. De este modo, durante varias décadas, las generaciones de médicos han convertido las facultades de medicina prácticamente en un equipo de venta entrenado para el «negocio con las enfermedades» de la industria farmacéutica. Con el fin de ocultar esta estrategia, los fármacos patentados fueron calificados de «científicos» e incluso bautizados como «medicamentos éticos», mientras que las terapias naturales no patentables eran desprestigiadas y tachadas de «no científicas». De manera similar, los acusados se han infiltrado sistemática e intencionadamente en los medios de comunicación de todo el mundo, creando relaciones de dependencia financieras o de otro tipo y difundiendo engaños e información falsa con el fin de disimular sus prácticas delictivas, apoyar su «negocio con las enfermedades» y cometer otros delitos. Los acusados han abusado deliberada y sistemáticamente del sistema político y legislativo de la mayoría de las naciones, con el objetivo de aprobar leyes, establecer regulaciones y fomentar otras medidas encaminadas a aumentar sus ventas de fármacos ineficaces y peligrosos, aunque lucrativos. Los acusados han abusado de su influencia política para manipular la legislación, de forma que les permitiera apropiarse de billones de dólares al amparo de los «seguros de enfermedad» y de otros fondos sanitarios públicos y privados. Fomentando su «negocio fraudulento de la enfermedad», han tomado este dinero de personas, empresas y gobiernos de todo el mundo exigiendo el pago de terapias ineficaces y nocivas. Por tanto, los acusados consiguen beneficios desorbitados para la industria farmacéutica y causan sufrimientos innecesarios y la muerte prematura a cientos de millones de personas. Los acusados se han infiltrado deliberada y sistemáticamente en el Parlamento Europeo y han abusado de él, así como de otros organismos regionales e internacionales, como las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otros organismos políticos nacionales e internacionales, con el fin de cometer sus crímenes contra la humanidad. Delitos relacionados con la obstrucción sistemática de medidas sanitarias efectivas y no patentables. Para proteger su negocio artificial de inversión en las enfermedades, los acusados intentaron eliminar estratégicamente el acceso de las personas de todo el mundo a las terapias naturales no patentables. Para conseguir este objetivo, los acusados se sirvieron de varias medidas estratégicas: 1. Ocultar información que podría salvar vidas acerca de las terapias naturales no patentables. Los acusados han ocultado y bloqueado de forma deliberada y sistemática a millones de personas la información sanitaria básica de que el cuerpo humano no produce su propia vitamina C (ácido ascórbico). A causa de su falta de conocimiento, casi todos los seres humanos tienen carencia de vitamina C y son susceptibles de padecer enfermedades cardiovasculares, además de otros tipos de patologías. Igualmente, los acusados han ocultado y bloqueado sistemática y deliberadamente a millones de personas la información sanitaria básica de que el cuerpo humano no produce el aminoácido lisina natural. Debido a la falta de información, la mayor parte de los seres humanos tienen carencia de lisina y son susceptibles de padecer cáncer y otras enfermedades. Por consiguiente, los acusados causan intencionadamente más sufrimientos innecesarios y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 2. Desprestigiar públicamente las terapias naturales no patentables. Los acusados han engañado de forma intencionada y sistemática al público difundiendo información falsa, engañosa e inventada que desacredita las terapias para la salud no patentables con el objetivo de proteger y ampliar su «negocio con las enfermedades» basado en fármacos patentados, así como de cometer otros delitos. Por consiguiente, los acusados causan a propósito más sufrimientos innecesarios y la muerte prematura de cientos de millones de personas. 3. Prohibir la difusión de información sanitaria relacionada con las terapias naturales no patentables. Los acusados han abusado deliberadamente de su influencia política intentando aplicar leyes a escala nacional e internacional que permitirían básicamente prohibir la difusión de información sanitaria preventiva y terapéutica relacionada con las terapias naturales no patentables. Al mismo tiempo, estas leyes tratarían de establecer arbitrariamente «límites máximos» ciertamente bajos para las cantidades recomendadas de estas terapias naturales y seguras, una medida encaminada a prohibir su uso como agentes terapéuticos naturales. Abusando de la Comisión del Codex Alimentarius de las Naciones Unidas, los acusados han intentado incluso establecer estas leyes en todos los países miembros de la ONU; es decir, en todo el mundo. Ahora que todos los esfuerzos pacíficos para proteger el «negocio farmacéutico con las enfermedades» han fracasado, los acusados cambian de estrategia. Están provocando a propósito la escalada de una crisis internacional, con guerras incluidas, con el fin de crear las condiciones previas psicológicas y legales que permitan una aplicación inmediata e internacional de las leyes proteccionistas y establecer asi la base para la continuación de su «negocio con las enfermedades» y de los otros delitos de los que se les acusa. Los acusados Los acusados son las personas citadas a continuación del mundo empresarial, militar y político y de distintas nacionalidades: En el sector farmacéutico, las siguientes empresas están acusadas: 1. Pfizer Inc., el presidente del consejo de administración, Dr. Henry A. McKinnell, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 2. Merck & Co., Inc., el presidente del consejo de administración, Raymond V. Gilmartin, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 3. GlaxoSmithKline PLC, el presidente del consejo de administración, Dr. Jean-Pierre Garnier, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 4. Novartis AG, el presidente del consejo de administración, Dr. Daniel Vasella, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 5. Amgen Inc., el presidente del consejo de administración, Kevin Sharer, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 6. Astra Zeneca, el presidente del consejo de administración, Sir Tom McKillop, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 7. Eli Lilly and Company, el presidente del consejo de administración, Sidney Taurel, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 8. Laboratorios Abbott, el presidente del consejo de administración, Miles D. White, los otros ejecutivos y el consejo de administración. 9. Otras empresas farmacéuticas, sus directores ejecutivos y los consejos de administración, que mantienen y fomentan el «negocio de inversión en las enfermedades» y otros delitos. Grupos financieros detrás de estas multinacionales: - Grupo Financiero Rockefeller y los miembros de la familia Rockefeller, ya que se benefician de los delitos cometidos. - Grupo Rothschild y todos sus miembros, ya que se benefician de los delitos cometidos desde el punto de vista financiero. - Grupo JP Morgan y todos sus miembros, ya que se benefician de los delitos cometidos desde el punto de vista financiero. - La Comisión Trilateral y sus miembros, una organización fundada por David Rockefeller para coordinar los intereses de este grupo de inversión en las tres áreas del mundo: Estados Unidos, Europa y Japón; de ahí el nombre «trilateral». Asimismo, todos los miembros individuales de esta comisión considerados culpables de participar en estos delitos o de beneficiarse de ellos desde el punto de vista financiero. - Los miembros de otros grupos de presión y grupos de intereses del mundo empresarial que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - J.P. Morgan Chase Bank, el presidente del consejo de administración, William B. Harrison Jr., y el resto de los ejecutivos y el consejo de administración. - Otras entidades financieras, sus directores ejecutivos, el consejo de administración, los accionistas y demás personas, que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Políticos y organizaciones políticas nacionales e internacionales que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Miembros del ejército que hayan participado, o en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Ejecutivos sanitarios del sector farmacéutico que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado deliberada y sistemáticamente en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Miembros de los medios de comunicación y otros que, en el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. - Cualquier persona física, organización o entidad que, en el curso de la investigación posterior, sea considerada culpable de haber participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero. TRATADOS INTERNACIONALES APLICABLES A ESTA DENUNCIA Junto con el Estatuto de Roma para la Corte Penal Internacional, los siguientes tratados y declaraciones internacionales son aplicables a los graves cargos imputados a los acusados en esta denuncia: 1. Carta de las Naciones Unidas 2. Declaración Universal de los Derechos Humanos del 8 de diciembre de 1948 3. Convenio de Ginebra sobre Derechos Humanos del 12 de agosto de 1949 4. Convenio para la prevención y la sanción del delito de genocidio de 12 de enero de 1951 5. Convenio sobre la imprescriptibilidad de los crímenes contra la humanidad y de los crímenes de guerra de 1968 6. Principios de cooperación internacional en la identificación, detención, extradición y castigo de los culpables de crímenes de guerra o de crímenes contra la humanidad de 1973 La competencia de la corte penal internacional sobre los acusados. Los acusados cometieron los delitos expuestos en esta denuncia deliberadamente y con pleno conocimiento de todas las circunstancias que rodeaban a sus acciones. Los delitos señalados en este documento han sido cometidos contra toda la humanidad. La CPI en La Haya es el tribunal que, regido por el derecho internacional, tiene la misión de resolver estas cuestiones urgentes. Además, la CPI se creó después de la Segunda Guerra Mundial y el Consejo de Guerra de Nuremberg con el objetivo de evitar otra tragedia semejante: posiblemente otra guerra mundial. 1. Obligación de enjuiciamiento de aquellos que ostentan los cargos Los acusados pueden ser condenados y castigados por la Corte Penal Internacional. El Estatuto será aplicable por igual a todos sin distinción alguna basada en el cargo oficial. En particular, el cargo oficial de una persona, sea Jefe de Estado o de Gobierno, miembro de un gobierno o parlamento, representante elegido o funcionario de gobierno, en ningún caso le eximirá de responsabilidad penal ni constituirá per se motivo para reducir la pena. (Artículo 27, Apartado 1 del Estatuto). Las inmunidades y las normas de procedimiento especiales que conlleve el cargo oficial de una persona, con arreglo al derecho interno o al derecho internacional, no obstarán para que la Corte ejerza su competencia sobre ella. (Artículo 27, Apartado 2 del Estatuto). 2. Circunstancias eximentes de responsabilidad penal Ninguno de los acusados puede acogerse a ninguno de los motivos especificados en el Artículo 31 del Estatuto sobre las circunstancias eximentes de responsabilidad penal. Los acusados estaban actuando con pleno conocimiento en cuanto a la ilegitimidad de sus actos. Así pues, cualquier alegación que afirme lo contrario será nula de pleno derecho. Igualmente nulos y sin efecto serán todos los esfuerzos de los acusados para justificar retroactivamente sus delitos formando «coaliciones» de opiniones con otras naciones. Tampoco aquellos acusados que tienen la ciudadanía de los Estados Unidos de América pueden reclamar inmunidad ante la Corte Penal Internacional sólo porque los Estados Unidos de América, no esté entre los estados signatarios del Estatuto de Roma. Los acusados han estado mucho tiempo ideando planes para intentar evadir el enjuiciamiento de la Corte Penal Internacional. Sin embargo, los acusados no están eximidos de la competencia jurisdiccional del Tribunal, porque la simple ejecución de los delitos que conllevaron los actos que van a ser juzgados por la CPI ya es suficiente para estar sujeto a una pena según las condiciones del Estatuto. No importa si uno pertenece a un estado miembro específico, ya que la Corte Penal Internacional tiene competencia sobre las personas naturales y no sobre los estados, y establece la responsabilidad penal individual y el cumplimiento de una pena (Artículo 25 Apartados 1 y 2 del Estatuto). El Estatuto de la CPI considera innecesarios los intentos de la administración estadounidense de coaccionar a las naciones más pequeñas para firmar «pactos de inmunidad» bilateral. Además, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decidió que el gobierno de Estados Unidos, y por tanto, la mayoría de los acusados, no podían ni debían decidir por sí mismos si la Corte Penal Internacional tenía competencia para emprender una acción judicial contra ellos. Esta decisión fue adoptada por una sencilla razón: pueden imaginarse qué habría ocurrido si se hubiera permitido a los principales imputados en los juicios de Nuremberg elegir si debían ser juzgados o no ante el Consejo de Nuremberg. Por estas razones, los acusados, aunque sean ciudadanos de los Estados Unidos de América, están sujetos igualmente a la competencia jurisdiccional de la Corte Penal Internacional. Petición final Los individuos nombrados deben ser llevados ante la Corte Penal Internacional por los argumentos válidos especificados en esta denuncia. El Fiscal de la Corte Penal Internacional debe proseguir las investigaciones sobre las responsabilidades individuales de los acusados. Por nuestra parte, la parte de los pueblos del mundo, continuaremos e intensificaremos estas investigaciones. Los acusados deberían ser condenados por las siguientes razones: violación consciente y deliberada del derecho humano a la paz; violación consciente y deliberada del derecho humano a la vida; violación consciente y deliberada del derecho humano a la salud. Esta denuncia se actualizará y se completará en un sistema de desarrollo y revisión constante hasta que comience definitivamente el procedimiento legal contra los acusados. Esta denuncia se ocupa de los crímenes más graves jamás cometidos en el curso de la historia de la humanidad. Cada día que se retrasa el proceso formal en la Corte Penal Internacional contra los acusados, millones de personas de todo el mundo lo pagan con sus vidas, y el planeta se acerca más y más a la próxima guerra mundial. Ya no puede retrasarse más. Como afirmó el Fiscal de los Estados Unidos en el Consejo de Guerra de Nuremberg contra los ejecutivos del cartel químico y petroquímico IG Farben: -Si los crímenes cometidos por los acusados no salen a la luz, y si ellos no son considerados responsables, harán aún más daño en el futuro-. Hacemos un llamamiento a todas las personas y a todos los gobiernos del mundo para unirse a estas acusaciones. El momento de actuar ha llegado. La Haya, Holanda 14 de junio de 2003 En nombre de todos los pueblos del mundo, Dr. Matthias Rath
Tomado de: Dr. Rath Health Foundation
http://www.defiendetusalud.com/5968/index.html
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lunes, 28 de julio de 2008

EL GRUPO DE PERTH



Por Jesús García Blanca
http://saludypoder.blogspot.com/2008/04/los-trabjos-del-equipo-de-perth.html
El retorno al espíritu científico: preguntar por sistema
“Cada frase que pronuncio no debe ser tomada como una afirmación sino como una pregunta”
Niels Bohr


La Dra. Papadopulos y sus colaboradores han realizado dos aportaciones trascendentales a la investigación dentro del campo conocido como "VIH/SIDA": han sentado las bases para desmontar las afirmaciones oficiales y han propuesto una explicación coherente y documentada para lo que sucedió en los tubos de ensayo del Dr. Gallo y otros que pretenden haber aislado un nuevo virus (o sea para la mentira in vitro) así como para lo que está sucediendo en los organismos de las personas etiquetadas como "seropositivas", como "enfermas de SIDA" o como "muertos de SIDA" (o sea para la mentira in vivo).
La Dra. Eleni Papadopulos es Biofísica en el Departamento de Física Médica del Hospital Royal Perth, Perth, Este de Australia. En el mismo departamento trabajan David Causer, Bruce Hedland-Thomas y Barry A. P. Page. El Doctor Valendar F. Turner es miembro del Real Colegio Australiano de Cirujanos y del Colegio Australiano de Medicina de Emergencia y trabaja en el departamento de urgencias del Hospital Perth. El Doctor John M. Papadimitriou es Profesor de Patología de la Universidad de Australia Occidental.
Tres rasgos básicos caracterizan la obra de este excepcional equipo de investigadores: el rigor conceptual; la documentación minuciosa aportada para cada hallazgo; la utilización de textos de los propios investigadores a los que crítica para contradecir sus afirmaciones.
Leyendo estos trabajos uno se da cuenta de hasta que punto difiere lo que se ha publicado en las revistas científicas (en su mayoría llenas de precisiones, dudas, referencias parciales, sutilidades, condiciones), de la información habitual simplificada, sintetizada, filtrada y, por ello mismo, pervertida que nos llega de los medios de comunicación o a través de las campañas informativas perpetradas por instituciones y asociaciones.
El ejemplo más claro y a la vez paradigmático y generador del resto de las confusiones es que, en contra de lo que se cree, ni Montagnier ni Gallo afirmaron rotundamente en sus artículos científicos que el VIH fuese la causa del SIDA. De hecho, estrictamente hablando, esta afirmación no la ha hecho nadie. Se ha hecho a sí misma a través de los Medios de Comunicación de Masas. Pero analizar este importante aspecto del montaje multiforme que es el SIDA significaría transgredir los límites de este cuaderno.

Replanteando el SIDA
En un artículo firmado en solitario y publicado en 1988, la Dra. Papadopulos inaugura su revisión crítica de la investigación oficial del “VIH/SIDA”. Se puede decir que los elementos fundamentales de su trabajo están en ese artículo publicado apenas unos meses después del de Peter Duesberg pero mucho más directo. En un primer avance de lo que será su táctica habitual, la Dra. Papadopulos utiliza los artículos de los propios Gallo y Montagnier para argumentar contra ellos:
Science, 7 de diciembre. Gallo y equipo obtienen resultados negativos con la hibridación Southern blot en linfocitos frescos, ganglios linfáticos, médula ósea de Sarcoma de Kaposi y bazo de pacientes de SIDA; concluye: "así que el agrandamiento de ganglios encontrado comúnmente en pacientes de SIDA y ARC (complejo relacionado con el SIDA) no puede ser debido directamente a la proliferación de HTLV‑III".
Nature, el mismo año. Montagnier y equipo: "No es correcto no obstante que el SIDA sea el resultado de una progresiva destrucción de células T4 por el virus debido al menos a dos razones...".
La Dra. Papadopulos concluye aplastante: "así que los originadores de la teoría viral del SIDA están de acuerdo en que no hay evidencia directa para sostener su teoría".
Dos ideas básicas se exponen en este texto: que el "aislamiento" y los "efectos citopáticos" del LAV (VIH) sólo se obtienen con agentes mitogénicos (oxidantes) y que esos agentes pueden producir las anormalidades clínicas e inmunológicas asociadas al SIDA sin infección del LAV. Es decir: la variable significativa no es el VIH sino los agentes oxidantes y por tanto la prevención e incluso la cura debe ir orientada hacia el uso de antioxidantes.
Posteriormente, tanto la propia Dra. Papadopulos como otros autores que pasarían a formar parte de su equipo insistieron en este importante tema. En 1989, por ejemplo, aconsejaban la “administración de antioxidantes y en particular componentes sulfidrilos que son conocidos como correctores de inmunodeficiencia” (Papadopulos, Hedland-Thomas, Causer, Dufty. 1989).
Y, en una carta a The Medical Journal of Australia, Valendar Turner decía en 1990: “hay al menos dos sustancias reductoras que son baratas, fácilmente disponibles y virtualmente libres de cualquier efecto secundario importante. Son el glutatión y la N-acetilcisteína... El stress oxidativo como mecanismo importante en el SIDA y su posible inversión mediante agentes reductores fue propuesto desde 1988 por otro investigador australiano [cita a Papadopulos]; seguramente es hora de que alguien lleve a cabo pruebas de tratamiento con agentes reductores”.
En 1991 se publica en Lancet una carta firmada por primera vez conjuntamente por Eleni Papadopulos, Valendar Turner y John Papadimitriou en la que muy resumidamente cuestionan el aislamiento del “SIV” (Simian Inmunodeficiency Virus: virus de la inmunodeficiencia de los simios) sobre la base de los mismos razonamientos que servirán para cuestionar el del propio “VIH”. Básicamente: partículas celulares y “procedimientos oxidantes”. La carta fue publicada conjuntamente con una respuesta del Profesor Wulf Drogue, del Instituto de Inmunología y Genética en la que se dice: “estamos de acuerdo con Papadopulos y colegas en la interpretación básica de que un equilibrio distorsionado de oxidantes y antioxidantes puede jugar un papel clave en la inmunología de la infección por VIH/SIV”.
Pero es en “Stress oxidativo, VIH y SIDA”, ya con la colaboración de Turner y Papadimitriou, donde la Dra. Papadopulos realiza importantes precisiones a las ideas planteadas en 1988, todas ellas argumentos aplastantes contra la presentación oficial del “SIDA”: los retrovirus (incluidos el “VIH”) podrían ser efecto y no causa de enfermedades; la enzima Retro-Transcriptasa no es exclusiva de los retrovirus; según Montagnier no hay “expresión de VIH” sin estimulación de las células; asimismo, según Gallo, sin activación de los T4 no hay expresión del virus; no se informa de “aislamiento del VIH” sin presión oxidativa; los “pacientes de SIDA” están sometidos a factores oxidativos: malnutrición, diarrea, nitritos, esperma por vía anal, opiáceos, Factor VIII.
Empezar por el principio: ¿Qué hizo Gallo?
Apoyándose en el informe Crewson y en documentos de las instituciones que investigaron su trabajo (la Oficina para la Integridad Científica –OSI; y la Oficina para la Integridad en la Investigación –ORI) los autores relatan el fraude perpetrado en 1984 por Gallo. Paradójicamente aunque estas instituciones lo encontraron a él y a sus colegas culpables de mala conducta científica, sus hallazgos no se cuestionaron en absoluto. En este artículo se examinan esos hallazgos para determinar si hay evidencia de aislamiento y si hay evidencia del papel causal del “VIH”.
Puesto que el equipo de Gallo sólo detectó actividad de RT, fotografió partículas semejantes-a-virus y presentó proteínas que en realidad no se distinguen de proteínas humanas, la conclusión es que sus trabajos no demuestran ninguna de las dos afirmaciones básicas y por tanto, según concluyen los autores, nos encontramos frente a un problema enorme: los tests. ¿Cómo se han fabricado tests de anticuerpos para un virus que no ha sido aislado? Esto condujo a otra importante revisión crítica.

Sentencias de muerte sin fundamento
El equipo de Perth publicó el resultado de su minuciosa investigación de los “tests del SIDA” en 1995. Realizaron un exhaustivo estudio de toda la literatura científica relacionada con las pruebas de anticuerpos para diagnosticar la “infección por VIH” (referidas principalmente al Western Blot que se considera como 100% fiable). Llegaron a estas conclusiones:
· El WB no está estandarizado. Lo cual significa que no rigen los mismos criterios en todos los países o para todos los fabricantes y organismos que los aplican (ver il.1).
· El WB no es reproducible. Es decir, que si repetimos la prueba no está garantizado que se obtengan los mismos resultados (ver il. 2).
· El WB posee numerosas reacciones cruzadas y puede dar positivo debido a una multitud de enfermedades y situaciones biológicas que nada tienen que ver con el “VIH” (ver Bibliografía).
Esto es de una enorme trascendencia para las personas que han recibido y aceptado la condena a muerte que implican los resultados positivos a estos tests. Pero el argumento más importante contra el Western Blot va mucho más allá de la inutilización de una herramienta de diagnóstico. Significa privar de base a toda la presentación oficial del SIDA (etiología, epidemiología, tratamientos,...). Y es que el WB no tiene Patrón Oro (“Gold Standard”). Puesto que el Patrón Oro de un test de anticuerpos para un microorganismo es el propio microorganismo, en este caso el “VIH”, lo que aquí se plantea por primera vez con precisión y rotundidad es que el “VIH” no ha sido aislado y que sólo se han presentado pruebas de presencia de partículas semejantes-a-virus brotando de la superficie celular; estas partículas son fotografiadas fijándolas en gel (es decir, matándolas) y cortándolas en secciones ultrafinas.
Sin embargo, está aceptado por eminentes retrovirólogos que la RT no es exclusiva de retrovirus y los virus pueden fotografiarse directamente en vivo ya que pueden ser separados sin problema de la célula que infectan (al contrario de las partículas celulares). Tomando como base este hallazgo fundamental, el Virólogo alemán Dr. Stefan Lanka avanzó un paso más explicando que el “VIH” no ha sido aislado por la sencilla razón de que no existe. En sus trabajos (artículos científicos y cursos) desde el 95 hasta ahora aporta documentación y razonamientos para demostrar que, no sólo el “VIH”, sino todos los retrovirus son artefactos de laboratorio. No se debe entender por esta expresión que sean “virus fabricados en laboratorio”, sino que los “descubridores” de estos nuevos culpables de la miseria humana están presentando como “retrovirus” lo que no son mas que un cúmulo de experimentos llevados a cabo en condiciones totalmente artificiales, forzadas en sus laboratorios.
En una palabra: jamás se ha publicado evidencia directa de ningún retrovirus.

Un análisis crítico de la relación VIH-T4-SIDA
En 1995, la prestigiosa revista Genetica publicó un número especial dedicado a las “hipótesis alternativas del SIDA”. El número se abre con dos artículos del equipo de Perth que contienen hallazgos de grave trascendencia.
El primero de estos textos supone un replanteamiento global de la relación VIH-T4-SIDA. Si se hace caso de las afirmaciones oficialistas el “VIH” provoca una “Inmuno-Deficiencia” que se caracteriza por la caída de las defensas, supuestamente los “Linfocitos T4”; esto a su vez provoca el Síndrome Clínico formado por una lista creciente de enfermedades alguna de ellas consideradas como infecciosas. Sin embargo este artículo, a través de un impecable razonamiento lógico con una detallada base documental, deshace totalmente este encadenamiento.
El artículo comienza estableciendo los requerimientos mínimos para poder sostener una relación de causa efecto entre el VIH, la caída de T4 y el SIDA:
1. El VIH debe ser necesario y suficiente para provocar el descenso de T4.
2. El descenso de T4 debe ser necesario y suficiente para provocar el Síndrome.
3. Todos los pacientes de SIDA deben estar infectados con el VIH.
Sin embargo nada de esto se cumple:
1. Respecto a la primera condición
· la caída de T4 se produce antes de la expresión del VIH;
· no existe acuerdo sobre el mecanismo por el cual mata el VIH;
· según Montagnier, en células con infección crónica no se detectó apoptosis y sí en células no infectadas pero estimuladas;
· los cultivos de SIDA y los pacientes de SIDA están expuestos a mitógenos (activadores) que son agentes oxidantes.
Conclusión: El VIH no es ni necesario ni suficiente para provocar el descenso de T4.
2. Respecto a la segunda condición la evidencia muestra
· que los T4 se “transforman” en T8 mientras la suma permanece constante;
· que el descenso de T4 no es suficiente para padecer las enfermedades del SIDA;
· que el descenso de T4 no precede al Síndrome clínico;
· que no todos los individuos con enfermedades del SIDA tienen una caída de los T4.
Conclusión: El descenso de T4 no es ni necesario ni suficiente para desarrollar el SIDA.
3. Respecto a la tercera condición:
· los tests de anticuerpos, la PCR y el aislamiento viral no son específicos ni reproducibles;
· por aislamiento se ha entendido: detección de RT, proteínas que coinciden con otras celulares ubicuas y partículas semejantes-a-virus; esto, aunque fuese específico de un virus determinado, sería detección, pero no aislamiento;
· el genoma humano normal contiene secuencias retrovirales endógenas;
· el cultivo de células normales conduce a producción de retrovirus;
· la relación VIH-SIDA está basada en la relación epidemiológica entre los tests de anticuerpos y el Síndrome clínico, pero al aplicar el Western Blot (WB) con los criterios más estrictos solo el 50% de los pacientes de SIDA da positivo (con los criterios menos estrictos, el 80%); por tanto, si el WB es 100% sensible y específico como se afirma, entre el 20% y el 50% de los pacientes de SIDA no está infectado por el VIH.
Conclusión: No es posible afirmar que todos los pacientes de SIDA están infectados por el VIH.
O lo que es lo mismo: toda la presentación oficial del “SIDA” carece de la más elemental base científica o lógica. No sólo no hay relación “VIH-T4-SIDA” sino que estos tres conceptos son precisamente eso: conceptos vacíos. Ni se ha probado que exista el “VIH”, ni la subdivisión de Linfocitos en “CD4”, “CD8” y otros tiene entidad biológica, ni el “SIDA” tiene entidad patológica propia.

¿Se ha conseguido el aislamiento del VIH?
Dr. Peter Duesberg considera que el VIH, aunque inofensivo ha sido aislado realmente y presentó un breve texto explicando sus razones.
La respuesta a este texto es el artículo más extenso, minucioso y contundente escrito por el equipo australiano y probablemente el documento más importante de la historia de la investigación del “VIH”: “El aislamiento del VIH. ¿Se ha conseguido realmente? Documentación en contra”. Fiel a la más pura tradición científica los autores plantean el título en forma de pregunta. Por supuesto que al igual que otras anteriores (¿Es un WB positivo prueba de infección por VIH? ¿Ha probado Gallo el papel del VIH en el SIDA?) la respuesta es un NO rotundo cuidadosamente documentado.
Los argumentos básicos contenidos en este texto imprescindible son estos:
1. Clonación no es sinónimo de Aislamiento.
2. La Retro-Transcriptasa no es específica del VIH, ni de los retrovirus, ni de partículas de ninguna clase; además: en la literatura del SIDA la presencia de RT se demuestra indirectamente y la retrotranscripción puede ser realizada por enzimas celulares normales (polimerasas) sin intervención de RT.
3. Los investigadores del VIH/SIDA han entendido por aislamiento: detección de partículas, proteínas y RT. Dado que todo ello podría ser material no viral, el VIH podría reflejar material no viral.
4. No hay evidencia de que los antígenos (proteínas) del “VIH” sean constituyentes de una partícula retroviral o semejante-a-virus, menos aún de un retrovirus determinado al que se ha llamado “VIH”.
5. Para evitar dudas los autores nos recuerdan que AISLAMIENTO viene del latín “Insulatus” que significa “convertir en una isla” y se refiere al acto de separar un objeto de todo material extraño que no sea ese objeto. Montagnier no ha presentado ninguna prueba de haber hecho esto. Gallo no consideró la información de Montagnier como verdadero aislamiento, sin embargo él hizo prácticamente lo mismo. Montagnier encontró reacciones a tres proteínas (p24, p41 y p80) pero sólo consideró del VIH la p24. Gallo consideró en cambio como específica del VIH la p41. Más adelante, sin pruebas de que fuesen codificadas por el “ADN del VIH”, se consideraron proteínas del VIH la gp160, la gp45, la p32, la p24 y la p18

6. Respecto al “ADN del VIH”:
· Ningún equipo plantea evidencia de aislamiento de partículas
· Encontrar un ARN, seleccionar fragmentos y llamarlos “ARN del VIH” no prueba nada (¿qué son los demás fragmentos?)
· El primer paso absolutamente necesario para probar que el ADN del VIH se origina en los linfocitos es realizar experimentos de hibridación con ADN de linfocitos frescos no cultivados y ADN del VIH como probe. Ni Montagnier ni Levy lo han hecho. Gallo obtuvo resultados negativos
7. Puesto que en la argumentación de Peter Duesberg, y en la literatura del VIH en general, se toma la Clonación como sinónimo de Aislamiento, los autores analizan detalladamente los trabajos de los equipos que han presentado evidencias de Clonación comenzando por precisar el significado de algunos conceptos básicos (plásmido, clonación de ADN, transfección) “para evitar malentendidos” (dicho sea con la mayor carga posible de sarcasmo ya que cada vez está más claro que el SIDA no es en absoluto fruto de “malentendidos” sino de un montaje intencionado. Torpe, pero intencionado).
En cuanto a los equipos que afirman haber clonado el VIH (Fisher y Gallo en el 85, Levy en el 86 y Barnett en el 93) la conclusión es que ninguno de ellos “han satisfecho las condiciones absolutamente necesarias para afirmar que han clonado un retrovirus, VIH”. La razón principal es que para clonar hay que disponer del ARN retroviral y esto sólo es posible aislando previamente el retrovirus: “SIN AISLAMIENTO NO HAY CLONACIÓN”. Sin embargo “Fisher, Levy y Barnett no comienzan con un ARN que se hubiera probado proveniente de un retrovirus y no obtuvieron partículas retrovirales de las que se hubiera probado que contenían el mismo ARN, el requerimiento más básico para la clonación. De hecho, dada la evidencia que presentan, ni siquiera pueden pretender la transfección [es decir, una especie de infección artificial] de células con ARN viral”.
8. Finalmente, los autores se ocupan de la pretendida “identificación del VIH” advirtiendo ante todo que de ningún modo puede realizarse sobre la base de la longitud de su genoma. No basta con hallar en determinadas células un ADN de tal o cual longitud, hay que determinar cuales son los elementos (los nucleotidos) que lo componen, esto es, secuenciarlo. Pero diferentes equipos de investigadores presentan diferentes resultados incluso para la longitud del ADN o para la cantidad de genes que lo componen: diez según Lazo y equipo; ocho según Montagnier; nueve según Barré-Sinoussi. En lo que respecta a la longitud:
· nunca se ha secuenciado un “genoma completo del VIH” a partir de células frescas no cultivadas;
· los genomas secuenciados (siempre de células cultivadas, es decir manipuladas) no tienen en ningún caso la misma longitud, por lo que se ha asignado al VIH la media de los resultados obtenidos: 9150 bases;
· se reconoce que la mayoría de estos genomas son defectivos (incompletos).
Por si esto fuera poco, para la detección del “ADN del VIH” en pacientes se ha utilizado un fragmento del gen gag. Sin embargo, encontrar un fragmento de un gen no significa que esté allí el gen completo y mucho menos el genoma completo. Pero más decisivo es que la mayoría de los expertos está de acuerdo en que los genes gag de los retrovirus exógenos y endógenos (es decir de secuencias humanas) son homólogos.
La conclusión final, definitiva, escueta pero de incalculables consecuencias, no sólo científicas o médicas, sino políticas, morales o incluso judiciales es que hasta la fecha no se ha conseguido el aislamiento del Virus de Inmunodeficiencia Humana, ni siquiera se ha dado el primer paso “en el único método científicamente válido del aislamiento de retrovirus, esto es, demostración con microscopia electrónica de partículas con las características morfológicas de retrovirus que bandeen en gradientes de densidad de sacarosa a 1.16 gm/ml”.
Dicho está. Con todo rigor, serenidad y honradez.
Los responsables de quince años de terror tienen ahora la obligación moral de contestar a los argumentos aquí presentados. El silencio es en este caso la mejor prueba de culpabilidad, de complicidad en este monstruoso engaño. Y en la reciente conferencia Internacional de Ginebra hemos podido comprobar una vez más que el silencio va a continuar siendo la única respuesta a las preguntas clave del “SIDA”.
Ahora sabemos que en esta batalla el enemigo no es un virus, ni siquiera quienes lo inventaron. El enemigo es la inercia, la dejadez, el fatalismo, la obediencia ciega... las terribles fuerzas que empujan desde siempre al ser humano contra sí mismo. Los trabajos del equipo de Perth pueden ser la clave para salvar miles, quizá millones de vidas. Pero tenemos que trabajar para hacerlo efectivo. Y esto significa tesón, constancia, entereza, tenacidad, perseverancia, humildad, firmeza, capacidad de aprender... “el conocimiento conduce a la esperanza” decía Reich. Si esto es así, la Dra. Papadopulos y su equipo significan no ya un soplo, sino una tormenta de esperanza. Para los que han sido injusta y miserablemente condenados a la desesperación y a la muerte y para todos aquellos que luchamos por la vida.